Zonas de bajas emisiones: ¿son realmente injustas?
Frente a la emergencia climática, Europa ha incorporado las Zonas de Bajas Emisiones, áreas donde restringe la circulación de los vehículos más contaminantes. Ahora bien, si las personas con menores ingresos suelen tener vehículos más contaminantes, ¿cómo se relacionan las ZBE con el fomento de desigualdades? Este artículo de Charlotte Liotta, del ICTA-UAB, analiza su impacto en la accesibilidad al empleo en ocho ciudades francesas que han implantado esta medida.
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Las Zonas de Bajas Emisiones, o ZBE, son áreas generalmente situadas en el centro de las ciudades, donde se restringe la circulación de los vehículos más contaminantes con el fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad del aire. El número de ZBE ha aumentado rápidamente en Europa en los últimos años. En concreto, en España es obligatoria la implementación de ZBE en ciudades de más de 50.000 habitantes, según lo establecido en la Ley de cambio climático y transición energética.
Los escasos estudios existentes demuestran que, en su mayoría las ZBE tienen un impacto significativo en la calidad del aire y la salud de los residentes, además de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, el impacto de las ZBE en términos de movilidad es mucho más controvertido. Unos de los argumentos que se utiliza con frecuencia es que las ZBE perjudican el derecho de movilidad de los residentes, y que se introducen con demasiada rapidez sin permitir que estos se adapten. En ocasiones se las describe como discriminatorias, ya que los residentes más pobres, que suelen tener los vehículos más contaminantes, son los más afectados por esta medida.
Aunque la medida es controvertida, resulta sorprendente que haya pocos estudios científicos sobre el impacto de las ZBE en términos de justicia social. Nuestro estudio pretende solventar esta situación analizando el impacto de las ZBE en el acceso al empleo de los residentes de ocho ciudades francesas en las que actualmente se están implantando una ZBE. La accesibilidad al empleo la definimos como el número de empleos disponibles en la categoría socioprofesional de un individuo, ponderado por el tiempo de desplazamiento.
Nuestros resultados muestran que las críticas parecen estar justificadas: la pérdida de accesibilidad al empleo debida a las ZBE es significativa, ya que afecta de media a más del 20% para determinadas categorías y ciudades. En términos de desigualdad, en 6 de las 8 ciudades, los más afectados son los menos cualificados. Los grupos más vulnerables y los más acomodados viven y trabajan en lugares distintos, y se desplazan de maneras diferentes. Aunque la mayoría de las personas que viven y trabajan en la ZBE pertenecen a clases altas y, por tanto, son las más afectadas, son las personas con menos recursos las que se ven más perjudicadas. Este hecho se basa en que las personas con menores ingresos suelen tener vehículos más contaminantes. Además, es más probable que estos últimos experimenten más dificultades a acceder andando o en transporte público a su lugar de residencia o trabajo a causa de las largas distancias.
Por eso, para que sean justas, las ZBE deben ir acompañadas de un conjunto coherente de políticas públicas, centradas en la reducción de desigualdades y que combinen estrategias a corto y largo plazo, como subvenciones para la compra de vehículos menos contaminantes, exenciones de la ZBE, o ampliaciones de la red de transporte público.
Charlotte Liotta
ICTA-UAB
Referencias: Liotta, C. (2025). What drives inequalities in Low Emission Zones’ impacts on job accessibility? Transport Policy, Volume 160, Pages 29-41. https://doi.org/10.1016/j.tranpol.2024.10.029