Reducir las desigualdades globales en el uso de energía, necesario para mitigar el cambio climático
Un nuevo estudio del ICTA-UAB muestra que los actuales escenarios de mitigación climática perpetúan las desigualdades en el uso de la energía entre el Norte y el Sur Global durante mucho tiempo. Estos escenarios perjudican al Sur Global y, por tanto, son políticamente insostenibles.
Una transición energética justa que mantenga el calentamiento global por debajo de 1,5 o 2°C solo será posible si los países ricos del norte reducen su uso de la energía a niveles de consumo sostenibles, permitiendo así un crecimiento suficiente del uso de la energía para el resto del mundo.
Estas son las conclusiones de un estudio científico del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) dirigido por los investigadores Jason Hickel y Aljoša Slameršak y publicado hoy en The Lancet Planetary Health, en el que se reclama el desarrollo de nuevos escenarios de mitigación climática que logren la convergencia energética entre el Norte y el Sur Globales, y así erradicar gradualmente el privilegio energético de los países ricos.
El urgente reto de la mitigación del clima se ve dificultado por las elevadas tasas de uso de energía en los países ricos, en su mayoría del Norte Global, que superan con creces los mínimos necesarios para satisfacer las necesidades humanas. El estudio destaca que el 5 % de las personas más ricas del mundo utiliza más energía que la mitad más pobre de la población mundial junta. En cambio, más de 3.000 millones de personas de los países más pobres padecen pobreza energética y 780 millones de personas no tienen acceso a la electricidad. Los principales países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el resto de Europa consumen, de media, unos 130 gigajulios de energía per cápita al año, casi diez veces más que los países de bajos ingresos.
“Gran parte de este exceso de energía se destina a procesos productivos que favorecen los beneficios empresariales y la proliferación de élites, tales como la moda rápida, los vehículos deportivos utilitarios, la carne industrial y la obsolescencia planificada, que no tienen relevancia para el bienestar social”, enfatiza Aljosa Slamerzak.
En los escenarios analizados, los países de África y Oriente Medio tendrían limitado su uso de energía a los niveles actuales durante la mayor parte del siglo, es decir, menos de 30 gigajulios per cápita al año. Por el contrario, los países de la OCDE y el resto de Europa tendrían asignada una media de energía muy superior a los 100 gigajulios per cápita al año durante el resto del siglo. Aunque América Latina y Asia experimentarían cierto aumento en el uso de la energía, a finales de siglo su consumo energético apenas llegaría a la mitad de lo que consumirían los países del Norte.
En los escenarios de mitigación existentes, el privilegio energético del Norte se sostiene suprimiendo el uso de energía en el Sur y apostando por tecnologías de emisiones negativas, que se basan en la apropiación de biomasa del Sur Global, rico en bosques.
El estudio pone de manifiesto que una acción climática eficaz pasa por reducir las desigualdades energéticas entre el Norte y el Sur Globales. “El Acuerdo de París exige una transición justa, y el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) reconoce que los actuales patrones de consumo en los países ricos del mundo son insostenibles”, dice Jason Hickel.
Los autores enfatizan que el planeta es finito y debe repartirse de forma justa. Para detener el colapso del clima y lograr un desarrollo humano para todos, se necesitan escenarios y estrategias de convergencia radical a un nivel suficiente para garantizar el bienestar humano y compatible con una rápida descarbonización.
Artículo de referencia
Hickel, J., Slameršak, A. (2022). Existing climate mitigation scenarios perpetuate colonial inequalities. The Lancet Planetary Health. https://doi.org/10.1016/S2542-5196(22)00092-4