Yacimiento arqueológico de la villa romana de Torre Llauder
El descubrimiento de la villa romana de Torre Llauder en 1961 por Marià Ribas y su equipo de colaboradores señala un hito trascendente en la historia de la arqueología mataronina y catalana del siglo XX.
Este importante yacimiento arqueológico es uno de los más notables del país y disfruta de la declaración BCIN (Zona arqueológica). Está situado en el barrio del Plan de en Boet de Mataró, y toma el nombre de la casa solariega fortificada del siglo XVII construida alrededor de una torre de defensa del siglo XVI, el cortijo Llauder o de Torre Llauder.
Por su importancia, los restos de la villa romana fueron excluidas del polígono que se estaba construyendo y en 1964 fue declarada Monumento Histórico-Artístico de Interés Nacional. En 1965 el Ayuntamiento de Mataró adquirió los terrenos.
Los restos arqueológicos quedaron abandonados durante un tiempo y sufrieron expolio y degradación. La entonces Sección Arqueológica del Museo de Mataró encabezó en 1972 un movimiento de sensibilización ciudadana hacia su patrimonio que permitió que, seis años más tarde, el Ayuntamiento consiguiera que el Ministerio de Obras Públicas financiara la construcción de un muro de contención del yacimiento, lo que ahora conocemos como Clos Arqueológico de Torre Llauder, inaugurado el 1980. Finalizadas las excavaciones y la restauración de los mosaicos (1982-1985), se trabajó en la adecuación del yacimiento para hacerlo visitable, obras que financiaron la Generalitat y el Ayuntamiento y que permitieron abrir el recinto al público el 1988.
Para poner más en valor el monumento, el Ayuntamiento de Mataró aprobó en 2008 el Plan Director del yacimiento arqueológico de la villa romana de Torre Llauder, donde se fijaron las directrices y criterios de actuación en cuanto a investigación, conservación, restauración y musealización del recinto.