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'Es una historia de amistad femenina intimista, que ha enamorado y estoy muy feliz'

Fotografia Cristina Campos
Cristina Campos, alumni de Humanidades ’97, ha dedicado su trayectoria profesional al cine, en trabajos de producción y actualmente como directora de casting con directores como Agustí Villaronga, Joel Joan o Jaume Balagueró. A principios de año publicaba su primera novela Pan de limón con semillas de amapola.

22/04/2016

Licenciada en la primera promoción de Humanidades de la UAB, durante los estudios decidió ir de erasmus a la ciudad alemana de Heidelberg, donde se quedó durante casi tres años. Un Erasmus que le abrió las puertas al cine (trabajó en el Festival de Cine Internacional de Manheim-Heidelberg), al que finalmente ha dedicado su trayectoria profesional realizando trabajos de producción y actualmente como directora de casting de series o películas. Veinte años leyendo guiones que la han conducido a publicar Pan de limón con semillas de amapola (Planeta, 2016), su opera prima, con una gran acogida internacional.

1- Formaste parte de la primera promoción de Humanidades de la UAB a principios de los años 90, ¿cómo viviste esa época?
Éramos unas 40 personas, éramos como una familia pequeña, fue una gran experiencia. Mis amigas, a quienes dedico el libro, son amigas de la UAB, este vínculo ha sido tan importante como los estudios en la universidad. Siento cierto agradecimiento a todo el profesorado que he tenido en mi trayectoria universitaria, porque yo no era una niña que de pequeña escribiera, ni con una creatividad impresionante, mi primer contacto importante con la literatura fue en Humanidades.
 
2- ¿Por qué escogiste la UAB?
Me apetecía salir de Barcelona, siempre había estudiado en el centro de Barcelona, era como salir al campo. Es un motivo más bien romántico. Recuerdo muy especialmente al profesor de alemán Bernd Springer, me gustaban sus clases, además, cuando quise ir de Erasmus, confió en mí, y obtuve una beca para estudiar en Heidelberg. Al final, estuve casi 3 años, Alemania me abrazó des del primer momento en que puse los pies, encontré profesores buenísimos, buenos amigos, el amor y un trabajo en el Festival Internacional de Cine de Manheim-Heidelberg. De este periodo ha salido la novela, que ha sido un éxito internacional. Creo que hay alguna cosa de todo lo que me ha pasado, que es gracias a esa beca.
 
3- ¿Cómo llegaste a trabajar en el Festival?
Primero, comencé a trabajar en la Feria de Frankfurt de traductora de alemán-español. Y finalmente, por casualidad, acompañando un día a una amiga a Manheim, conocí al director del festival, un enamorado de Mallorca, que me propuso trabajar allí. Yo no tenía ni idea de cine, pero acepté.
 
4- ¿Cuáles eran tus tareas allí?
Durante el proceso  de la selección de las dieciséis películas que se proyectaban, ayudaba a la coordinación. Y durante el Festival, atendía a los invitados, sobre todo a los de habla hispana, y además, hacía de coordinadora de los meetings de coproducción audiovisual, donde se encuentran los responsables de proyectos con posibles productores.
 
5- Finalmente, vuelves a Barcelona.
De eso hace 17 años, y ya había decidido dedicarme al cine. Pasé por todas las productoras a entregar currículums. Una de ellas fue Els films de la Rambla de Ventura Pons, donde me quedé encerrada en el ascensor, me cogió pánico, y comencé a gritar. Les hizo tanta gracia que me contractaron, además hablaba inglés y alemán, pero reímos mucho. Una de las primeras películas que hice fue Morir o no de Ventura Pons. Estuve ocho años trabajando de secretaria de producción de rodaje y pasé a ayudante de producción, y en un tiempo, me incorporé al equipo de dirección de cine, hasta que empecé a hacer castings ya hace 10 años, actualmente soy directora de casting. He trabajado en una mini serie preciosa Carta a Eva, de Agustí Villaronga, he hecho la última serie codirigida por Joel Joan y Héctor Claramunt, El Crack, muy divertida. I he hecho toda la saga de películas de REC.

 
6- ¿Qué características necesita una persona para ser una buena directora de càsting?
Yo leo el guion cuando lo recibo, quedo con el director y lo escucho. Mi trabajo es saber escuchar al director, porque el mismo guion dirigido por Agustí Villaronga o Joel Joan serían dos historias completamente diferentes. Tengo que ser un poco psicóloga, saber entender al director y tener sentido común. Una vez he entendido al director, hago un desglose de personajes y busco los actores más adecuados para dar vida a unos personajes que de momento son sólo en el papel. Cuando ya los he escogido, les paso una separata, que es un trozo de guion de unas dos páginas, lo memorizan y les pongo delante de la cámara.


 
7- Acabas de publicar tu primera novela Pan de limón con semillas de amapola. ¿De donde surge tu lado literario?
Durante veinte años he leído muchos guiones, porque no sólo trabajo con guiones que finalmente salen, sino con muchos que finalmente no salen, ya que hago un trabajo previo para ayudar a encontrar financiación. Así que comencé a escribir guiones, el primero recibió un premio del Institut de les Ciències i les Arts Audiovisuals (ICAA), y pude escribir durante un año, pero finalmente no salió financiación. Después escribí otro y la Unión Europea, lo premió, pero tampoco salió, escribí un tercer guion con los mismos resultados y decidí tirar la toalla. Recibir dinero para escribir está muy bien, pero como escritor, te gusta compartir y que la gente lea tus guiones. Pero a raíz de esto, el grupo Planeta me contactó, aunque yo ya no quería seguir trabajando con los guiones. Me encerré durante un año a escribir una novela, una historia de amistad femenina, una historia intimista, que ha enamorado y estoy muy feliz.
 
8- Explícanos la trama del libro.
Es la historia de cuatro mujeres que se convierten en amigas amasando pan en una panadería de un pueblo de la sierra de Tramuntana en Mallorca. Tienen vidas muy diferentes, son mujeres opuestas, pero que de alguna manera, unidas, hacen un equipo. Tengo tres buenas amigas de la época universitaria y me he inspirado mucho en sus vidas, ahora ya son madres, pero nos vemos, son mi tribu, mi tribu de la Autònoma. Una de las protagonistas se llama Marina, y es una cooperante de Médicos sin Fronteras, como una amiga mía. Después está Ana, una mujer de mediana edad con una hija adolescente y Úrsula una mujer de 80 años, que es escritora. La cuestión es observar la vida de los que tienes cerca, ver los conflictos que tenemos todos y los giros que da la vida a veces sin que lo esperemos, y volcar-lo todo en la historia.
 
9- El libro fue escogido, con diez novelas más de todo el mundo, para participar en las coproducciones cinematográficas del Festival de Cine de Berlín, que permitiría adaptarla al cine y sus derechos han sido comprados en Alemania, Italia y Polonia. ¿Veremos la historia en los cines?
Ir al Festival de Cine de Berlín te abre las puertas a coproducciones internacionales, pero ya veremos qué pasa, porque hacer cine es muy complicado. Hice un postgrado de guion a los 35 años en el ESCAC, he aprendido a escribir de la mano de guionistas profesionales y escribí la novela casi como si se tratara de un guion. En un guion, al contrario que en la literatura, sólo se escribe lo que se puede fotografiar. Cuando pasé el primer manuscrito a Planeta, les gustó mucho, pero me dijeron que todo era fotografía pura, que tenía que intentar profundizar en el alma de los personajes. Y lo entendí, porque en un guion no puedes poner nada que la cámara no pueda proyectar.
 
10- ¿Cómo has vivido la buena acogida de la novela?
Con la serenidad de los 40, estoy orgullosa, pero muy serena. Cuando no vienes de un ámbito literario, nunca piensas que escribirás una novela. Soy una gran lectora y la vida me ha ido poniendo un poco las cosas en mi camino, de hecho, cuando tiré la toalla, pensaba que no volvería a escribir nunca más.