Introducción
Anunciamos con alegría que este curso 2019-20 la Facultad de Economía y Empresa de la UAB hace cincuenta años !!! Hemos preparado para la ocasión un programa especial de actos para celebrarlo y encontrará, además, una galería de fotografías y documentación especializada en las pestañas de este enlace. Os presentamos a continuación una breve cronología de estos 50 años y, al final, un breve relato sobre la creación y el aterrizaje convulso en Bellaterra. INVITAMOS a todos los ESTUDIANTES, PROFESORES Y PERSONAL DE LA ADMINISTRACIÓN Y SERVICIOS que ha estado en algún periodo de estos 50 años en esta casa a reencontrarnos en estos dos años de celebración, los primeros licenciados no empezaron hasta el curso 70/71, ya continuar permanentemente la interacción a través de la comunidad Alumni de la UAB, el capital humano de estos 50 tiene mucho valor y debemos aprovecharla.
OS ESPERAMOS, LA FACULTAD ES CASA SU !!! ... si es que hay casas de alguien ...
Cronología:
1969: Nacimiento de la Facultad de Ciencias Económicas.
1970/71: Comienza la primera promoción de licenciatura en la Escuela de Idiomas del Raval.
A partir del curso 1972-1973: La sede de la Facultad de Ciencias Económicas se ubica de manera definitiva en el Campus de Bellaterra.
1975: Se licencia su primera promoción de estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas.
Entre 1992 y 2010: En la Facultad de Ciencias Económicas imparten las titulaciones de Administración y Dirección de Empresas y de Economía.
Curso 2001-2002: se añade la doble titulación de Administración y Dirección de Empresas y Derecho.
Curso 2003-2004: se añade la titulación de segundo ciclo de Investigación y Técnicas de Mercado.
Curso 2010-11: la nueva Facultad de Economía y Empresa inaugura, en el Campus de Bellaterra, tres grados universitarios que recogen y representan con visión de futuro la experiencia sedimentada en el pasado: los grados de Administración y Dirección de Empresas, el de Administración y Dirección de Empresas y Derecho y el de Economía y en el Campus de Sabadell los nuevos grados universitarios de Contabilidad y Finanzas y Empresa y Tecnología, que representan la culminación de una trayectoria siempre atenta a la evolución constante de los modelos de organización empresarial y de la demanda de capital humano por parte de los nuevos sectores productivos.
El curso 2011-12 y el curso 2014-15 se ponen en marcha los grupos en inglés de los grados de Administración y Dirección de Empresas y de Economía, respectivamente, con la intención de avanzar en la internacionalización de los estudios ofrecidos por la Facultad.
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La larga marcha en Bellaterra
La Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales se puso en marcha el curso 1969-1970, un año después de la constitución de la UAB. Dadas las dificultades presupuestarias que estaba teniendo la nueva Universidad se ubicó de manera temporal en el monasterio de Sant Cugat, junto con la Facultad de Letras, hasta que no estuviera terminado el edificio definitivo del futuro Campus Universitario en Bellaterra, pero el grave problema de espacio promovió la búsqueda de nuevos edificios para emplazar la Facultad de manera transitoria
En cuanto a la organización académica y docente de la nueva facultad de Ciencias Económicas y Empresariales el profesor Antoni Serra Ramoneda, junto con los economistas de la Comisión Gabriel Solé Villalonga y Joan Sardà Dexeus, propuso que dada la escasa disponibilidad de profesorado competente en las especialidades proyectadas para la nueva facultad, la mejor opción sería dedicar los esfuerzos del primer año en la formación de licenciados y profesores mediante cursos de doctorado y trabajos de investigación. De acuerdo con esta visión, el profesor explicó que únicamente se crearían tres departamentos: Teoría Económica, Estructura y Política Económica y Sociología; y Ciencias Jurídicas si se llegaba a considerar oportuno.
El MEC aceptó esta opción y la medida se demostró acertada y permitió ofrecer un programa inicial muy innovador y de gran calidad. La presión de la masificación estudiantil sobre la Universidad de Barcelona, sin embargo, terminó exigiendo a la Comisión Promotora de la Universidad Autónoma del inicio del primer ciclo de la licenciatura para el curso 1970-1971.
El hecho de que durante el primer año la Facultad de Económicas pudiera funcionar sin alumnos fue un privilegio. Aquellos primeros años se dedicaron a discutir sobre cómo debía ser el plan de estudios y lo que tenía que hacer. El segundo año, cuando ya había alumnos los ayudantes iban a las clases para escuchar como lo hacían los profesores y preparaban los problemas que luego recogían con los estudiantes. Los grupos de alumnos eran muy pequeños.
Las gestiones para conseguir la cesión de un edificio donde albergar provisionalmente la Facultad condujeron en primer lugar en la calle Pomaret de Barcelona, a un edificio dirigido por un Patronato presidido por el cuñado de Franco, pero no hicieron fructificar y finalmente, cuando el curso 1969 se encontraba muy avanzado, se abrió la posibilidad de ocupar gratuitamente el edificio de la futura Escuela Oficial de Idiomas de Barcelona, situada en la Avenida Drassanes que aún no se había abierto por problemas de presupuesto. La Facultad únicamente estuvo dos años y medio en este edificio, en pleno Raval, porque la rápida construcción del Campus Universitario posibilitó el traslado en Bellaterra a lo largo del curso 1971-1972, cambio que produjo ampliar las matriculaciones de forma espectacular y empezar el curso 1972-73 de manera definitiva en Bellaterra. Con este cambio de ubicación, Sardà abandonó el Decanato, que ocupaba desde mayo de 1970, por motivos de salud y el cargo fue asumido por Jordi Nadal.
El edificio construido en Bellaterra para albergar la Biblioteca General había sido ocupado por los servicios administrativos del Rectorado y la Biblioteca, antes del verano de 1972, y estaba previsto que la facultad de Letras y Ciencias Económicas y Empresariales también comenzaran el curso 1972 -1973. Pero el domingo 29 de octubre de 1972 una viga del edificio ocupado por el Rectorado y la Biblioteca General se hundió "sobre el forjado del piso de la planta inmediatamente inferior, arrastrando en su caída elementos de cubierta que descansaban sobre ella, así como materiales de instalaciones que en aquella zona de cubierta quedaban ubicados. El derrumbe ocasionó graves desperfectos en las instalaciones de la biblioteca y libros, muchos de ellos aún estaban en periodo de catalogación ".
Afortunadamente únicamente hubo daños materiales dado que al ser domingo el edificio se encontraba cerrado, pero las consecuencias del hundimiento en un edificio que acababa de ser inaugurado, construido por las mismas empresas constructoras del resto de edificios del Campus , levantó una importante alarma entre los estudiantes y profesores que debían iniciar las clases en Bellaterra. Todo ello dio mucho que hablar en la prensa de Barcelona que alegaba a una posible malversación de fondos públicos.
El personal del edificio se pudo reintegrar el curso de trabajo el día 6 de noviembre y se encargó al director de la Biblioteca, Amadeo Soberanas, la recuperación del fondo bibliográfico que había sido afectado por el derrumbe.
La Comisión se reunió el 2 de noviembre para clarificar las causas del incidente. En este punto se puso de manifiesto que el proyecto de construcción del techo de la Biblioteca había sido modificado respecto al proyecto inicial para doblar la capacidad de carga de 300 kg del proyecto inicial. Dicha corrección del proyecto había resultado desconocedora por parte de los miembros de la Unidad Técnica del MEC tal como ellos afirmaron. Tampoco los arquitectos del proyecto inicial estaban al cargo ni habían autorizado dicho cambio.
Todo esto ocurría en la época del tardofranquismo en que había mucha agitación política. Los dos primeros cursos de vida del Campus de Bellaterra estuvieron condicionados por una serie de revueltas estudiantiles en contra de la Ley General de Educación (LGE) y en defensa de la democratización de la enseñanza, también denunciaban las deficiencias de los servicios de Bellaterra .
Durante el mes de noviembre de 1972, un grupo de estudiantes de económicas asaltó el rectorado para protestar y llenaron la facultad de pintadas y hojas. La versión oficial del rectorado acusaba un grupo de estudiantes de haber realizado una acción directa muy violenta con agresiones a los bedeles, pero la versión que dieron los alumnos a través de los carteles pegados por las facultades fue totalmente diferente. Según los estudiantes la acción fue fruto de un piquete de huelga de la facultad de Económicas que "no tuvieron más remedio que romper las ventanas". Según la versión policial "unos 250 estudiantes de la facultad de Económicas asaltó la secretaría llevándose todos los expedientes universitarios. El rector les dio un plazo para devolverlos, hasta aquella tarde y de lo contrario daría cuenta judicialmente. Después de una minuciosa búsqueda, uno de los bedeles encontró los expedientes relacionados y escondidos en un rincón de la universidad ".
Las protestas del mes de noviembre provocaron la detención de algunos estudiantes de la UAB, pero esto, en vez de frenar la protesta despertó de nuevo el movimiento de solidaridad estudiantil con los estudiantes y una nueva ola de protestas. La decidida actuación de protesta de los estudiantes y la fuerte politización antifranquista que la UAB había adquirido en el último año complicó la difícil situación en que se encontraban las autoridades académicas de la universidad. Algunos grupos estudiantiles habían radicalizado su posicionamiento y defendían directamente la desaparición de las universidades para considerarlas un instrumento de clase de la dominación capitalista.
A partir de la reanudación de las clases en enero de 1973, los vehículos de la policía se instalaron en diferentes puntos claves del Campus de Bellaterra, dando lugar a violentas intervenciones en la búsqueda de asambleas estudiantiles. Poco a poco la policía desapareció y la actividad académica se ha ido haciendo, hasta hoy en día, de manera casi regular con algunas interrupciones esporádicas y con la Facultad siempre presente, inmutable, observando el paso de las personas y de estos 50 años.
Ese primer manifiesto
Los estudiantes de toda la universidad autónoma, reunidos en asamblea general, hemos llegado a los siguientes acuerdos, discutidos y votados:
1. Consideramos que el precio de los transportes se abusivo y constituye una medida selectiva y clasista más, por ello exigimos que se reduzca a un máximo de 10 ptas. ida y vuelta.
2. Las clases de lenguas instrumentales que se exigen, deben ir incluidas en la matrícula suprimiéndose la costosa matrícula inicial.
3. El que no funcionen las bibliotecas (situación agravada por el hundimiento de la Biblioteca General) constituye una carencia inadmisible por lo que deben ser puestas en funcionamiento inmediatamente.
4. Apertura de los cursos 2º y 3º de Letras y ubicación conjunta de toda la facultad de Filosofía de Bellaterra.
5. La presencia de la Guardia Civil en la inmediaciones del Campus y la ocupación de la línea férrea Barna-Sabadell constituye, en nuestra opinión, una clara provocación y un intento de silenciar nuestras reivindicaciones por lo que exigimos su retirada.
6. Creemos que el hundimiento de la Biblioteca General y los evidentes defectos observados en otros edificios de Bellaterra plantean serias dudas acerca de las condiciones de seguridad que éstos ofrecen, por lo que exigimos una revisión a fondo por parte del colegio de arquitectos y una atribución de responsabilidades.
7. Reafirmamos así mismo nuestro apoyo a los PNN en sus reivindicaciones profesionales y nos adherimos a su lucha por la liberación del profesor de ciencias Zenón Navarro y contra la no contratación de profesores por motivos políticos manifestamos nuestro deseo de establecer con ellos una coordinación estable; así como con los obreros de Bellaterra.
Hemos votado así mismo los siguientes acuerdos de lucha:
1. Que mañana día 8 de noviembre, sea un día de huelga que nos permita concretar y profundizar nuestro programa a la vez de constituir una forma de presión.
2. Que este programa sea ampliamente difundido a nivel ciudadano por los medios disponibles, empezando por la prensa.
3. Realizar un “boicot” indefinido a los autobuses de la línea de estación de Bellaterra-Universidad.
4. Asistir a las clases de Inglés sin realizar el pago de la matrícula.
5. Como forma de presión indirecta, realizar acciones de agitación a lo largo de la línea de FFCC y en los trenes.
6. Realizar una rueda de prensa para lanzar una campaña de información ciudadana.
7. Somos conscientes de que esta asamblea no ha sido sino un primer paso en la defensa de nuestros intereses