“Hay mucho conocimiento y experiencia acumulada y todo esto queda muy ahogado en función de los estereotipos vinculados a la edad”
Quieres ser mentor y compartir tu experiencia?
22/11/2018
Hablamos con Maria Jesús Comellas, doctora en Psicología UAB ’85 y profesora de Psicopedagogía durante muchos años en la UAB, y Jaume Cela, Educación UAB '77, sobre el proyecto XEC3, Red de Experiencia, Construcción Compartida de Conocimiento.
Comellas es la impulsora de este proyecto de mentoría intergeneracional donde personas jubiladas aportan su conocimiento a jóvenes estudiantes que están elaborando un trabajo de investigación. Cela es uno de los 80 mentores que forman parte de la iniciativa.
El objetivo del proyecto XEC3, del grupo de investigación GRODE UAB, es construir conocimiento a partir de las relaciones multigeneracionales. ¿Cuál es el embrión del proyecto?
Maria Jesús Comellas (MJC) – Cuando era profesora de la UAB trabajé en dos proyectos: uno sobre la convivencia en los centros y el otro sobre el trabajo en familias, que ha sido una de mis pasiones. El objetivo siempre ha sido no maltratar tanto a las familias como estamos haciendo desde la sociedad, exigiéndoles cosas que no tocan y minimizando su saber y su acción educativa en casa dándoles siempre lecciones.
Una vez fui profesora emérita de la UAB, hice público un trabajo que había ido emergiendo desde hacía unos 10 años. Con todo este trabajo con las familias, observé que siempre se acusaba a los abuelos y abuelas de malcriar a las criaturas y de ser los causantes de muchos problemas y no me gustaba esta mirada, de manera que pensé que teníamos que dar un enfoque diferente de cara a la generación sénior. Yo siempre decía que hay mucho conocimiento y experiencia acumulada, y que todo esto se quedaba muy ahogado en función de los estereotipos vinculados a la edad.
El proyecto trabaja con tres perfiles generacionales: mentor sénior con experiencia en un campo, profesorado (generación intermedia) y alumnado joven que está haciendo un trabajo de investigación.
MJC – Sí, exacto, los perfiles están muy bien dibujados. La tutoría siempre es entre profesor y alumnado, cualquier acción que haga el mentor con el alumno, incluye al profesor. Siempre es el profesor el que hace el seguimiento y la avaluación y el mentor acompaña, aporta experiencia, bibliografía…
Jaume Cela (JC) – Es la importancia de encontrar vínculos de colaboración y de participación. Yo soy de una generación que fuimos los que construimos, para bien o para mal, la escuela pública en el franquismo y el postfranquismo, y se nos ofreció la posibilidad de jubilarnos a los 60 años. Se ha perdido la oportunidad, pero no de forma definitiva, de aprovechar la experiencia de muchas y muchos maestros con muchos años de vida en el aula para acompañar los itinerarios formativos de maestros noveles. Imagínate la riqueza de una persona que tiene 30-40 años de experiencia reunida con un grupo de gente de prácticas en una misma escuela, se reúnen y discuten qué problemas se han encontrado, qué han observado…
¿En qué punto se encuentra el proyecto?
MJC – Hay una lista de más de 80 personas sénior que quieren participar como mentores y ya hemos tenido 8 experiencias de mentoría positivas con estudiantes de bachillerato que realizan su trabajo de investigación. Además, se está intentando aplicar con los Trabajos de Fin de Grado, hemos hablado con todas las universidades, porque creemos que es el lugar donde se construye el conocimiento.
De hecho, uno de estos 8 casos de éxito es el tuyo, Jaume.
JC – Sí, yo hice de mentor de un trabajo y tengo un recuerdo excelente. Sobre todo, lo que es primordial es el entendimiento entre el mentor y el profesor de secundaria, y con Sergio tuvimos un feeling extraordinario desde el primer día. Acompañé dos estudiantes que querían hacer un proyecto de cine, y el cine es mi locura. Fueron cuatro o cinco reuniones con ellas para ir haciendo el seguimiento del trabajo y poderles traer material, el trabajo fuerte lo hizo el tutor.
¿Qué perfil han de tener los mentores?
MJC – Los mentores no hace falta que sean profesores, tenemos empresarios, economistas, personas del campo de la medicina. Hay médicos que piensan: “¿Y ahora qué hago?”. O empresarios, gente acostumbrada a gestionar, a moverse, con un conocimiento de la realidad que alguien necesita. En uno de los trabajos que hemos mentorizado, dos alumnas montaron una empresa, una peluquería, y participó un empresario que acabó muy satisfecho.
Con esta relación entre generaciones se trabajan los estereotipos y se cambia la mirada.
MJC – Sí, por ejemplo, el empresario cuando se encontró con las dos alumnas de 17 años que querían montar la peluquería, nos llamó y nos dijo: “Os habéis equivocado, son muy pequeñas y no saben nada”, pero después fue una gran experiencia. Cambian los estereotipos en los dos sentidos, aquel hombre se revitalizó pensando que la sociedad está mejor de lo que se pensaba, porque vio que hay juventud interesada en muchos temas. Es un intercambio a partir del conocimiento y del reconocimiento.
El proyecto está muy ligado al concepto de generatividad.
MJC – Sí, exacto, porque consiste en devolver a la sociedad parte de tu bagaje, generar conocimiento nuevo. Se está hablando mucho de las islas sociales, pero también que el apoyo entre personas sea una manera de vivir en una sociedad más amable, y no cada uno a la suya, forma parte de esta generosidad.
JC – Cada vez más, desde muchas instancias, se va generalizando la creación de red. Por ejemplo, en las escuelas mantenemos, o por vía directa o por vía de los medios informáticos, la creación de estas redes para establecer vínculos de conocimiento, de relación, para no quedarnos aislados cada uno en nuestro centro. Es una de las grandes novedades que hay ahora.
Los dos provenís del mundo de la educación, sois titulados en la UAB y mantenéis una vinculación muy estrecha con esta universidad. ¿Cómo fueron vuestros inicios?
MJC – Yo estudié a los 14 años en la Escola de Mestres de Barcelona, en Rambla de Catalunya. En el 62 entré en la escuela Talitha, en Sarrià, un colegio con toda una mirada pedagógica. La directora, que fue promotora de Rosa Sensat, me dijo “¿Por qué no vas a la universidad y continúas estudiando?” Ni a mí ni a mi familia se nos había pasado por la cabeza, yo venía de Terrassa, ciudad textil, de familia obrera. Finalmente me licencié en Psicología en la Universitat de Barcelona.
JC – Yo a los 18 años trabajaba en el Banco Vitalicio de España y los fines de semana hacía de monitor en un esplai. Uno de los Escolapios me dijo “Escucha, tú con los niños parece que te apañas, ¿por qué no vienes a hacer de maestro?”. No me lo había planteado nunca en mi vida y además yo no había hecho ni Bachillerato, hice Comercio, que era lo que estudiábamos los pobres. Me quedé absolutamente absorbido por los niños, y por un lado comencé a estudiar Bachillerato, y después comencé a ir a la Escola d’Estiu de Rosa Sensat y me titulé el 1977 en la Escola de Mestres de Sant Cugat, vinculada a la Universitat Autònoma de Barcelona.
Y os habéis ido especializando. En tu caso, Maria Jesús, fuiste profesora en la UAB.
MJC – Con mi mirada de maestra, siempre pedagógica, de alguna manera fui viendo que había criaturas que en la escuela no se adaptaban y fue cuando comencé en Escola Heura, en Terrassa, de niños con dificultades. Y en paralelo, el año 68 entré en Escola La Roda, un colegio muy innovador en el movimiento de renovación pedagógica, comenzamos a abrir caminos, haciendo proyectos sin libros…
En 1976, conocí un profesor de la UAB y me dijo que necesitaba alguien que conociera realmente el terreno, y entré en la UAB. En 1985 presenté la tesis sobre las dificultades de aprendizaje, y en 1987 hice oposiciones a profesora titular. El mundo universitario lo encontré interesantísimo por el contacto con la juventud, a la cual podía transmitir el interés por la educación, de todas maneras, siempre seguí en contacto con escuelas asesorándolas en muchos proyectos educativos. Conseguimos que la UAB tuviera los estudios de Educación Especial y en 1991, con profesorado de todo el Estado, creamos la titulación de Psicopedagogía, con la cual mi identidad quedó muy estructurada.
Jaume, fuiste durante 23 años director de la Escoleta, la escuela de Educación Primaria ubicada en la UAB, ¿cómo llegaste?
JC – Después de hacer de maestro en varias escuelas de Barcelona, me ofrecieron la posibilidad de ir a trabajar a la Ejecutiva de la Asociación de Maestros de Rosa Sensat, que para mí era el sitio emblemático de la formación y de los modelos de escuela que yo quería hacer realidad. Estuve cuatro años trabajando en la Ejecutiva de Rosa Sensat, tres de los cuales en la presidencia de la asociación. Después me ofrecieron venir a trabajar a la Escoleta cuando era una escuela anexa a la Facultad de Ciencias de la Educación, y pronto entré a formar parte del equipo directivo. Todavía ahora, una vez jubilado, vengo a hacer trabajo voluntario cada lunes. A parte de esto, estoy muy vinculado a los movimientos de renovación pedagógica, la Federació de Moviments de Renovació Pedagògica de Catalunya, soy miembro del Consell Escolar de Catalunya y he participado en diferentes investigaciones vinculadas sobre todo al tema de lengua y perfil docente. He escrito mucho sobre educación y sobre literatura infantil y juvenil y para adultos, tengo publicados entre 70 y 80 libros y muchos artículos en diarios y revistas.
Jaume, durante todos estos años que has ejercido como docente, ¿cómo has visto evolucionar la educación?
JC – Tenemos nuevos retos y nuevos elementos que estaban presentes en los momentos iniciales, pero ante una sociedad tan tremendamente cambiante como en la que vivimos, tan acelerada, donde hay cosas tan interesantes vinculadas a esta idea del cambio y de la renovación, me sitúo en el otro lado e intento pensar qué es aquello que tenemos que mantener vivo para que la acción educativa sea realmente una acción educativa. Como es, por ejemplo, la acogida, la capacidad de mostrar el mundo, la capacidad de escuchar, de acompañar a los niños en el proceso de descubrir el mundo… Son cosas que a mí me parece que se tienen que mantener a pesar de todos los cambios que puedan haber. Por lo tanto, bienvenidos sean todos los cambios, pero innovar siempre lo interpreto como un diálogo con la tradición. Nuestro trabajo es ayudar a construir una persona que tiene unas necesidades, te las expresa e intentas dar respuesta.
Volviendo al proyecto XEC3, el próximo 27 de noviembre, celebráis el segundo seminario anual del proyecto.
MJC – Sí, queremos dar cuenta de todo el trabajo del año y sugerir a las personas que vengan a hacer grupos de trabajo sobre diferentes temáticas, por ejemplo, sobre los estereotipos por razones de edad, o sobre la evolución de los campos profesionales, sobre las necesidades que pueda haber o el conocimiento que se pierde. Con el objetivo de intentar convencerles que vale la pena mantenerlos activos por el conocimiento, de potenciar el conocimiento que tienen, podemos hacer grupos de especialidad heterogénea, o por áreas, grupos que sean intergeneracionales. Todo esto está en el foco de la innovación, y para la UAB, que es tan innovadora, es un interés mutuo.
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