Evaluación de conocimientos y actitudes hacia las adicciones en médicos
El consumo de sustancias en población adulta supone un problema de salud pública tanto por sus efectos directos en la morbimortalidad como por sus efectos indirectos a nivel psicosocial. Es un problema cada vez más prevalente. Se estima que hasta un 20% de la asistencia en los servicios de urgencias está relacionado con el consumo de tóxicos, pero en ocasiones es infradiagnosticado.
El no detectar correctamente un problema de abuso o dependencia de sustancias puede acarrear consecuencias como complicaciones médicas añadidas, mal cumplimiento de los tratamientos o ineficacia de los mismos.
Algunos estudios llevados a cabo en este campo han identificado como posibles factores causales que se han descrito para justificar este infradiagnóstico: una insuficiente formación en el campo de las adicciones, la sobrecarga asistencial y los prejuicios de los propios profesionales frente a las adicciones según los diferentes ámbitos de trabajo en que desarrollen su actividad profesional.
En la literatura se han descrito los prejuicios como una visión negativa y pesimista de las adicciones, así como la falsa percepción de ineficacia de los tratamientos en estos pacientes. También se ha añadido como factor influyente la propia experiencia con el consumo de sustancias de los médicos en formación o en su entorno como limitante de su disposición a la hora de identificar, diagnosticar y tratar a estos pacientes sin caer en la minimización, negación o rechazo, que podrían resultar en un manejo inadecuado.
Se ha observado que un buen nivel de formación y una buena actitud frente a las adiciones obtienen buenos resultados terapéuticos, factores en los que se debe poner atención cuando se desarrollan programas de formación y prevención de las adicciones.
En este artículo se valoran dichos aspectos y se evalúan en una muestra de médicos residentes de un hospital general. Se han identificado 4 áreas de interés: 1) el juicio de los médicos hacia los tratamientos en adicciones y los programas de reducción del daño, 2) la actitud frente a pacientes drogodependientes, 3) la importancia otorgada a la formación en adicciones y 4) la valoración de la formación recibida. También se valoró el ámbito de trabajo y los años de experiencia así como la experiencia propia o cercana (amigos o familiares) del consumo de sustancias como factores que pudieran influir en el juicio frente a las adicciones.
Pudimos observar que la experiencia y el trato diario con estos pacientes se relacionaban con una mejor actitud por parte de los profesionales, que además valoraban positivamente la necesidad de formación en adicciones y consideraban que la formación recibida era adecuada. Por todo ello, se debe destacar la importancia de una buena formación y mejoras para prevenir prejuicios y para fomentar mejor actitudes frente a estos pacientes.
Referencias
Barral, Carmen; Jose Eiroa-Orosa, Francisco; Navarro-Marfisis, Maria Cecilia; Roncero, Carlos; Casas, Miguel. Assessing knowledge and attitudes towards addictions in medical residents of a general hospital. Drugs: Education, Prevention and Policy. 2015, vol. 22, num. 6, p. 457-462. doi: 10.3109/09687637.2014.987218.