Con la llegada de población de otros lugares del Estado español, los municipios de Badalona, Santa Coloma y Sant Adrià de Besòs experimentaron un gran crecimiento demográfico a partir de la década de 1940. La lucha contra la infravivienda y la falta de servicios básicos, junto con la acción de organizaciones católicas de base y de los militantes antifranquistas, favorecieron la configuración de un fuerte sentimiento de identificación colectiva, así como un potente movimiento vecinal que se desarrolló durante los últimos años de franquismo y la transición.
“El moviment veïnal al Barcleonès Nord (1954-1987)”, tesis doctoral de José Miguel Cuesta Gómez, dirigida por el Dr. Martín Marín Corbera y leída en el Departamento de Historia Moderna y Contemporánea.
Esta investigación analiza el potente movimiento vecinal que se configuró durante los últimos años del franquismo y la transición en el Barcelonès Nord, sub-comarca que agrupa a los municipios de Badalona, Santa Coloma y Sant Adrià de Besòs, situados al norte de Barcelona. Estas poblaciones experimentaron un gran crecimiento demográfico a partir de la década de los 40 y 50 del siglo XX, cuando se reanudó la llegada de población de otros lugares del Estado español.
La lucha diaria para mejorar la existencia en unos barrios donde predominaba la infravivienda dio paso a una temprana organización. Las autoridades franquistas intentaron controlar estos barrios fomentando un modelo particular de asociacionismo. Sin embargo, estos intentos de control no acabaron de cuajar por la acción de otros factores que favorecieron la configuración de un potente sentimiento de identificación colectiva y de clase que propició el posterior estallido del movimiento vecinal.
La acción de organizaciones católicas de base y de un grupo de sacerdotes jóvenes que impulsaron un apostolado diferente en los barrios obreros de estas tres ciudades, junto con el papel de los militantes antifranquistas fueron cruciales. Los partidos políticos de izquierdas marxistas y otras organizaciones tradicionalmente habían priorizado el trabajo en las fábricas, pero progresivamente fueron dando más importancia a la acción en los barrios hasta llegar, en los años setenta, a considerarlo un frente de lucha equiparable al sindical.
Fue en los años setenta cuando estallaron con toda su fuerza un conjunto de luchas en los diferentes barrios de las ciudades del Barcelonès Nord, impulsadas por Centros Sociales, Comisiones de Barrio y finalmente las Asociaciones de Vecinos. Los motivos iniciales fueron las carencias materiales de las viviendas y de todo tipo de servicios básicos. Pero pronto se sumaron reivindicaciones más politizadas contra la dictadura y reclamando unos Ayuntamientos democráticos, con un discurso muy crítico con el sistema capitalista. Las autoridades franquistas locales se vieron desbordadas.
En el camino hacia la instauración de los Ayuntamientos democráticos el movimiento vecinal vivió un momento de crisis entre otros motivos por la marcha de dirigentes vecinales para asumir responsabilidades en los nuevos ayuntamientos, el debate sobre cuál debería ser el papel del movimiento en el nuevo contexto político y la crisis de las diferentes formaciones de izquierdas, así como el impacto de la misma crisis económica. Sin embargo, esto no supuso la desaparición del movimiento vecinal, ya que durante los años ochenta todavía existieron conflictos con una intensidad comparable a la de la década anterior, si bien ahora respondían más a reacciones defensivas y no había una voluntad claramente asumida por sectores amplios de población de cambiar el sistema político como había sucedido con la lucha vecinal contra la dictadura.
Imagen superior izquierda: Plaza Trafalgar en el barrio de Llefià (Badalona), ocupada por la Policía Nacional y la Guardia Urbana (febrero-abril 1986). Fuente: Arxiu Històric de Llefià.
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B.11870-2012 ISSN: 2014-6388