Santa Coloma de Àger
La primera referencia documental de la iglesia de Santa Coloma es del año 1048 a razón de la dotación de Sant Pere d'Àger efectuada por Arnau Mir de Tost y su esposa Arsenda. Una segunda referencia es de 1101, donde aparece mencionada en el acta de consagración de San Nicolás de Àger.
La arqueología del yacimiento se remonta hasta 1904, donde fue descubierta la necrópolis. La primera intervención arqueológica es de los años 1983 y 1984 dirigidas por Francesc Fité y Prim Bertran. Se documentaron parte de una necrópolis de tumbas de cista, una necrópolis de sarcófagos y la basílica paleocristiana de los siglos VI-VII. En 1997 con motivo de una excavación preventiva por la inminente construcción de un almacén agrícola se localizó y se excavó parte de la necrópolis alto medieval, conformada por fosas simples antropomorfas. En 2011 se abrió un pequeño sondeo para recrear una excavación de una necrópolis medieval por el programa de televisión Sota Terra. En 2014 y 2015 bajo la dirección de Jesús Brufal y Antonio Porcheddu se localizó y documentó nuevas evidencias arqueológicas que conformarían estancias adyacentes a la basílica y al mismo tiempo constatar la mayor extensión de la necrópolis con sarcófagos. En 2018, Jesús Brufal y Ángela González, abrieron un nuevo sondeo en el sector nororiental del yacimiento y se localizó otro sector de la necrópolis alto medieval de fosas simples y antropomorfas. Finalmente en 2022, también Jesús Brufal y Ángela González intervinieron en los trabajos arqueológicos del año 2015. Se recuperó el sondeo y se localizó mayores estructuras funerarias de contexto, probablemente, de la antigüedad tardía.
El yacimiento de Santa Coloma se conforma por un complejo funerario del que sobresale una basílica y un conjunto de estancias que contienen entierros en sarcófagos, en cista y en ataúdes de madera. El contexto histórico de uso está relacionado entre finales del siglo V y el siglo VII. A partir del siglo VII hasta el XI, y en torno a este complejo, se extiende una enorme necrópolis que se usa hasta los años 40 del siglo XI, momento en que la conquista de Arnau Mir de Tost incorpora éste territorio en los dominios del condado de Urgell y de la iglesia romana. Santa Coloma de Àger nos permite visualizar cómo una comunidad rural mantiene los rituales cristianos desde el siglo V hasta el XI, recordando que desde el siglo VIII hasta el XI, el valle de Àger formó parte de al- Andaluz. Asimismo, el estudio bioarqueológico, dirigido por Julia Olivé, de los individuos (ahora mismo 127) nos está radiografiando al detalle la evolución de la producción agraria, la alimentación, la salud y las pautas migratorias de este territorio.