La «mega aldea» de Valencina de la Concepción, una gran comunidad sostenible e igualitaria en plena Edad del Cobre
El estudio de más de 600 herramientas de la zona norte del asentamiento llevado a cabo por investigadores de la UAB indica que fue un poblado complejo y de larga duración y no un mero lugar de reuniones temporales ni un santuario.

El recinto calcolítico de Valencina de la Concepción (Sevilla) estuvo permanentemente ocupado a lo largo de mil años, entre el 3300 y el 2150 a. n. e., por una comunidad de varios miles de habitantes que se organizaron de manera igualitaria y alcanzaron una gran sostenibilidad económica basada en la cooperación y la diversificación.
Así lo concluye un equipo de investigación de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) que ha analizado 635 herramientas macrolíticas recuperadas de la parte norte del asentamiento del yacimiento. El estudio, publicado en Journal of Archaeological Science: Reports, replantea interpretaciones previas, que consideraban Valencina como un lugar meramente ritual o de reunión temporal, y refuerza su carácter como asentamiento complejo y de larga duración.
En la investigación ha participado también personal de la Universidad Autónoma de Madrid, de la Universidad Julius Maximilian de Würzburg (Alemania) y del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid.
Valencina de la Concepción, con 450 hectáreas de superficie total, es el yacimiento más extenso de Europa del tercer milenio a. n. e. Aunque las tumbas megalíticas de la necrópolis y sus fosos concéntricos se conocen cada vez mejor, todavía se sabe muy poco sobre otra zona, la del asentamiento, que ocupa unas 200 hectáreas, y sobre las prácticas económicas y las relaciones sociales de las comunidades que lo frecuentaron. El nuevo estudio ha permitido comprender las actividades económicas que se llevaron a cabo a lo largo de toda la ocupación del asentamiento y reevaluar su organización socioeconómica.
Los artefactos analizados provienen de unidades de habitación y producción, como cabañas de planta circular, talleres y fosas, así como del relleno de los fosos. Su análisis refleja una economía basada en actividades domésticas y de subsistencia, con una gran diversidad productiva que incluía el procesado de grano, fibras vegetales, animales, pieles, metales, piedra y otros materiales orgánicos e inorgánicos.
Las actividades se mantuvieron de manera estable a lo largo de toda la ocupación de la Edad del Cobre, hace entre 5.300 y 5.150 años. «Esto indica una ocupación permanente del asentamiento. Los únicos cambios observables entre las tres grandes fases de ocupación podrían deberse a la densidad de ocupación de la zona», señala Marina Eguíluz, investigadora predoctoral del Departamento de Prehistoria de la UAB y primera autora del estudio.
La gran variedad de trabajos identificados y el hecho de que no se haya detectado una acumulación de excedentes sugiere un modelo organizativo basado en una economía cooperativa y diversificada. Este modelo productivo, en combinación con una organización básicamente igualitaria, habría permitido a la población, formada seguramente por varios miles de habitantes, ser económicamente sostenibles a lo largo de un milenio.
«La continuidad observada resalta la sostenibilidad del modelo socioeconómico presente durante la Edad del Cobre, basado en la cooperatividad y la falta de acumulación y centralización, y diferenciado de modelos posteriores de intensificación productiva. Esto refuerza la propuesta de definir a las comunidades más desarrolladas de la Edad del Cobre del sur de la península ibérica como sociedades cooperativas de la abundancia, una forma de organización social que cuestiona profundamente los modelos evolucionistas tradicionales, basados en relaciones jerárquicas y de poder entre bandas, tribus, jefaturas o estados», destaca Roberto Risch, investigador del Departamento de Prehistoria de la UAB y coordinador del estudio.
Artefactos asociados hasta ahora a la ritualidad
Hasta ahora, la interpretación de Valencina de la Concepción se ha centrado principalmente en su necrópolis y en partes concretas del asentamiento. Se han analizado sobre todo sus prácticas funerarias, los productos de origen distante y la producción artesanal especializada de objetos de marfil, metalurgia o ámbar. Los materiales líticos han sido interpretados previamente como pruebas de ritualidad debido a su carácter reducido y su fragmentación, y han recibido poca atención como herramientas destinadas a la subsistencia y a actividades cotidianas.
Los artefactos analizados en este estudio se recuperaron de excavaciones hechas en el Cerro de la Cabeza y el Pabellón Cubierto, incluidas en el proyecto Valencina Nord, desarrollado por el Instituto Arqueológico Alemán de Madrid, la Universidad Julius Maximilian de Würzburg y la Universidad Autónoma de Madrid, en cuya investigación colabora la UAB.
El estudio muestra también que las herramientas se usaron intensivamente y que se reutilizaron los materiales, que fueron obtenidos de zonas situadas en un radio máximo de 30 kilómetros, lo que apunta a una gestión local y regional de los recursos líticos.
La metodología ha incluido el análisis tecnológico y funcional de los artefactos, así como la identificación macroscópica de las materias primas, con el fin de comprender aspectos como el origen, la producción, el uso y el descarte, así como dataciones por radiocarbono y observaciones estratigráficas. En algunas de las piezas se han recogido muestras de origen orgánico que han permitido conocer mejor su función.
El estudio hecho por los investigadores de la UAB abre la puerta a nuevas investigaciones comparativas con otros yacimientos calcolíticos centradas en los artefactos macrolíticos.
Referencia:
Marina Eguíluz Valentini, Roberto Risch, Marcello Peres, Alfredo Mederos Martín, Frank Falkenstein, Thomas X. Schuhmacher. «Economy of a Long-Term Chalcolithic Ditched Enclosure: Analysis of the Macrolithic Tool Assemblage of Valencina de la Concepción (Sevilla, Spain)», Journal of Archaeological Science: Reports. https://doi.org/10.1016/j.jasrep.2025.105039