Bonaventura Clotet: “La investigación da mucha potencia y poder a la Autónoma, y la hará crecer mucho como una de las universidades más importantes del mundo”

Se licenció en la Autónoma en 1976 y se doctoró en 1981 por sus investigaciones sobre marcadores para enfermedades del tejido conectivo. Es profesor asociado y director del Máster en Patogénesis y Tratamiento del Sida, impartido en las Escuelas Universitarias Gimbernat, centro adscrito.
22/01/2018
El Consejo Social de la universidad le ha otorgado el Premio Universidad-Sociedad 2017 "por la excelencia y amplitud de su trayectoria como médico experto en el campo de las enfermedades infecciosas, en la que combina con éxito la docencia universitaria y la investigación científica, siendo uno de los investigadores internacionales más reconocidos del VIH, y por el impulso de nuevas estrategias de financiación de la investigación, desde actividades filantrópicas hasta la creación de consorcios públicos y privados".
Tal como pide, lo tuteamos. El doctor Clotet es -eres- lo que ahora se llama un UABer, la gente de la Autónoma.
¡Ah, un UABer! Sí, soy un UABer.
¿Cómo inicias tu relación con esta universidad y cuál es actualmente? ¿Y cómo la has vivido, como la vives?
Hombre. Yo comienzo en la Autónoma porque estudio en el Hospital de Sant Pau, que era la sede inicial de la Autónoma para Medicina, y empiezo en el curso 1970, y, entonces, soy la tercera promoción de la Autónoma que voy tener que pasar todos aquellos exámenes y entrevistas personales, etc. Y la verdad es que soy un enamorado de la Autónoma como universidad; sobre todo, de la sede que había en Sant Pau, que, sin duda, fue la sede más progresista del momento. Eran épocas de lucha y de transición hacia la democracia que aún duran, y, últimamente, han empeorado, pero que, en aquellos momentos, vivíamos con mucha ilusión, y pienso que la Autónoma fue un núcleo muy potente de reivindicación democrática y de formación muy buena de estudiantes de Medicina.
Después, Can Ruti [Hospital Germans Trias], que también es UAB.
Sí, sí. Can Ruti también es sede de la Autónoma y hacemos clases de Enfermedades Infecciosas. Básicamente, yo, siempre, como profesor de la Autónoma, debe haber profesores que se dediquen, básicamente, a investigar, que es lo que yo hago; hay otros que deben hacer docencia; otros que tienen que hacer una combinación. Y pienso que es un capítulo muy importante que debe incorporar la universidad de una forma mucho más plena: que haya titulares -incluso catedráticos- que se dedican, sólo, a investigar, porque la investigacióni es lo que le da mucha potencia y poder a la Autónoma, y la hará crecer mucho como una de las universidades más importantes del mundo.
El Consejo Social de esta UAB tan tuya te ha otorgado el Premio Universidad-Sociedad. El galardón reconoce el vínculo entre la Autónoma y todo lo que no es, estrictamente, universidad, pero la rodea, participa en ella y le da sentido. ¿El mundo universitario actual es lo suficientemente permeable?
No. Yo creo que queda mucho por hacer, pero mucho, mucho, mucho. Yo creo que los alumnos y la sociedad en general no tiene conciencia del retorno que tiene que hacer a la misma sociedad a través de apoyar las universidades en las que se ha formado porque son los núcleos de investigación y de formación de potencial nuevo investigador, y que todo esto sólo se hace con mucho dinero -a más dinero, más calidad de la investigación y de la formación. Y la gente que ha triunfado y que ha salido adelante tiene una obligación, tiene un deber moral de devolver a la universidad y a la sociedad parte de lo que ha conseguido porque es lo que permite, como digo, que un país, a medio plazo, salga de la crisis y de la miseria, que es con investigación, patentes, innovación, crear empresa, etc.
Todo esto viene a través de fomentar la investigación, y esto se puede hacer con dinero, y el dinero lo tiene que dar alguien, no únicamente los ex alumnos y la sociedad en general, sino los gobiernos, y, obviamente, aquí, en España, estamos a años luz de lo que debería ser la ayuda a la investigación, donde las cantidades de dinero que se aportan son diez veces menos que las que se deberían aportar, hay una insensibilidad total en el sistema, y pienso que hay que renovar todo esto. Esperemos que, más adelante, Cataluña pueda tener su propia estructura y pueda ser capaz de diseñar los esquemas y las estrategias para poder tener una investigación muy potente y que favorezca esta creación de empleo, de patentes, de empresa, etc.
Diriges, como es sabido, el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, de referencia internacional, líder en la investigación para la erradicación del VIH, impulsado por la Obra Social "la Caixa" y el Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña, creado en 1995 como fundación privada sin ánimo de lucro. ¿Qué grandes hitos tiene hoy día?
Ahora mismo, en el IrsiCaixa, realizamos una investigación que demuestra la transversalidad de la investigación. Empezamos hace 25 años sólo haciendo investigación sobre el virus del sida, y, en estos momentos, realizamos una investigación encaminada a querer curar -erradicar- el virus del organismo que contempla la necesidad de combinar vacunas de diferentes tipos, anticuerpos neutralizantes, inmunoglobulinas modificadas, nanotecnología, etc., y todo esto lo desarrollamos en el IrsiCaixa, pero esta investigación que hacemos también tiene aplicabilidad en otras áreas que no son el sida, como puede ser el cáncer, como puede ser el envejecimiento, etc.
Y, por tanto, yo pienso que estamos muy ilusionados con todos los proyectos que estamos llevando adelante porque abarcan un amplio abanico de la investigación, que siempre nos hace mucha ilusión, y demuestra, una vez más, que todo el mundo debe ayudar a la investigación donde sea porque, ayudando, incluso, una enfermedad que puede parecer alejada de la sociedad, está ayudando toda la sociedad en su conjunto para que revierta en todo el mundo.