¿Por qué los últimos cazadores-recolectores del norte de la península ibérica marisqueaban en invierno?
Las últimas poblaciones de cazadores-recolectores que ocuparon el norte de la península ibérica consumían marisco preferentemente en los meses de invierno, momento en el que la rentabilidad cárnica de los moluscos era mayor, según un estudio liderado por investigadores del ICTA-UAB. El estudio también ha permitido reconstruir las temperaturas del mar a inicios del Holoceno, hace 9.000 años, en la Bahía de Bizkaia, siendo ligeramente más cálidas que en la actualidad.
Hace 9.000 años, las temperaturas marinas eran unos 2º C más cálidas que las actuales.
La información arqueológica disponible sugiere que los grupos humanos han explotado los recursos marinos como alimento desde, al menos, hace aproximadamente 250.000 años. No obstante, como señalan los autores de este estudio publicado en la revista internacional Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, “esta fecha probablemente sea muy anterior, pero todavía no se han encontrado evidencias de ello”. Sin embargo, este recurso alimenticio no fue explotado con intensidad hasta el periodo Mesolítico, hace unos 10.000 años, cuando la presencia de restos de marisco, especialmente moluscos, aumentó en los yacimientos arqueológicos, formando los denominados concheros, muy comunes a lo largo de la fachada atlántica de Europa. Una de las zonas que presenta una mayor densidad de este tipo de depósitos es la región cantábrica en el norte de la península ibérica.
Considerando la importancia que debieron tener los recursos litorales en la alimentación de los grupos humanos que habitaron la costa Cantábrica antes del inicio de la agricultura y la ganadería, entender cómo estas poblaciones prehistóricas recolectaban el marisco es muy importante para determinar las estrategias de subsistencia de los últimos cazadores-recolectores.
Para ello, Asier García Escárzaga, investigador del ICTA-UAB y autor principal del artículo, junto a colaboradores de otras instituciones nacionales, ha aplicado análisis de isótopos estables de oxígeno en conchas arqueológicas recuperadas del sitio de J3 (Gipuzkoa, País Vasco). Entre la información que puede obtenerse de los análisis de isótopos estables de oxígeno en las conchas marinas destaca la posibilidad de reconstruir el momento del año en el que murieron los moluscos, y por lo tanto cuándo fueron consumidos por las poblaciones prehistóricas en el pasado.
Los resultados obtenidos en esta investigación indican que los últimos cazadores-recolectores que vivieron en el norte de la península ibérica marisqueaban preferentemente en invierno, lo que coincide con el momento anual de mayor rentabilidad de este recurso alimenticio debido a la formación de los gametos. Un patrón estacional de consumo de marisco basado en principios de coste-beneficio energético, y que sugiere la alta capacidad de las poblaciones prehistóricas para comprender el medio y no sobreexplotarlo, asegurando con ello el alimento durante los años y generaciones siguientes.
Por otro lado, los resultados isotópicos obtenidos en esta investigación también han permitido reconstruir las temperaturas del Mar Cantábrico en el sur de la Bahía de Bizkaia hace 9.000 años. Éstos indican que las temperaturas marinas eran unos 2º C más cálidas que las de la actualidad en esta misma área, tanto durante los meses de verano como durante los meses de invierno. Los investigadores de este trabajado piensan que puede ser debido a la mayor insolación solar durante los meses de verano a inicios del Holoceno y una mayor influencia de las corrientes oceanográficas cálidas durante los meses de invierno con respecto al presente.
A. García-Escárzaga, A. León-Cristóbal, E. Álvarez-Fernández, et al., Strengthening the evidence for seasonal intertidal exploitation in Mesolithic Europe and new insights into Early Holocene environmental conditions in the Bay of Biscay from the oxygen isotope composition of Phorcus lineatus (da Costa, 1778) shells, Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology (2024), https://doi.org/10.1016/ j.palaeo.2024.112624