Iván C., estudiante: 'Adentrarte a nuevas culturas y trabajar con gente distinta te abre la mente'

Ivan Castro a l'hotel on feia pràctiques internacionals a Illa Maurici
El estudiante de 4º del Grado de Dirección Hotelera, Iván Castro, acaba de volver de unas prácticas internacionales en Isla Mauricio. Una de las más de 5 experiencias que ha tenido en el extranjero, y que le ha aportado tanto en el ámbito idiomático como en la relación con las personas.

01/03/2018

•  ¿Cómo encontraste estas prácticas y cómo fue el proceso?

Este año estaba buscando prácticas en un resort. Estaba muy interesado en ello, porque lo que había hecho hasta ahora eran prácticas en 4 hoteles distintos pero urbanos, en Nueva York y Europa -en Ámsterdam y Luxemburgo-, para así conocer cómo funciona un resort o gran hotel, porque tiene muchos departamentos. Intenté 'brujulear' y me salió una oferta en Tenerife, pero yo quería salir de España y aventurarme a irme fuera, para reforzar los idiomas y otra cultura.

Hablé con la persona responsable de prácticas en la universidad, quien tenía el contacto de una chica que se llama Patricia, que lleva una empresa, Go Dodoland. Me puse en contacto con ella, me propuso Mauricio y me pareció una buena idea, lo vi factible. Así que empezamos ya con todos los procesos burocráticos, el visado y conseguí unas prácticas en el Ambre Hotel de Sun Resorts.

•  ¿Qué te pareció el trato con Patricia Tortosa, que es alumni de la Escuela, a través de Go Dodoland?

Pues bien, la verdad es que estuvieron muy atentos. Lo único malo fue que estaba en una parte de la isla un poco difícil para conseguir alojamiento, es una parte muy rural. Incluso una vez allí me tuve que cambiar de nuevo. Pero por el resto, con el tema burocrático y el previo contacto con el hotel, me ayudaron mucho. Seguramente, sin ellos, no hubiese conseguido unas prácticas tan buenas.

•  ¿Qué tal las prácticas en un país como Isla Mauricio?

Muy bien, al principio costó un poco adaptar la legislación, porque ahí se trabaja los 6 días a la semana, pero pude adaptarlo al modo español. Pude disponer de un poco de flexibilidad y así disponer de tiempo para conocer el país. Y disfrutar la experiencia además de trabajar y aprender.

•  ¿En qué departamento estabas?

En una previa entrevista en julio, ellos me comentaron que estaban intentando atraer al mercado español y que, para ello, me contratarían como Guest Relations. Como no tenían a nadie que hablara español, me querían allí para dar información y resolver dudas a los clientes españoles. Desempeñaba la parte de recepcionista enfocado al servicio al cliente, dándole información, acompañándolo a la habitación y ayudándole en todas las facilidades con relación a reservas en restaurantes, golf, hacer el check-in... También tenían un contrato desde Gran Bretaña y cada lunes les venía un grupo grande de ingleses. Aparte, su mercado principal era el francés, ya que Mauricio anteriormente fue una colonia francesa.

Más adelante, intenté pedir una semana en otro departamento, alguno que no podía existir en un hotel más urbano, como Salas de banquetes o Entretenimiento, donde me dejaron ejercer alguna tarea.

•  ¿Qué pudiste aprender de la realidad de un país como Isla Mauricio?

Sabía que Isla Mauricio estaba en el sur de África, al este de Madagascar, pero poco más. Estuve en la parte más rural de la isla. En el oeste es donde se concentra más la actividad económica y se encuentran las áreas más urbanizadas, y yo estaba completamente al este, en una zona de playas muy bonitas. Vivía en un pueblo de unas 4.000 personas, llamado Trou d’eau Douce.


•  ¿Cómo es vivir y trabajar allí?

Mauricio está bastante desenvuelto en el tema turístico, no hay pobreza, pero es más humilde que Europa. Vives bien, no tienes problemas, quizás la luz se te va un par de horas [ríe], pero por lo demás se está muy cómodo. La calidad de vida es bastante buena, percibí que entre la gente se ayudan mutuamente, no hay puertas cerradas, y en la calle todo el mundo te saluda y te sonríe. Desde el inicio me hicieron sentir como en casa. Todo lo contrario a mi estancia en Nueva York, donde estuve trabajando en el Hotel NH New York Jolly Madison Towers y estudiando durante 4 meses. Una ciudad masificada y superpoblada pero donde cada uno va pensando en sus cosas, sin prestar atención al resto.

•  ¿Pudiste practicar y mejorar tus idiomas con esta experiencia? 

Siempre fueron mi punto débil desde pequeño [ríe]. Estos últimos años los he ido trabajando, y había conseguido, sobre todo, mejorar mucho mi inglés. En Isla Mauricio se habla principalmente inglés y francés, y criollo, aunque yo solo pude aprender unas pocas palabras [ríe]. Es una mezcla entre el francés y el africano, y es complicado de entender. Pero pude practicar con los huéspedes tanto mi inglés como el francés, y hablé los dos idiomas sin problemas. Mi francés es más flojo que el inglés, pero en ambos idiomas mejoré la escucha y el habla.

•  ¿Cuándo empezaste a hacer prácticas de movilidad internacional?

Antes de empezar la universidad. Con 17 años, hice unas prácticas en A Coruña –yo soy de Vigo-, a 200 kilómetros de mi casa, como una primera toma de contacto antes de empezar la universidad. En mi primer verano de la carrera, conseguí unas prácticas, de un mes y medio, como Housekeeping Supervisor –una especie de subgobernante-, en un hotel de Ámsterdam con un programa de NH. En mi tercer año, conseguí unas nuevas prácticas de mes y medio, con otro programa de NH en Luxemburgo, para trabajar como camarero; y luego ya conseguí convalidar con la universidad mis prácticas en Mauricio y Nueva York.

•  ¿Estas prácticas con NH las encontraste por tu cuenta?

Tengo un conocido que trabaja en NH y me habló de estos programas, que funcionan bastante bien, y se pueden hacer también de 3 a 6 meses.

•  Y siendo de Vigo, ¿qué hizo decidirte a venir a estudiar a la Escuela Universitaria de Turismo y Dirección Hotelera de la UAB?

Cuando acabé el Bachillerato, no sabía muy bien en qué me quería focalizar. Me gustaba la dirección empresarial, algo de ADE y, allí en Galicia hay buenos centros. Pero como tengo un conocido que trabaja en hoteles, me animó con el sector turístico y me dije: ¿por qué no probar? Así también mejoraría en mi punto débil, los idiomas, y después del primer año terminé muy motivado. De hecho, vine a Barcelona a mirar diferentes escuelas y la EUTDH es la que me ofrecía un mejor balance entre sistema académico y sistema de prácticas.


•  ¿Animarías a tus compañeros a coger programas de movilidad internacional y hacer las prácticas fuera?

Sí, por supuesto. Tengo que decir que en ciertas ocasiones es una inversión, lo que puede suponer una pequeña barrera. Pero si tienes esa posibilidad, o lo puedes compaginar, sabiendo que luego lo puedes recuperar, yo lo haría. Creo que es una de las experiencias más positivas que puedes tener. El poder salir a adentrarte a nuevas culturas y trabajar con gente distinta te abre la mente. Aprendes culturas, idiomas, a tratar con la gente y a crear relaciones con las personas. Y por supuesto, conoces a gente de todas las partes del mundo. Hay momentos duros, pero en el 99% de los instantes son positivos.

•  Al estar en tantos lugares diferentes, ¿has notado alguna diferencia a la hora de trabajar?

He notado más exigencia y profesionalidad en ciertos aspectos. En todos los lugares donde he estado tienen cosas buenas que puedes adquirir. En Ámsterdam, por ejemplo, eran muy exigentes con la puntualidad, con las formas y el dressing

Quizás en Mauricio no le dan tanta importancia a eso, pero a la hora de trabajar, son más alegres y predispuestos a ayudar al cliente. Cuidan los detalles. En Estados Unidos, en el tema financiero y en la competitividad son muy buenos, pero luego, a lo mejor no tienen el mismo tacto con el cliente como en otros sitios.