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Universitat Autònoma de Barcelona

El 60 % de la población catalana está de acuerdo con la inmigración

24 jul 2024
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El Institut de Ciències Polítiques i Socials (ICPS) ha presentado las conclusiones de su sondeo anual de 2023 sobre la opinión del electorado catalán respecto a la inmigración, recogidas en el nuevo cuaderno ‘La immigració a Catalunya: Un debat construït?’. Los indicadores evidencian una visión mucho más tolerante hacia este fenómeno conforme a hace treinta años.

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La presentación ha ido a cargo de Oriol Bartomeus, director del ICPS (UAB - Diputación de Barcelona) y profesor asociado del Departamento de Ciencia Política y Derecho Público de la UAB.

Todos los indicadores muestran un incremento consistente de las respuestas favorables al fenómeno migratorio, en comparación a los datos obtenidos hace treinta años. Esta visión es más remarcable si se tiene en cuenta que a principios de los años noventa o de este siglo el número de personas extranjeras residentes en Cataluña apenas pasaba de 100.000, mientras que ahora son un colectivo que sobrepasa el millón, cifra que se ha multiplicado por diez.

Así, la imagen que proyecta la opinión pública recogida en el sondeo del ICPS de 2023 es la de un electorado mayoritariamente favorable a la inmigración. Casi el 60 % de las personas encuestadas está de acuerdo con la inmigración y un 22 % se muestra en desacuerdo.

El grado de acuerdo coincide con el registrado en los primeros siete años de este siglo (en 2003 llegó al 60,3 %). Ahora bien, el grado de desacuerdo es significativamente más bajo del de aquella época, cuando un tercio de la población catalana mayor de edad se manifestaba en desacuerdo con la inmigración.

También varía de manera evidente la opinión sobre la necesidad de limitar la entrada de inmigrantes al país respecto a hace treinta años. Si entonces la mayoría creía que tenía que limitarse la entrada de personas inmigradas (65 %), ahora la población en desacuerdo muestra una ligera ventaja (51 %). Aun así, es el elemento más crítico, puesto que un 44 % apoya esta limitación.

En cuanto a las situaciones que se pueden asociar a la inmigración, prácticamente todas las personas encuestadas no consideran grave tener un vecino inmigrante (96 %) y la mayoría tampoco cree que sea grave edificar una mezquita cerca de su casa (73 %). En ambos casos, las cifras son más positivas que las de años anteriores.

También mejora la opinión de las personas encuestadas en cuanto a la posibilidad de tener un jefe de otra raza en el trabajo, que ya eran positivas hace treinta años. Entonces el 80% se mostraba en desacuerdo con la afirmación «En el trabajo no me gustaría que mi jefe fuera una persona de otra raza» y ahora esta cifra aumenta hasta el 94%.

Se observa un incremento con los años de las personas en desacuerdo con la justificación de las acciones violentas contra la gente de fuera, a pesar de que todavía se mantiene un porcentaje de personas que dicen estar de acuerdo (12 %, solo cinco puntos menos que hace treinta años).

También ha habido un cambio de fondo en la percepción del rechazo a la inmigración. Si en 1992 la mayoría de las respuestas (55 %) indicaban que el motivo era laboral («Quitan el trabajo de los de aquí.»), treinta años más tarde solo el 17 % da esta respuesta. En cambio, la mayoría (35 %) aduce motivos eminentemente culturales («No aceptan nuestras costumbres.», «Tienen religiones diferentes.»). El incremento de esta respuesta es de 20 puntos, y también crecen los que señalan las diferencias religiosas, que pasan del 3 al 10 %.

Las mujeres jóvenes, las que muestran opiniones más favorables a la inmigración

Las personas que muestran una actitud menos favorable a la inmigración suelen ser hombres de más de 64 años o mujeres de más de 49, con estudios secundarios o inferiores, ubicados en el centroderecha o a la derecha, votantes del PP, Vox o Ciudadanos, pertenecientes a la clase de propietarios o de trabajadores manuales, con especial incidencia entre las personas que hacen tareas del hogar no remuneradas.

Las más favorables acostumbran a ser mujeres menores de 50 años con estudios superiores, que se sitúan a la izquierda y en el centroizquierda, recuerdan haber votado a Comuns o a la CUP y que pertenecen a la clase de servicios (directivos y profesionales).

En general se observa como las generaciones nuevas muestran una opinión más favorable a la inmigración que las más antiguas, hecho que podría explicar en buena parte el cambio general de la opinión del electorado catalán.

Los sondeos anuales del ICPS incorporaron desde sus primero años preguntas para conocer la opinión sobre la inmigración. Desde el organismo destacan el hecho que «el resurgimiento del fenómeno como problema coincide con su retorno al debate público, propiciado por la presencia de los partidos de extrema derecha, que en algunos casos han provocado que otras formaciones hayan situado el tema en su repertorio discursivo».

Así, las conclusiones del sondeo evidencian que «el debate sobre la inmigración parece responder más a una voluntad de crear una opinión desde algunas posiciones políticas que a una auténtica demanda social sobre el tema». Aun así, aseguran que «a pesar del carácter artificial de la creación de un problema inmigratorio, no se tiene que descartar que la inmigración pueda acabar convirtiéndose en un tema de debate capaz de tensar la sociedad catalana si no se actúa para pararlo».

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