El hallazgo arqueológico que revela cómo los neandertales fabricaban alquitrán en Gibraltar hace 60.000 años
En unas excavaciones en la cueva Vanguard, en Gibraltar, se ha encontrado por primera vez la estructura que usaban los neandertales hace 60.000 años para extraer el alquitrán y emplearlo en la fabricación de armas de caza o protección. El hallazgo, en el que ha participado el ICTA-UAB, ha servido para identificar qué metodología de extracción desarrollaron y muestra el elevado y complejo nivel de organización y cognición de los neandertales.
Un estudio científico, publicado a Quaternary Science Reviews, ha descrito por primera vez una estructura utilizada por los neandertales en Gibraltar hace 60.000 años para extraer resinas vegetales. Los neandertales usaban el alquitrán, obtenido de plantas leñosas, como un adhesivo para fijar puntas de piedra a mangos de madera. Hasta ahora, no se sabía cómo obtenían el alquitrán y se habían propuesto dos metodologías. La primera era simple y de baja productividad, se basaba en la combustión de corteza al aire libre. La segunda, más compleja, habría implicado calentar fragmentos de plantas leñosas enterrándolos y calentándolos con fuego para extraer la resina.
Los resultados de este estudio apoyan a la segunda hipótesis, que implica un calentamiento anóxico. Estos resultados son altamente significativos, dado que revelan un nivel complejo de organización y cognición en los neandertales, y a la vez indica que entendían las plantas que tenían que seleccionar y el complejo proceso industrial necesario para producir alquitrán. La estructura descubierta durante las excavaciones en la Cueva Vanguard (Gibraltar, inscrita en el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO) tan solo parecen un hueco en el sedimento, y esta simplicidad podría explicar por qué estas estructuras no se habían detectado en excavaciones pasadas.
La investigación fue liderada por el Museo Nacional de Gibraltar, en colaboración con la Universidad de Murcia y el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC). En el estudio, un total de 31 científicos de cinco países, que incluye personal investigador de la UAB del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA) i el Departamento de Prehistoria, formaron parte del proyecto aportando la perspectiva de una amplia variedad de disciplinas, que incluyen paleobotánica, arqueología, icnología, geoquímica, mineralogía y ecología.
Los resultados indican que el alquitrán no se extrajo de la madera del abedul, poco común en la zona en aquel momento, sino de la jara pringosa (Cistus ladanifer), una planta muy abundante y ampliamente utilizada a lo largo del tiempo. Gracias a las condiciones ambientales, concretamente, al rápido avance de una duna de arena que selló las evidencias materiales, la estructura se encontraba en unas condiciones excelentes para la preservación de los restos arqueológicos, incluyendo polen y esporas, que permitían la confirmación de las condiciones ecológicas de la época.
El área de caza de los neandertales estaba en la actual plataforma costera de Gibraltar y abastaba hasta 4,5 kilómetros de las cuevas. Se la ha descrito como el “Serengueti mediterráneo”, con un sistema de dunas de arena con bosques de pinos esparcidos, acompañados de vegetación mediterránea y lagos estacionales. La zona atraía fauna diversa, como ciervos rojos, cabras montesas, caballos salvajes, uros (ganado ancestral) y jabalíes. Los neandertales habrían fijado las puntas minuciosamente elaboradas (normalmente de sílex y cuarcita) a mangos de madera, utilizando el alquitrán para convertirlas en armas mortales para cazar los animales en emboscadas. También podrían haberlas utilizado como protección contra depredadores peligrosos que vagaban por este antiguo paisaje, como los leones, leopardos, hienas moteadas, lobos y osos pardos.
Rosa Maria Albert
Departamento de Prehistoria
Joan Villanueva; Oriol Teruel; Nina Davtian
Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals (ICTA-UAB)
Juan Ochando et al., A Neanderthal's specialised burning structure compatible with tar obtention, Quaternary Science Reviews (2024). DOI: 10.1016/j.quascirev.2024.109025