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Universitat Autònoma de Barcelona

Identifican las «fronteras» entre las comunidades de la Edad del Bronce del sudeste ibérico

17 mar 2025
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Investigadores de la UAB y del Instituto Max Planck de Antropología Social han identificado las fronteras económicas y políticas que hace 4.000 años separaban a la sociedad de El Argar, considerada el primer estado de la península ibérica, de sus vecinos del Bronce de la Mancha y del Bronce Valenciano. Estas comunidades, con estructuras sociales menos centralizadas, mantuvieron relaciones complejas con el poder argárico. El estudio, basado en un innovador análisis de la producción y circulación de cerámica, abre la puerta a identificar dinámicas fronterizas similares en otras sociedades europeas contemporáneas de El Argar y comprender cómo se consolidaron los primeros estados en la prehistoria.

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Área central de El Argar (morado) y máxima expansión hacia 1750 a.n.e. (rojo), valle medio y alto del Segura, y principales asentamientos argáricos. ©UAB

La investigación se ha basado en el análisis de la producción y circulación de los recipientes de cerámica en el norte de la provincia de Murcia, un espacio limítrofe entre El Argar y los grupos del Bronce Valenciano y de la Mancha, para reconstruir las dinámicas de interacción entre estas tres comunidades de la Edad del Bronce Antiguo (2200-1550 a.n.e.). Esto ha permitido trazar los territorios de frontera y las relaciones sociales entre estos grupos. El trabajo se ha publicado en el Journal of Archaeological Method and Theory.

Se trata de un estudio pionero sobre fronteras prehistóricas. «Cualquier esfuerzo por comprender la consolidación de los primeros estados en la prehistoria reciente debe tener en cuenta cómo se crearon y mantuvieron las fronteras políticas. Sin embargo, en arqueología las fronteras han recibido relativamente poca atención, a pesar de que uno de sus conceptos estructuradores clave, las “culturas arqueológicas”, implica límites espaciales entre entidades sociales, económicas o políticas», explica Roberto Risch, profesor del Departamento de Prehistoria de la UAB y coordinador del estudio.

El análisis ha permitido identificar patrones claros de interacciones entre el núcleo de El Argar y sus vecinos que evidencian la existencia de fronteras socioeconómicas y políticas. «Hemos logrado observar zonas activas de intercambio y negociación, en las que las relaciones de poder y las diferencias sociales se pueden reseguir a través de la circulación de los vasos de cerámica», explica Adrià Moreno Gil, investigador del Instituto Max Planck de Antropología Social y de la Oficina de Patrimonio de Sajonia-Anhalt (Alemania) y primer autor del estudio.

Las zonas fronterizas identificadas están marcadas por diferencias significativas entre las arcillas y las técnicas de alfarería usadas en distintas regiones de la cuenca del río Segura. En todos los poblados de la parte sur dominan cerámicas típicamente argáricas fabricadas con arcillas que se encuentran a más de un centenar de kilómetros más al sur, en las sierras litorales de Murcia y Almería, lo que implica la existencia de una red de distribución de cerámicas argáricas de escala regional, controlada por los poblados de la zona nuclear argárica. Contrariamente, en la zona norte del área de estudio se observa una multiplicidad de pequeñas alfarerías que utilizaron arcillas locales.

Este contraste tan marcado, señalan los investigadores, tenía que responder a sistemas económicos marcadamente diferentes. Mientras que El Argar era capaz de fabricar grandes cantidades de cerámicas en las proximidades de depósitos de arcilla muy específicos y hacerlas circular a grandes distancias, las comunidades de la periferia continuaban con una producción básicamente doméstica y a escala local. «Todo esto supuso la consolidación de relaciones asimétricas entre los grupos del sureste peninsular, marcadas por la preeminencia de El Argar, en el control no solo de recursos estratégicos, como los metales, sino también de objetos de uso cotidiano, como la cerámica. La imposición de fronteras sirvió, en última instancia, para fijar estas relaciones desiguales, convirtiéndolas en un verdadero sistema de centro y periferia», concluye Adrià Moreno Gil.

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Copa cerámica, emblemática de la fase de auge de El Argar. (©J.A. Soldevilla; ASOME-UAB) y cerámica de las comunidades periféricas de El Argar, procedente del Cerro de la Campana (Yecla). (@ASOME-UAB)

Primeras estructuras de estado de El Argar

El estudio publicado ahora refuerza la interpretación de la sociedad de El Argar como una organización política y económica sumamente integrada y uniforme, con redes de circulación de materias primas y productos mucho más desarrolladas de lo que hasta ahora se había pensado. «Estos resultados fortalecen notablemente la hipótesis de que El Argar llegó a desarrollar las primeras estructuras de estado alrededor de 1800 a. C. en Europa occidental», detalla Roberto Risch.

Antes del estudio, se sabía que El Argar era una sociedad expansionista que, desde un núcleo originario relativamente pequeño, de aproximadamente 5.000 kilómetros cuadrados, llegó a controlar una gran área del sureste peninsular (unos 35.000 kilómetros cuadrados). Sin embargo, las dinámicas concretas de las relaciones políticas, económicas y sociales entre El Argar y sus grupos vecinos y cómo estas relaciones se concretaron en un espacio fronterizo no habían sido objeto de estudio hasta ahora. Y, aunque se había reconocido la importancia de las fronteras para el funcionamiento de los estados, no existía ninguna investigación dedicada a estudiar concretamente una zona fronteriza.

Nueva metodología para el estudio de las civilizaciones prehistóricas

Los investigadores han aplicado una metodología novedosa basada en la prospección de yacimientos, el análisis de los materiales cerámicos (incluido su estudio petrográfico) y la aplicación de modelos espaciales usando sistemas de información geográfica (GIS). Esta combinación metodológica ha permitido trazar áreas de producción y circulación cerámica con un nivel de detalle sin precedentes.

«A nivel metodológico, nuestro estudio demuestra que el análisis de la cerámica es una herramienta clave para entender los intercambios económicos, las relaciones sociales y la configuración de espacios fronterizos entre entidades políticas y económicas, especialmente en contextos de dinámicas complejas y desiguales como este», destaca Carla Garrido García, investigadora predoctoral de la UAB y coautora del estudio.

Esta metodología podría aplicarse al estudio de otras culturas contemporáneas de El Argar, como la cultura de Únětice en Europa central o la civilización minoica en Creta, para comprender mejor cómo se estructuraban y cómo mantenían sus fronteras con los grupos vecinos. Estas sociedades, al igual que El Argar, desarrollaron sistemas económicos y políticos complejos, cuyas dinámicas fronterizas aún no se han explorado suficientemente.

El estudio ha sido financiado por el Instituto Max Planck de Antropología Social (Halle Saale, Alemania), la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) de la Generalitat de Catalunya y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España.

Artículo de referencia: Adrià Moreno Gil, Carla Garrido García, Bárbara Bonora Soriano, David Gómez‑Gras, Roberto Risch. «Bronze Age Frontiers and Pottery Circulation: Political and Economic Relations at the Northern Fringes of El Argar, Southeast Iberia, ca. 2200–1550 BCE». Journal of Archaeological Method and Theory (2025). https://doi.org/10.1007/s10816-025-09702-y

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