Las interacciones entre los fenómenos globales y nacionales no sólo afectan áreas de las políticas públicas como las finanzas, el comercio, el cambio climático o las migraciones, sino que también llegan a la educación, uno de los dominios tradicionalmente exclusivo del estado nacional. En Brasil, actualmente todas las escuelas trabajan de acuerdo con unos planes educativos institucionales, locales, estatales, federales, latinoamericanos y globales. El diseño de estos planes ha estimulado a los actores políticos a construir coaliciones pluriescalars.
Rambla, Xavier. A complex web of education policy borrowing and transfer: Education for All and the Plan for the Development of Education in Brazil. Comparative Education. 2014, vol. 50, num. 4, p. 417-432. doi: 10.1080/03050068.2014.907644.
En Brasil hoy en día todas las escuelas trabajan de acuerdo con planes educativos institucionales, locales, estatales, federales, latinoamericanos y globales. Cada una de ellas tiene que dar cuenta de su propio plan institucional, el cual simultáneamente se articula con los planes diseñados por las autoridades educativas municipales y estatales, quienes son respectivamente responsables de la educación primaria y secundaria. A su vez, tal como requiere la constitución, todos estos planes responden al Plan Nacional de la Educación. Las escuelas contribuyen a mejorar el perfil del país de acuerdo con el monitoreo del progreso educativo con el que el Programa de Reforma Educativa de América Latina (PREAL) evalúa sus avances, y aportan sus resultados al logro de las Metas Educativas 2020 de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).
A menudo damos por descontada esta interacción entre los fenómenos globales y nacionales en muchas áreas de las políticas públicas, como las finanzas, el comercio, el cambio climático o las migraciones. Pero de hecho unas interacciones muy similares tienen lugar en un ámbito como la educación, que tradicionalmente había sido uno de los dominios exclusivos del estado nacional. En todos los sentidos la conexión entre las actividades emprendidas en diferentes escalas geográficas es determinante para comprender las transformaciones sociales contemporáneas.
En Brasil el diseño de todos estos planes ha estimulado a los actores políticos a construir coaliciones pluriescalares. De este modo, desde que el candidato del Partido de los Trabajadores (Partido dos Trebalhadores), Inácio Lula da Silva, ganó la presidencia federal en 2003, y durante las legislaturas posteriormente presididas por Dilma Roussef, quien también pertenece al mismo partido, se ha constituido una coalición que reúne a los gobiernos estatales y municipales dirigidos por el PT así como el principal sindicato docente del país y varios organismos internacionales como la United Nations Educational, Scientific and Cultural Organisation (UNESCO) y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Dicha coalición defiende que los planes recojan la concepción más ambiciosa de la Educación para Todos, en la cual todos estos actores políticos ven la garantía de un derecho humano. A un mismo tiempo, una red de fundaciones privadas vinculadas con el sector de los negocios se ha inspirado en la iniciativa del PREAL, apoyada por el Banco Mundial, para lanzar la campaña Todos por la Educación (Tudos pela Educaçӑo). El resultado no es un conflicto directo sino un complejo y sutil juego de conflicto y negociación en varios foros y espacios políticos.
Ambas coaliciones también han echado mano de su propia versión del desarrollo educativo. De una parte, la primera arguye que unas políticas educativas de alcance amplio pueden redundar en círculos virtuosos entre la educación infantil, primaria, secundaria y terciaria. Esta perspectiva era la respuesta global que varios activistas transnacionales y algunos organismos internacionales como UNESCO dieron a la casi exclusiva atención que el Banco Mundial prestaba a la educación primaria mientras ponía en práctica el llamado Consenso de Washington durante los años ochenta y noventa. De otra parte, Todos por la Educación recurre a una estrategia ampliamente secundada por el Banco Mundial, la cual básicamente espera que la mejora de la gestión escolar mediante métodos basados en el rendimiento y la competencia traiga un gran progreso. Estas ideas globales han arraigado en Brasil, donde sin embargo el gobierno y la sociedad civil han acabado transformándolas en unos nuevos mensajes globales sobre la educación.
Ahora mismo cualquier análisis intelectual de los cambios sociales recientes y cualquier diagnóstico político elaborado para orientar acciones posteriores deben tener en cuenta estas complejas geografías. En aquel país, una clave crucial para el éxito de las dos partes radica en su capacidad política para lidiar con los debates abiertos en varios espacios de gobernanza. Esta conclusión no alude tan solo a un estudio de caso sobre la política educativa en un país de ingreso medio, sino que también es una observación general con respecto a muchos temas políticos candentes hoy en día en todo el mundo. La educación, la regulación financiera, la liberalización comercial, las políticas activas de empleo, el active welfare, el cambio climático, la biodiversidad, la eficiencia energética y tantas otras controversias son el producto de procesos parecidos.
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B.11870-2012 ISSN: 2014-6388