Décimo aniversario de la Planta Piloto MELISSA
04/04/2019
Coincidiendo con el décimo aniversario del laboratorio Planta Piloto MELISSA de la UAB, y los 30 años desde el inicio del proyecto en la Agencia Espacial Europea (ESA), a lo largo de la mañana de hoy ha tenido lugar una jornada para hacer balance de los resultados obtenidos, presentar las últimas mejoras tecnológicas del laboratorio y explicar la nueva etapa en la que entra el proyecto. En la reunión han participado Christophe Lasseur y Brigitte Lamaze, coordinadores del proyecto MELiSSA en la ESA, y Francesc Gòdia, profesor del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la UAB y director de la planta Piloto MELiSSA, y ha contado con la presencia de representantes del Consorcio internacional que desarrolla el proyecto MELiSSA, delegaciones nacionales en la Agencia Espacial Europea, como el CDTI en el caso de España, y de las diferentes empresas que colaboran desarrollando tecnología para el proyecto. También han intervenido Margarita Arboix, rectora de la UAB; Joan Gómez Pallarès, director general de Investigación de la Generalitat de Catalunya; Franco Ongaro, director de Tecnología, Ingeniería y Calidad de la ESA; y Rafael Rodrigo, director general de Política Científica del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
MELiSSA es el acrónimo de Micro-Ecological Life Support System Alternative, un proyecto innovador de la Agencia Espacial Europea que se inició como parte de un programa de investigación sobre tecnologías de apoyo a la vida para hacer posibles las misiones tripuladas de larga duración en el espacio. De hecho, la planta piloto de la UAB cumple diez años y el proyecto desde sus orígenes celebra este año su 30 aniversario. Se trata del único laboratorio en Europa para la demostración de sistemas de apoyo a la vida de ciclo cerrado, un sistema de regeneración circular que produce agua, alimentos y oxígeno recuperados a partir de los residuos, el dióxido de carbono y minerales.
Las misiones tripuladas de larga duración no se podrán llevar a cabo sin un sistema de regeneración como el que se desarrolla con el proyecto MELISSA, que reducirá la logística necesaria para mantener a la tripulación. Se calcula que, sin reciclar, se necesitarían unas 30 toneladas de material para una misión de 1000 días en Marte. Para lograrlo, el proyecto propone un sistema circular, con la generación de material comestible a partir de plantas y microalgas, la revitalización de la atmósfera para hacerla respirable, la recuperación de agua potable, y el reciclaje de los residuos generados por la tripulación y por el crecimiento de las plantas. El proyecto MELISSA tiene como objetivo ideal el reciclaje del 100% de todos los elementos químicos de estos procesos, es decir, lograr un ecosistema autosostenible sin ningún tipo de apoyo externo. Se trata de un desafío muy grande en términos de control de procesos, estabilidad, seguridad y robustez.
En los últimos diez años, desde la inauguración de la Planta Piloto MELISSA en la UAB, se ha llegado a resultados de éxito en la construcción de los compartimentos que configuran la planta. Se ha conseguido mantener en funcionamiento tres de los seis compartimentos necesarios para completar el ciclo de vida sin aportación exterior en un periodo largo de tiempo: un biorreactor de nitrificación, un fotobiorreactor de microalgas y un compartimento aislado con una "tripulación" muestra de tres ratas.
Para iniciar la nueva fase del proyecto, que será decisiva para el cumplimiento de los objetivos, los compartimentos han sido mejorados especialmente en cuanto a la esterilidad, para evitar la contaminación externa. La instalación se ha hecho más resistente contra potenciales elementos contaminadores con mejoras tecnológicas y con un cambio en las características del techo de la planta. Además, se ha mejorado la eficiencia del sistema de iluminación de las microalgas, ahora basado en fuentes LED.
De forma paralela, desde la ESA también se han producido mejoras en el proyecto global, como son el envío del fotobiorreactor ARTEMISS a la Estación Espacial Internacional (ISS), y la exposición de bacterias nitrificantes al ambiente espacial (NITRIMEL) a bordo de un satélite ruso.
El proyecto MELISSA es un proyecto internacional multidisciplinar con un equipo que conforma el núcleo de catorce socios, incluyendo la ESA: la Universitat Autònoma de Barcelona, SCK / CEN (Mol, Bélgica), VITO (Mol, Bélgica), University of Ghent (Gante, Bélgica), University of Mons (Mons, Bélgica), University of Guelph (Guelph, Canadá), University Clermont Auvergne (Clermont-Ferrand, Francia), SHERPA Engineering (Paris, Francia), Enginsoft (Bergamo, Italia), University of Napoli Federico II (Nápoles, Italia), Univeristy of Lausanne (Lausanne, Suiza), IPStar (Vught, Países Bajos), y the MELiSSA Foundation (Brussels, Bélgica). La coordinación del consorcio está a cargo de la ESA, y a medida que el proyecto se desarrolla, más y más empresas y organizaciones europeas contribuyen, aportando experiencia. A día de hoy hay más de 50 organizaciones de 12 países diferentes que han contribuido al proyecto MELISSA. Los científicos e ingenieros de MELISSA tienen diferentes perfiles (académicos, industriales) y comparten una experiencia multidisciplinar en microbiología, modelización, ingeniería de procesos, biotecnología, ingeniería de sistemas, nutrición, automatización, genómica y proteómica, entre otros.