Prueban con éxito una vacuna más eficaz y barata contra la leishmaniasis humana

18/12/2012
La leishmaniasis es uno de los principales problemas sanitarios a nivel mundial. En nuestra región está producida por el protozoo Leishmania infantum y el perro, que también padece la enfermedad, es el principal reservorio. Se contagia por picaduras de unos insectos similares a los mosquitos, llamados flebótomos. Las manifestaciones clínicas van desde lesiones cutáneas leves hasta complicaciones viscerales que pueden acabar con la muerte del individuo. Provoca 70.000 muertes al año, principalmente en países en vías de desarrollo, afecta a más de 12 millones de personas en todo el mundo, con entre 1,5 y 2 millones de casos nuevos cada año, y es una amenaza para 350 millones de personas que viven en situación de riesgo de contraerla. La enfermedad es endémica en zonas de Asia, África, el sur de Europa, México, Centroamérica y Sudamérica, y es la segunda enfermedad tropical parasitaria en mortalidad, después de la malaria. Con la epidemia del SIDA, la leishmaniasis en humanos se ha reactivado en muchos países. Los tratamientos actuales no son satisfactorios y, aunque la vía más razonable para afrontarla sería la obtención de una vacuna eficaz, las vacunas convencionales han fracasado.
El equipo de investigadores encabezado por la UAB ha comparado los resultados de aplicar diferentes estrategias de vacunación en el mejor modelo animal que existe para estudiar la variante humana de la enfermedad: el hámster dorado. Los resultados han mostrado que la estrategia más efectiva es una combinación de dos vacunas ideada por los mismos investigadores: tres dosis de ADN con genes de L. infantum y dos dosis de las proteínas codificadas por estos genes.
La vacuna proteica se puede obtener a bajo coste mediante el uso de larvas de insectos. Para crear la vacuna los científicos han aislado genes del protozoo, los han insertado en un virus que afecta a los insectos (baculovirus) y han infectado con él larvas de un pequeño gusano (Trichoplusia ni). Estas larvas actúan como biorreactores y producen en grandes cantidades, y a un coste mucho más bajo que con reactores convencionales basados en microorganismos, las proteínas para las que codifican estos genes, y que son las responsables de una respuesta protectora en los individuos vacunados. De esta manera se puede fabricar una vacuna de ADN con los genes que codifican por las proteínas del protozoo, y una segunda vacuna con las proteínas asociadas a estos genes (producidas a bajo costo en las larvas de insectos), con la objetivo de incrementar la efectividad. Esta estrategia de vacunación se podría usar tanto de manera preventiva como terapéutica, y tanto en humanos como en perros, el principal reservorio de la enfermedad y que también la padece. Actualmente se está valorando la posibilidad de una fase translacional que permitiera trasladar lo más rápido posible los resultados de esta investigación básica a la práctica clínica, así como en incrementar aún más la eficacia de la estrategia con fármacos potenciadores de la respuesta inmunitaria.
En la investigación, dirigida por la investigadora Alhelí Rodríguez y el profesor Jordi Alberola, del Departamento de Farmacología, Terapéutica y Toxicología de la UAB, y miembros del Servicio de Análisis de Fármacos de la UAB, han colaborado el INIA (Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria), la empresa Alternative Gene Expression SL, el CReSA (Centro de Investigación en Sanidad Animal, con participación de la UAB y del IRTA) y la Universidad de Sao Paulo ( Brasil). La investigación ha sido publicada en la última edición de la revista PLoS ONE.