La UAB diseñará un biosensor para estratificar el riesgo de la fiebre en los niños
Investigadores del grupo de Biosensores y Bioanálisis del IBB, que dirige María Isabel Pividori, trabajarán en el desarrollo y validación de una herramienta para medir rápida y fácilmente biomarcadores de gravedad de la fiebre en la infancia, con el fin de aumentar la supervivencia de los niños a nivel global. La investigación se llevará a cabo en el marco del proyecto europeo EChiLiBRiST, que se acaba de poner en marcha.
«EChiLiBRiST - Enhancing Children's Lives with Biomarkers for Risk Stratification and Triage», es un consorcio de 13 instituciones de Europa, Reino Unido, África y Canadá, entre ellas el Instituto de Biotecnología y Biomedicina de la UAB, formado para desarrollar y validar clínicamente una prueba cuantitativa en el punto de atención para la medición de biomarcadores de gravedad, con el fin de mejorar la estratificación del riesgo de los síndromes febriles y, por lo tanto, aumentar la supervivencia infantil. Dotado con 6,5 millones de euros por el programa Horizonte de la Unión Europea y coordinado por Quique Bassats, del ISGlobal, tendrá una duración de 5 años.
El proyecto consta de dos líneas de trabajo distintas pero complementarias. Por una parte, el diseño y validación del dispositivo y establecimiento de las vías de explotación y reglamentación. Por otra, los ensayos clínicos y subestudios en tres países africanos para evaluar el impacto de la introducción del dispositivo con fines de estratificación del riesgo, para mejorar los resultados, orientar la gestión y ahorrar costes.
María Isabel Pividori, catedrática del Departamento de Química de la UAB e investigadora del IBB, liderará, con un presupuesto de 350.000 euros, la línea de trabajo encargada del desarrollo técnico y la ingeniería del prototipo de laboratorio, la analítica y validación clínica y el desarrollo posterior en un prototipo funcional para su producción y uso en los ensayos clínicos posteriores.
«La tecnología que sustenta el dispositivo se basa en partículas magnéticas para la preconcentración de los biomarcadores con el fin de lograr una alta sensibilidad, característica obligatoria de una herramienta de estratificación del riesgo de este tipo. Además, el dispositivo será fácil de usar y funcionará con baterías, lo que permitirá aplicarlo en el punto de atención», señala la investigadora.
Pividori, además de ser profesora en el Departamento de Química, dirige el grupo de investigación en Biosensores y Bioanálisis del IBB, particularmente enfocado en el diseño de pruebas de diagnóstico rápido y bioinstrumentación. Su experiencia investigadora está relacionada con las mejoras en términos de biorreconocimiento, así como en la simplificación de los procedimientos de biodetección, la integración de nanomateriales y la mejora de la señal analítica.
En el estudio, de la investigadora y su equipo colaborarán también la empresa spin-off de base tecnológica de la UAB BioEclosion, de la que la investigadora es socia fundadora, y el centro tecnológico Eurecat.
Mil millones de episodios de fiebre en todo el mundo
La fiebre es una señal cardinal de las enfermedades infecciosas y cada año se registran más de mil millones de episodios en todo el mundo. Por término medio, un niño menor de 5 años del África subsahariana sufre hasta 6 episodios de fiebre al año. Aunque la mayoría de los episodios son leves y autolimitados, algunos pueden evolucionar hasta convertirse en una enfermedad potencialmente mortal. En el África subsahariana, el 50 % de las muertes relacionadas con la fiebre entre los niños se producen en comunidades sin acceso a la atención sanitaria oficial.
«La fiebre es un excelente sistema de alerta para los médicos, pero a menudo es un reto diferenciar las fiebres causadas por infecciones que ponen en peligro la vida de las causadas por condiciones autolimitadas y benignas. Con el proyecto EChiLiBRiST, pretendemos medir los biomarcadores de gravedad junto a la cama del paciente, con la esperanza de transformar la gestión de la fiebre en todo el mundo. Con un enfoque más específico en aquellos que realmente requieren prioridad, podemos reducir la muerte, la discapacidad y los costes de la atención sanitaria», explica Quique Bassat, investigador principal del proyecto.
Más allá del rigor clínico y tecnológico del diseño del estudio, hay otros aspectos destacables como su enfoque interdisciplinar para garantizar que el nuevo producto sea compatible para su uso en entornos de bajos ingresos, y que los datos generados puedan ser útiles para modelar y predecir el impacto y el ahorro de costes en diferentes escenarios. Además, el proyecto también se ha comprometido a formar a tres graduados africanos de los países participantes (Mozambique, Etiopía y Gabón) con diferentes formaciones disciplinarias para obtener un doctorado.
«Construir una vía común desde el diagnóstico hasta el tratamiento es de suma importancia, especialmente en el contexto africano con un acceso irregular a los servicios sanitarios», afirma Bàrbara Baro, coordinadora científica del proyecto. «EChiLiBRiST tiene el potencial de invertir las tendencias de mortalidad infantil por enfermedades comúnmente tratables en los países de bajos ingresos».
Otras instituciones que participan en el proyecto son Eberhard Karls Universidad de Tubingen, Fundação Manhica, Centre de Recherches Medicales de Lambaréné, Asphalion y Ospedale Pediatrico Bambino Gesù.