Un año de Solivid, investigación y divulgación sobre iniciativas solidarias surgidas con la COVID-19
En abril de 2020, varios grupos de investigación de Europa y América Latina iniciaron un proyecto de cartografía colaborativa para analizar y difundir iniciativas solidarias emergidas con la pandemia. Estudiantes y profesorado del Máster de Políticas Sociales y Acción Comunitaria también han formado parte de esta red que ya ha recogido cerca de 3.000 iniciativas de 28 países del mundo.
08/04/2021
Hace un año que nació Solivid, un proyecto de investigación y divulgación que tiene por objetivo construir un mapa colaborativo y un banco de recursos en línea sobre las iniciativas solidarias en tiempos de COVID-19. Desde su lanzamiento en abril de 2020, la red ya ha identificado cerca de 3.000 iniciativas solidarias en 28 países del mundo.
Las iniciativas recogidas se pueden consultar en una plataforma digital donde aparecen distribuidas en un mapa, e identificadas según su ámbito de actuación: economía y trabajo, cultura, asistencia a enfermos y producción de material sanitario, consumo y alimentación, soporte a la gente mayor, etc. El Instituto de Gobierno y Políticas Públicas (IGOP) de la UAB es uno de los 34 grupos de investigación que forman parte de este proyecto colectivo, que incluye a expertos e investigadores de una docena de países de Europa y América Latina.
Desde el Máster Oficial en Políticas Sociales y Acción Comunitaria, ha habido miembros del profesorado vinculados en el proyecto desde sus inicios. Algunos estudiantes también participaron en el proyecto aportando información sobre algunas iniciativas localizadas en sus lugares de origen, sobre todo por España y Latinoamérica.
Un TFM sobre iniciativas solidarias del colectivo migrante
Cristina Romero es una de las tituladas del Máster que colaboró en el proyecto a través de su Trabajo de Fin de Máster. La alumni analizó 5 iniciativas solidarias de Barcelona impulsadas por personas migrantes con motivo de la pandemia. Como activista del movimiento antirracista, “conocía las problemáticas de este colectivo, que ha sufrido mucho las consecuencias de la Covid-19, y [el TFM] era la ocasión ideal para analizar qué pasaba y ver la capacidad de resiliencia de la comunidad migrada con el confinamiento”, señala.
La titulada Cristina Romero, autora del trabajo: "Las iniciativas solidarias en el contexto de la COVID-19 en Barcelona. Análisis de la capacidad de respuesta de la comunidad migrada". Imagen: Cristina Romero.
Cada acción comunitaria nació para dar respuesta a distintas necesidades, y todas han ido evolucionando a medida que pasaban los meses. Una de las iniciativas es Abarka Catering, de la Asociación Dunia Kato, que durante la crisis sanitaria ha cocinado menús de comida típica africana para personal sanitario, personas voluntarias y personas sin hogar. El proyecto ha sido galardonado con el Premio Micaela Chalmeta y reconocido por el Ayuntamiento de Barcelona con el Premio de Emprendimiento Social de Barcelona Activa 2020.
La alumni también explica el caso de la Red de Mujeres Cosedoras, nacida en el 2018 bajo el paraguas de la Economía Social y Solidaria que, con la ayuda de la Fundación Pare Manel y los Grupos de Soporte de los barrios, creó un circuito de confección y distribución de mascarillas. Además, si se detectaba que una cosedora estaba en situación de dificultad, se donaba soporte a la familia a través de los recursos de las organizaciones con las que trabajan en red. La persona que ha dado testimonio de esta asociación a la investigación ha sido Daniela Martínez, exalumna del Máster y actualmente dinamizadora de la Red.
Otra iniciativa solidaria es Espacio del Inmigrante, nacido en 2013 para ofrecer servicios sanitarios, psicológicos y legales a personas en situación administrativa irregular, y que a raíz del confinamiento creó su propio banco de alimentos para trabajadoras del hogar y cuidadoras.
De este espacio de autogestión surgió el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes, que con la llegada del coronavirus utilizó su taller para coser más de 14.000 mascarillas y batas para el personal sanitario de los hospitales catalanes. De manera autogestionada, también ha recolectado donaciones y alimentos para el colectivo mantero. Las dos entidades tenían la sede y el taller en La Caracola del Raval, un espacio autogestionado que, después de recibir la primera notificación en septiembre de 2020, este mes de enero ha terminado siendo desalojado.
Según se expone en el trabajo, estas iniciativas surgidas desde el activismo y los movimientos sociales han vivido el desarrollo de sus actividades con el estado de alarma sin soporte explícito por parte de la Administración y con numerosas dificultades, como identificaciones policiales durante la actividad voluntaria. “Son un colectivo ya de por sí en situación de vulnerabilidad. Cuando añades esta problemática social que inicialmente era una crisis sanitaria, pero que acaba convirtiéndose en una crisis económica y social, tienes un colectivo doblemente en vulnerabilidad”.
La investigación también analiza #CompraAntirracista, una campaña de Safia Al Aaddam (@hijadeinmigrantes) con la que 2.600 personas recibieron alimentos gracias a las donaciones y a la colaboración de unas 1.600 personas voluntarias. La iniciativa se caracteriza por haberse organizado totalmente por vía digital, y se suma al resto de acciones comunitarias que esta activista de Tarragona ha creado para dar soporte a las personas migradas por no disfrutar de la condición de ciudadanía.
El trabajo ha sido una contribución a la difusión de la plataforma Solivid, donde estas experiencias del colectivo migrante se han sumado a las 200 iniciativas registradas en la ciudad de Barcelona. “Es un proyecto internacional necesario e importante porque la pandemia y sus consecuencias son globales, por tanto las respuestas también tienen que serlo”, expresa Cristina Romero.
La plataforma Solivid ha identificado unas 3.000 iniciativas solidarias en 28 países diferentes. Imagen: Página web de Solivid
Retos y propósitos de Solivid, un año después
El pasado 12 de marzo, los grupos de la UAB vinculados al proyecto organizaron la jornada en línea “Solivid: Acción colectiva ante la crisis sanitaria y social” donde se presentaron los resultados obtenidos por la red a lo largo del año.
Varios miembros del profesorado del Máster en Políticas Sociales intervinieron. Oriol Nel·lo, director del Grupo de Estudios Energía, Territorio y Sociedad, hizo un repaso de la trayectoria de Solivid, un proyecto que nace y crece del “entusiasmo y solidaridad” de todos sus integrantes. Ricard Gomà, director del Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona, hizo una introducción sobre algunos conceptos y marcos teóricos que han permitido entrever en la pandemia un “contexto de oportunidad” para las acciones comunitarias urbanas.
El director del IGOP, Ismael Blanco, explicó los retos y dificultades durante el primer año de la “red autogestionada” Solivid, y las nuevas oportunidades de futuro para el proyecto. También presentó un artículo publicado con Oriol Nel·lo en marzo, donde narran los retos de la pandemia en materia de gobernanza y defienden que el auge en la acción comunitaria en las ciudades es “una gran oportunidad que los gobiernos urbanos deberían aprovechar”.
Algunos de los grupos de investigación de Solivid expusieron la diversidad del tipo de iniciativas solidarias y su impacto en sus territorios. En el ámbito estatal, es expusieron algunos casos de estudio de Valencia, Madrid, el País Vasco y Navarra; y en la vertiente internacional, varios representantes de universidades europeas y latinoamericanas hablaron sobre distintos territorios de Portugal, Italia, Brasil, Chile, Bolivia, Colombia o Argentina.
La sesión sirvió para reforzar la intención de esta red internacional a seguir tejiendo conocimiento acerca de estas iniciativas solidarias, ya sea estudiando su continuidad temporal según la evolución de la pandemia, u observando si se convertirán o no en “embriones de transformaciones más amplias”.