Tres investigadores becados por el European Research Council se incorporan a la UAB
Sandra Nogué, Dan Brockington y Gemma Cirac se incorporan a la Universidad para desarrollar sus proyectos financiados por el European Research Council (ERC). Además, el IFAE también recibirá al investigador Gerard Ariño-Estrada en el marco de las ayudas del ERC.
El European Research Council ha concedido tres ayudas a dos investigadoras y un investigador que desarrollarán sus proyectos en la UAB. En concreto, una ayuda Starting Grant para la física e historiadora Gemma Cirac, una ayuda Consolidator Grant para la paleoecóloga Sandra Nogué y una ayuda Advanced Grant para el antropólogo Dan Brockington. Además, el ERC ha concedido un Starting Grant al físico Gerard Ariño para desarrollar su proyecto en el Instituto de Física de Altas Energías (IFAE).
Cuantificar los cambios en biodiversidad
Con el proyecto «Island to quantify biodiversity change» (TIME-LINES), Sandra Nogué explorará una de las cuestiones más excitantes e importantes en ecología y paleoecología: dónde cambia la biodiversidad, a qué velocidad lo hace y por qué. Los debates sobre esta cuestión en la comunidad científica ponen de manifiesto observaciones de unos ritmos de cambio aparentemente heterogéneos en todo el mundo. Las respuestas de la biodiversidad a los diferentes tipos de agentes que provocan cambios han sido poco estudiadas, porque para analizar este fenómeno a lo largo de todo el rango de tiempo que sería necesario, a menudo cientos o miles de años, deben inferirse patrones y procesos a partir del registro fósil. También existen evidencias de que las características geográficas pueden intervenir en las respuestas de la biodiversidad a los agentes de cambio, creando aún más complejidad. El hecho de que el cambio en la biodiversidad está estructurado espacialmente es la principal hipótesis de trabajo del proyecto TIME-LINES, que examinará unos 5000 años de cambios en la biodiversidad vegetal, así como los agentes de estos cambios, utilizando una serie de registros paleoecológicos de gran calidad obtenidos a partir de las secuencias de sedimentos de islas de todo el mundo. Las islas son a menudo consideradas como foco de biodiversidad y laboratorios naturales con un legado de impacto humano relativamente reciente. Por primera vez, es factible construir redes paleoecológicas a escalas biogeográficas. TIME-LINES establecerá los rangos históricos de variabilidad tanto para la biodiversidad como para sus agentes de cambio. Alinear la información de la magnitud del cambio en la biodiversidad con las características geográficas de las islas puede orientar sobre si el cambio, tanto taxonómico como funcional, está determinado por el contexto geográfico. Los resultados abrirán nuevos horizontes de investigación, uniendo la paleoecología y la biogeografía, y desarrollando métodos para cuantificar los efectos de estos agentes de cambio, no sólo para las islas sino para cualquier lugar, y de forma mucho más profunda de cómo se ha hecho hasta ahora. Los resultados de la investigación nos podrán orientarnos sobre hasta qué punto las líneas básicas informadas históricamente y los cambios en las trayectorias son útiles para la gestión sostenible de la biodiversidad.
Sandra Nogué es investigadora Severo Ochoa en el CREAF. Entre 2015 y 2021 fue profesora de Ciencias Paleoambientales (posición académica permanente) en la Universidad de Southampton (Reino Unido), una universidad orientada a la investigación clasificada entre las cien mejores del mundo. Allí impartió clases en diferentes módulos, que incluyen la biogeografía y el cambio climático global, y lideró el programa internacional de intercambio para la Facultad de Geografía y Ciencia Ambiental. Previamente, entre 2009 y 2015, fue investigadora postdoctoral en las universidades de Oxford (Reino Unido) y de Bergen (Noruega). Actualmente es la vicepresidenta de comunicación de la International Biogeography Society y es editora asociada de las revistas Journal of Biogeography y Global Ecology and Biogeography. Ha desarrollado trabajo de campo en las islas Canarias, Cabo Verde y la península Antártica, entre otros. Su investigación ha sido publicada en revistas de alto impacto como Science, Nature Ecology and Evolution, PNAS o GEB.
Justicia de los datos de conservación
El proyecto «Conservation Data Justice» (CONDJUST), liderado por Dan Brockington, creará un nuevo campo de investigación, la justicia de los datos de conservación, que establece un puente entre diferentes áreas de investigación: la priorización de la conservación, la ecología política y la justicia de datos. La primera emplea datos que ponen en riesgo de marginación a los habitantes de las zonas rurales. La última, la justicia de datos, no examina los datos de conservación. Y al mismo tiempo, los ecólogos políticos no consideran todavía la óptica de la justicia de datos cuando afrontan la priorización de la conservación. El proyecto CONDJUST analizará modelos y datos de conservación y explorará las comunidades epistémicas que los producen para desarrollar nuevas teorías sobre conservación socialmente justa y orientada a datos. Desafiará las tendencias colonizadoras del trabajo de priorización y buscará alternativas descolonizadoras. El proyecto es oportuno porque los nuevos y ambiciosos objetivos mundiales buscan salvaguardar el 30 % de la conservación del planeta en el 2030 (y más después de esa fecha). Estos planes ponen en riesgo a la población rural porque los datos y la modelización que utilizan pueden incluir varios tipos de sesgos, exclusión y omisión. Estos riesgos crecerán a medida que se empleen más datos de las redes sociales para la priorización de la conservación. La visión de la justicia de datos es necesaria para entender estos peligros y saber cómo contrarrestarlos.
Dan Brockington se formó como antropólogo en la UCL con Katy Homewood, y ha trabajado previamente en los departamentos de geografía de las universidades de Oxford y Cambridge (en un postdoctorado con el profesor Bill Adams), en el Global Development Institute de Manchester, y en el Institute for Global Sustainable International Development de la Universidad de Sheffield, donde fue codirector junto a Dorothea Kleine. Ha trabajado distintos aspectos de la conservación como ciencia social, tocando los impactos sociales de las políticas de conservación, la visión global del desalojo de áreas protegidas, revisiones a escala continental del trabajo de las ONG conservacionistas en el África subsahariana, así como el papel de los medios de comunicación y de los famosos en la conservación y desarrollo. Ha publicado libros como Fortress Conservation, Nature Unbound (con Rosaleen Duffy y Jim Igoe), Celebrity Advocacy and International Development, Celebrity and the Environment, y recientemente Prosperity in Rural Africa? (con Christine Noe). Recibió la ayuda Advanced Grant en abril de 2022 y es profesor de investigación ICREA desde el pasado mes de julio. Participa en el panel de la conservación y desarrollo de la ONG Micaia y ha completado recientemente una trilogía de ficción para lectores de grado medio que será publicada por APE Network en Dar es Salaam.
Historia de los datos generados por los satélites de observación de la Tierra
¿Qué entendemos por clima global? ¿Y cómo hemos construido históricamente esta idea? La respuesta a esta pregunta es crucial, ya que nuestra percepción del clima global, así como de sus cambios, determina su gestión. Gemma Cirac-Claveras dirigirá el proyecto CLIMASAT para estudiar la historia de los discursos, prácticas y políticas climáticas entre los años ochenta y noventa del siglo XX, poniendo en el centro de atención la historia de la producción, la circulación y el uso de datos generados por satélite de observación de la Tierra (en particular, datos sobre fenómenos meteorológicos, sobre el nivel del mar y sobre la concentración de ozono). La hipótesis de partida es que los modos en que los diversos agentes científicos, económicos, legislativos, diplomáticos y mediáticos negociaron, compartieron, mantuvieron y usaron los datos de satélite contribuyeron a informar partiendo de unas maneras específicas de entender el clima, que hemos heredado en la actualidad. Se trata, pues, de comprender los procesos históricos de coproducción entre los datos de satélite y estas percepciones.
Gemma Cirac-Claveras es directora de Investigación en el Instituto de Historia de la Ciencia de la UAB. Física de formación y doctora en Historia de la Ciencia por la Escuela de Hautes Études en Sciences Sociales (París), su investigación explora la historia de la tecnología de observación de la Tierra por satélite. En particular, la historia del entramado de técnicas, saberes, prácticas, instituciones, actores e ideas, involucradas en la producción, circulación y uso de datos generados por satélite, y las dinámicas de poder que articulan, así como sus implicaciones ambientales, sociales y políticas. Entre otros, ha recibido premios de la NASA y de la History of Science Society, del American Institute of Physics, del European Space Agency, y del International Committee for the History of Technology.
Mejorar la tomografía por emisión de positrones para detectar el cáncer
El investigador Gerard Ariño-Estrada ha recibido una beca ERC Starting Grant para desarrollar en el IFAE un nuevo módulo detector para sistemas de tomografía por emisión de positrones con medida de tiempo de vuelo (TOF-PET, por sus siglas en inglés), el sistema estándar que se utiliza para la detección del cáncer. El proyecto CHLOE-PET («Cherenkov Light module for time-of-flight Positron Emission Tomography») tiene el potencial de mejorar la resolución temporal y la segmentación espacial de los detectores de última generación por factores de hasta 7 y 10, respectivamente, sin costes de producción adicionales.
Ariño-Estrada se doctoró en 2015 en el Instituto de Física de Altas Energías (IFAE) y después ocupó una plaza de investigador postdoctoral en el grupo de detectores de sincrotrón del DESY de Hamburgo (Alemania). Más tarde se incorporó al Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de California en Davis, donde actualmente dirige un equipo que trabaja en detectores para la imagen y la dosimetría en medicina nuclear.