El rol de la beneficencia en tiempos de crisis, un enfoque etnográfico
El impacto social de la última gran crisis económica mundial supuso un incremento considerable de la exposición al riesgo de pobreza y de exclusión social, tanto entre los sectores sociales tradicionalmente más vulnerables como en personas que se encontraban por primera vez en situación de pobreza o privación material severa.
En este contexto, la dependencia estructural de la familia como principal proveedor de asistencia en algunos países, especialmente en la órbita mediterránea, ha revitalizado su naturaleza basada en la asistencia, mientras que el Estado ha atenuado su deber de supervisión transfiriendo (o externalizando) la responsabilidad última sobre la atención a instituciones y organizaciones no gubernamentales (por ejemplo, organizaciones benéficas). En este cambio sustancial, las familias tienen que soportar el papel de redes de seguridad ante la previsión de momentos difíciles. Sin embargo, cuando los tiempos se vuelven incluso más duros de lo esperado, como fue el caso durante el periodo 2008-2014, las familias pueden verse desbordadas en sus capacidades de apoyo y las organizaciones benéficas acaban asumiendo algunas de estas tareas, actuando así como una extensión familiar.
El artículo se basa en un trabajo de campo etnográfico llevado a cabo en dos sedes de una gran organización benéfica católica en las afueras de Barcelona que incluyó observaciones de los participantes y entrevistas informales con personas situadas bajo el umbral oficial de pobreza. Así, nuestro artículo explora el rol de organizaciones benéficas que ayudan a las personas en situaciones de vulnerabilidad económica y que acaban por funcionar como familias simbólicas para las personas que lo necesitan. Esta vinculación se genera mediante mecanismos culturales como el compromiso mutuo, el sentimiento de pertenencia, la interdependencia y la proyección de espacios simbólicos del hogar.
En este sentido, sostenemos, en primer lugar, que la distinción entre familia y organizaciones benéficas se desdibuja gradualmente en este tipo de contextos, ya que estas organizaciones se convierten progresivamente en lo que hemos denominado familias simbólicas. En segundo lugar, que la creación de una esfera familiar ficticia basada en un modelo concreto y específico de parentesco contribuye a la eficacia de la organización. Y, en tercer lugar, que la fuerte dependencia de los voluntarios afecta aún más las particularidades del modelo. Así, el trabajo etnográfico realizado muestra cómo el espacio institucional creado por organizaciones benéficas configura una proyección metafórica de la intimidad, un espacio relacional y afectivo cercano entre los miembros que progresivamente asumen roles solidarios tradicionalmente atribuidos a parientes genealógicos.
Sin embargo, también se pone de manifiesto que no hay una interdependencia real entre individuos debido a la verticalidad y la temporalidad de los lazos que se generan. Por tanto, la actuación de la familia simbólica termina a menudo con el desacoplamiento institucional que permite conceptualizar estos lazos generados como familias desechables (disposable families), tomando en préstamo el término de Desmond (autor del libro Desahuciadas, 2013) de lazos desechables (disposable ties).
*Galardonado con el Emerald Literati Awards 2020 en la categoría Outstanding Paper.
Jorge Grau Rebollo, Paula Escribano Castaño, Hugo Valenzuela García y Miranda Jessica Lubbers
Universitat Autònoma de Barcelona.
getp-GRAFO.
Departamento de Antropología Social y Cultural.
Referencias
Grau Rebollo, J., Escribano Castaño, P., Valenzuela-Garcia, H. and Lubbers, M.J. (2019), Charities as symbolic families: ethnographic evidence from Spain. Journal of Organizational Ethnography, Vol. 8 No. 1, pp. 25-41. https://doi.org/10.1108/JOE-03-2018-0012