Un estudio alerta de que más de la mitad de los jóvenes temen perder su vivienda

“La inseguridad residencial es una de las principales dimensiones de la inseguridad vital, por lo que es urgente tomar medidas para controlarla”, alerta el estudio que firma el investigador Juan Antonio Módenes.
Muchos hogares se sienten inseguros sobre si podrán seguir residiendo en sus viviendas a corto plazo por no poder pagarla en España. Este riesgo percibido es mucho mayor en los hogares jóvenes y en los hogares que viven en alquiler.
El estudio analiza datos del crecimiento reciente del alquiler obtenidos de la Encuesta de Condiciones de Vida y de la inseguridad residencial percibida de la encuesta European Quality of Life Survey 2016).
Entre 2011 y 2016, la inseguridad residencial ha crecido del 24,9% al 38,3%, mientras que en Europa ha crecido del 21,1% al 24,15%. Entre la población joven –menores de 45 años- la inseguridad es mayor: ha crecido del 39,7% al 53,9%, muy por encima de la media europea, que lo ha hecho del 29,4% al 32,7%.
El estudio -titulado “El insostenible aumento de la inseguridad residencial en España”- analiza cómo ha ido aumentando el alquiler entre los hogares jóvenes. También analiza cómo en paralelo ha aumentado la precariedad laboral y social de los hogares jóvenes: episodios de paro y contratos temporales son normales entre los hogares jóvenes que tienen que acceder a una vivienda.
Como resultado, si a estos hogares más jóvenes se les pregunta sobre su percepción de inseguridad residencial, expresada como el riesgo percibido de perder su vivienda a corto plazo por no poder pagarla, emerge una alta inseguridad, bastante mayor en España que la Unión Europea.
El estudio identifica el alquiler de mercado como el principal foco de inseguridad residencial de los jóvenes y de heterogeneidad respecto al total de la Unión Europea. Se ha comparado la inseguridad residencial de los jóvenes en alquiler con el resto de países europeos: España, 83%; UE, 49%; Alemania, 29%; Francia, 59%; Italia, 78%; Reino Unido, 33%), en todos ellos es mayor que la del resto de tenencias, y solamente Italia se acerca al nivel de España. En Italia el alquiler sigue siendo una opción minoritaria.
Pinchar la burbuja de la inseguridad residencial
El estudio muestra que la inseguridad residencial ya no se limita a los hogares más vulnerables social o laboralmente. Por eso, el autor, Juan Antonio Módenes, investigador del CED y del Departamento de Geografía de la UAB, afirma que “aunque la inseguridad es mayor entre los hogares más vulnerables, el riesgo de perder la vivienda también es muy frecuente en el resto de hogares, por lo que ya tiene carácter transversal”.
El autor muestra, por un lado, la práctica identidad entre vulnerabilidad, alquiler e inseguridad residencial. Un 64% de los hogares jóvenes en riesgo de pobreza o exclusión viven en alquiler de mercado y de estos más del 90% perciben inseguridad residencial.
Por otro lado, aunque la propiedad con hipoteca todavía es mayoritaria entre los hogares jóvenes no vulnerables, un 33% ya viven en alquiler y de estos un 72% sienten inseguridad residencial. El auge reciente del alquiler de mercado ha facilitado el incremento de la inseguridad residencial, dadas las condiciones negativas de los contratos, su duración y la falta de control de la variación de precios en ámbitos de fuerte demanda. Por eso el autor habla de “una verdadera burbuja de inseguridad residencial en España, en especial entre los jóvenes, que no disponen de alternativas efectivas”.
El estudio finaliza comentando las novedades recientes en la regulación del mercado del alquiler, que pueden ayudar a pinchar esa “burbuja de inseguridad”: aumentar la duración de los contratos, regular los desahucios de hogares vulnerables y la necesidad de establecer controles de precios.