Un estudio identifica qué jóvenes que han intentado suicidarse corren más riesgo de reincidir
Una tesis presentada en la UAB concluye que es especialmente necesario extremar la atención a los jóvenes con intentos de suicidio con rasgos desadaptativos de personalidad, antecedentes de salud mental en la familia y antecedentes de autolesiones.

Francisco Villar, psicólogo clínico y responsable de la Unidad de Conducta Suicida del Servicio de Salud Mental del Hospital San Joan de Déu de Barcelona, ha estudiado más de 800 casos de menores que han presentado una conducta suicida y que han sido atendidos en los últimos años en el centro, para determinar cómo se puede avanzar en el tratamiento de estos jóvenes para evitar que reincidan.
Este estudio forma parte de la tesis doctoral "Factores de riesgo en la conducta suicida en la adolescencia", que Francisco Villar presentó en junio en la UAB, tesis dirigida por Tomás Blasco y Carmina Castellano, profesores del Departamento de Psicología Básica, Evolutiva y de la Educación.
Villar ha clasificado a estos jóvenes en tres grupos. El grupo más numeroso, que representa el 60% del total, está formado por jóvenes que presentan problemas vitales y de conducta de largo recorrido (desadaptación, fracaso escolar, problemas familiares, etc.); el segundo grupo, formado por un 30% de los casos, son adolescentes que sufren trastornos de salud mental graves y el restante 10% son jóvenes que, sin presentar problemas mentales ni haber dado señales de riesgo en su trayectoria vital, intentan suicidarse como respuesta a un evento vital estresante. Del total de pacientes atendidos, un 9% de los casos intenta suicidarse de nuevo en un plazo de seis meses después del alta hospitalaria.
Villar también ha podido identificar algunos de los factores de riesgo que permiten reconocer aquellos jóvenes que han intentado suicidarse y que tienen más riesgo de repetir la tentativa en los seis meses següents. Estos sultados resultan especialmente útiles para los profesionales de salud mental que atienden estos jóvenes ya que evidencian que es especialmente necesario extremar las medidas de seguridad y la atención, en el seguimiento posterior al intento de suicidio, en los jóvenes que presentan el siguiente perfil:
-Rasgos desadaptativos de personalidad, chicos con problemas de gestión de las emociones y de las relaciones, tanto con otros como con ellos mismos.
-Antecedentes de problemas de salud mental en la familia.
-Antecedentes o presencia de autolesiones.
Los resultados de esta investigación muestran que, contrariamente a la creencia actual, la depresión no se revela como un factor predictor de reintentos de suicidio y parece estar más relacionada con la ideación de muerte que con las tentativas. Es por ello que en la adolescencia, la promoción de tratamientos orientados a la adquisición de habilidades (gestión emocional, habilidades sociales, resolución de conflictos, etc.) podría ser clave en la prevención de la conducta suicida.