Resumen de las ponencias
Jordi Fernández Castro. Grupo de investigación en Estrés y Salud (GIES) de la UAB
El estrés laboral es una condición prevalente en el trabajo de enfermería, y que depende tanto de variables relacionadas con la persona, como de las condiciones del entorno laboral que evolucionan a lo largo de cada turno.
El objetivo de nuestra línea de investigación ha sido identificar como las apreciaciones de demanda, recompensa y control de cada tarea del trabajo de enfermería, provocan estrés y cómo interactúan con el agotamiento emocional, característico del burnout.
Realizamos una serie de estudios en colaboración con enfermeras de planta hospitalaria de dos hospitales generales. Mediante la metodología de la Evaluación Ecológica Momentánea, se registró el tipo de actividad realizada, su apreciación cognitiva, el estrés percibido y la fatiga de cada momento en las enfermeras. Se realizaron entre 5 y 6 mediciones mediante smartphones a lo largo de cada jornada laboral, durante cinco días.
Los resultados indicaron que la percepción de demanda y control depende de la tarea realizada.
Las tareas de atención directa a los usuarios es vista como la más demandada, pero también la que más está bajo el propio control, de esta manera la atención directa no es la tarea más estresante porque el nivel de control compensa el nivel de demanda. Por el contrario, otras tareas como el trato con los familiares, las reuniones de servicios, la documentación y trámites burocráticos son más estresantes, aunque la demanda no sea tan alta.
El grado de recompensa obtenido en cada tarea no depende tanto de la actividad realizada como de la propia persona. Las enfermeras con un alto grado de burnout, tienden a encontrar menos recompensa en las tareas diarias, especialmente en las tareas de atención directa que son las vistas como más recompensantes.
Por otra parte, también se ha observado que a mayor nivel de demanda, provenga de la tarea que provenga, hay más reactividad emocional negativa. Esta relación directa entre demanda y emociones negativas, interactúa con el burnout ya que, con las enfermeras con más burnout, esta relación entre demanda y emociones negativas es más acusada.
En conclusión, estos estudios ponen de relieve la importancia del análisis tarea a tarea del estrés laboral y aclara cuáles son los rasgos diferenciales, en el trabajo diario, de las enfermeras con alto burnout.
Antonio Armario. Grupo de Investigación en Neurobiología del Estrés y vulnerabilidad a la psicopatología. Instituto de Neurociencias de la UAB
Aunque el término estrés se utiliza profusamente en los medios y en el ámbito clínico y científico, no poseemos una definición universalmente aceptada, lo que dificulta enormemente el estudio de su implicación en la fisiopatología y la psicopatología.
Por otro lado, las situaciones consideradas como estresantes causan profundas alteraciones en los sistemas endocrino e inmunitario así como en el sistema nervioso, afectando a la salud y a la conducta, incluyendo funciones ejecutivas y toma de decisiones. Sin embargo, existen pocos cambios que puedan ser útiles como marcadores de estrés y puedan reflejar la intensidad de las situaciones de estrés y las diferencias en las estrategias de afrontamiento de los sujetos. Se discutirá tanto el concepto de estrés como sus posibles marcadores biológicos.
Javier De Diego-Adeliño. Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona
Hasta un 60% de los pacientes con depresión no alcanzan la remisión completa con el tratamiento depresivo pero aproximadamente un 10% presentarán un curso crónico y grave de la enfermedad, asociado no sólo a intensas cotas de sufrimiento subjetivo, sino también a más complicaciones médicas, más hospitalizaciones y más riesgo de muerte por suicidio y por otras causas médicas generales, con una importante repercusión social y económica.
La Estimulación Cerebral Profunda (DBS, de sus siglas en inglés), una estrategia quirúrgica neurofuncional bien avalada en enfermedades como el Parkinson, se ha testado de forma experimental en depresión y otras enfermedades psiquiátricas con resultados francamente prometedores. Los electrodos se implantan en nodos cerebrales claves de las redes neurales implicadas en la fisiopatología de la enfermedad y los parámetros de estimulación se ajustan con intención de modificar los patrones de actividad eléctrica cerebral presuntamente patológicos de estas redes.
Nuestros resultados preliminares, basados en una muestra inicial de 8 pacientes con depresión resistente intervenidos con DBS en el núcleo subgenual, revelaron un 62.5% y un 50% de respuesta y remisión, respectivamente, al año de seguimiento (unos datos muy destacables teniendo en cuenta la marcada carga de enfermedad y refractariedad de estos pacientes). Aunque algún ensayo clínico multicéntrico con estimulación activa vs inactiva no reportó diferencias significativas, nosotros pudimos demostrar que -partiendo de los pacientes con la respuesta estabilizada con la DBS y con un diseño cruzado y doble-ciego- la suspensión de la estimulación asociaba a un claro riesgo de recaída y empeoramiento clínico. En estos momentos, presentamos los datos de 18 pacientes con depresión unipolar o bipolar grave y resistente al tratamiento intervenidos con DBS del núcleo subgenual, 9 de los cuales con más de 8 años de seguimiento y 16 con más de 2 años. La intervención ha sido en general segura y bien tolerada, sin efectos secundarios derivados de la estimulación aguda ni crónica y con beneficios robustos y sostenidos en un gran número de los casos. La identificación de los factores neurobiológicos y clínicos asociados a la buena respuesta a la DBS es un punto clave para determinar a continuación.
INTRODUCCIÓN: El maltrato infantil se asocia a anomalías del eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA) y a una disfunción cognitiva, similares a las que presentan pacientes con un trastorno depresivo mayor (TDM). Nuestro objetivo era evaluar el efecto moderador o mediador de la función del eje HPA y del diagnóstico de TDM en la asociación entre el maltrato infantil y el rendimiento cognitivo en la edad adulta.
MÉTODOS: Se reclutaron 68 pacientes con TDM y 87 controles sanos. El maltrato infantil se evaluó con el Childhood Trauma Questionnaire (CTQ). Se administró una batería cognitiva y posteriormente se realizó un análisis factorial confirmatorio para obtener tres variables latentes para el rendimiento neuropsicológico (memoria verbal, memoria visual y función ejecutiva/velocidad de procesamiento). La evaluación del eje HPA incluyó las siguientes medidas: cortisol en el momento de despertarse, respuesta del cortisol tras despertarse (cortisol awakening response) y la supresión del cortisol con dexametasona (después de administrar 12:25 mg de dexametasona). Los efectos moderadores se testaron con análisis de regresión lineal múltiple (los factores cognitivos se consideraron variables dependientes), que se ajustaron por edad, sexo, diagnóstico de TDM, índice de masa corporal, tabaquismo, medidas del eje HPA y dominios CTQ. Los efectos de la mediación se evaluaron con los criterios Baron y Kenny con un análisis de mediación.
RESULTADOS: Diferentes tipos de maltrato infantil tienen efectos diferentes en cognición, que están moderados (pero no mediatos) para la función del eje HPA en dos dominios cognitivos (memoria visual y función ejecutiva). Se encontraron interacciones significativas por el cortisol al despertarse y la negligencia emocional en los dominios de memoria visual (β = 0.69, p = 0.047) y funciones ejecutivas (β = 12:58, p = 0.027). El DSTR moderó la asociación entre negligencia física (β = 12:45, p = 0,049) o abuso sexual (β = -0.94, p = 0.023) y la memoria visual.
CONCLUSIONES: Medidas del eje HPA moderan la asociación entre el maltrato infantil y el rendimiento cognitivo en la memoria visual y funciones ejecutivas/velocidad de procesamiento.
El estrés y los trastornos depresivos tienen una elevada prevalencia en la sociedad actual. Una intervención precoz hacia el conocimiento y manejo de los propios síntomas es imprescindible para un mejor pronóstico, funcionamiento y calidad de vida. La evidencia científica ha demostrado la eficacia de las intervenciones online en la reducción de la sintomatología depresiva leve / moderada. Se presentará el desarrollo e implementación del programa de autoayuda guiada en línea iFightDepression, inspirado en la terapia cognitiva conductual. Un recurso asistencial que proporciona apoyo psicológico inicial, sin listas de espera, a personas que sufren depresión, tratadas en la atención primaria.
María Iglesias González. Psiquiatra Adjunta-Servicio de Psiquiatría del Hospital Germans Trias i Pujol. Profesora Asociada en la UAB-Facultad de Medicina
Las personas con depresión mayor leve-moderada y aquellas con síntomas depresivos de menor intensidad reciben tratamiento principalmente en el ámbito de la atención primaria. Aunque la mayoría de guías de práctica clínica europeas recomiendan la monitorización activa (un tipo de abordaje no farmacológico) antes del uso de fármacos antidepresivos para el manejo de esta sintomatología, la falta de evidencia científica hace que no exista todavía un consenso internacional sobre la mejor aproximación terapéutica.
En la comunicación se presentarán los resultados de un modelo de métodos mixtos cuantitativo y cualitativo que tiene como objetivos principales:
- Revisar la evidencia científica sobre la efectividad de la monitorización activa comparado con el uso de antidepresivos para el tratamiento de la depresión mayor leve-moderada.
- Evaluar la efectividad clínica de la monitorización activa comparado con el uso de antidepresivos en el tratamiento de pacientes con depresión mayor leve-moderada en el entorno de la atención primaria en Catalunya.
- Evaluar los factores predictivos sobre la aproximación terapéutica (antidepresivos hacia monitorización activa) para el tratamiento de la depresión, así como los factores predictivos de precisión diagnóstica.
- Explorar las percepciones de los profesionales de atención primaria sobre los factores que determinan las dificultades de implementación de la monitorización activa en los pacientes que sufren de depresión en nuestro entorno de tratamiento comunitario.
El miedo intenso se ha propuesto como una posible base evolutiva para la catatonia, dada su similitud con la inmovilidad tónica, una estrategia de defensa animal. Kahlbaum ya sugirió en 1874 una conexión entre la catatonia y los eventos estresantes y aterradores. Diversos estudios fenomenológicos han expuesto que el estupor catatónico se asocia con una experiencia de "miedo extremo" durante el episodio. Se han hallado resultados que sugieren una intensa correlación entre la ansiedad y los síntomas catatónicos utilizando la Escala de Ansiedad de Hamilton, y también de los efectos terapéuticos de las benzodiacepinas en el alivio de la catatonia acinética. Finalmente, los estudios de neuroimagen funcional en pacientes catatónicos han mostrado una desregulación cortical GABAérgica que resulta en la falla del control cognitivo de las emociones. Todos estos hallazgos refuerzan la hipótesis de que el miedo persistente sostiene la catatonia.
Las diferencias en el perfil de síntomas de catatonia en pacientes con trastornos psicóticos y trastornos afectivos ha sido objeto de debate con resultados controvertidos a lo largo de la historia. Como la catatonia se presenta con una amplia gama de signos, varios estudios han utilizado el análisis factorial para identificar sus diferentes dimensiones clínicas y distinguir las presentaciones clínicas en los trastornos afectivos y psicóticos
Hay pruebas contundentes de que el estupor catatónico está relacionado con el miedo extremo. Sin embargo, sigue sin resolverse si la fenomenología subyacente de cada dimensión catatónica es la ansiedad y, por tanto, el estrés extremo.
Los Trastornos Mentales Perinatales (TMP) son considerados un problema de salud pública por el impacto que tienen tanto en la salud y calidad de vida de las mujeres como en la de sus hijos e hijas a corto y largo plazo. Se calcula que 1 de cada 5 mujeres sufrirá algún trastorno mental a lo largo del embarazo y/o posparto. Según datos recientes publicados en Inglaterra, el coste de la enfermedad mental materna no tratada en el período perinatal es superior a los 9 billones de euros anuales, siendo 72% de este coste atribuible a las consecuencias sobre la descendencia.
A partir de la aparición de la Teoría de la programación fetal (Barker, 1995), que postulaba que el entorno intrauterino y sus características pueden tener consecuencias en el desarrollo fetal incluso a largo plazo durante la etapa adulta, se apreció la necesidad de actuar sobre los factores que pueden alterar este entorno, como el estrés o la ansiedad durante el embarazo. La mayor parte de las investigaciones centradas en estudiar los efectos del estrés en el embarazo concluyen que niveles de estrés elevados y sostenidos en el tiempo pueden tener efectos a corto y a largo plazo en la descendencia. Por una parte, se han asociado niveles de estrés elevados a mayor riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer. Por otra parte, estudios observacionales en humanos permiten aumentar el conocimiento sobre el impacto del estrés sostenido en el neurodesarrollo fetal y, por tanto, a nivel cognitivo, conductual y emocional.
Entre los diferentes mecanismos etiopatogénicos descritos destaca el efecto del cortisol. El embarazo en sí produce un estado de hipercortisolemia por la madre que no repercute en el feto gracias a la placenta. Sin embargo, un estado de estrés materno sostenido podría alterar el funcionamiento del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal fetal con una alteración de las hormonas placentarias.
Así pues, la exposición al estrés durante la etapa perinatal no sólo afecte a la salud física y mental de la mujer, sino que también puede tener consecuencias en el desarrollo cognitivo y emocional del bebé.