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Universitat Autònoma de Barcelona

Identifican el autor del Memorial de greuges de Guitard Isarn, senyor de Caboet

20 oct 2021
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Un análisis paleográfico y filológico de los documentos conservados en el Archivo del Obispado de Urgell y en la Biblioteca de Cataluña de los siglos XI-XII demuestra que el subdiácono Ramon de Cabó (Alt Urgell, Lleida) es el autor del Memorial de greuges de Guitard Isarn, senyor de Caboet. La investigación, realizada por investigadores de la UAB, propone también unas dataciones para los primeros testimonios totalmente escritos en lengua catalana.

Autor Memorial Guitard Isarn
Memorial de greuges de Guitard Isarn, senyor de Caboet. Barcelona, Biblioteca de Catalunya, reg. 1910, perg. 384. © Biblioteca de Catalunya.

Una investigación realizada por dos investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), el profesor Jesús Alturo, catedrático de Paleografía, Codicología y Diplomática, y la doctoranda Tània Alaix ofrece una nueva aproximación a los primeros documentos escritos totalmente en lengua catalana, que se sitúan entre el siglo XI e inicios del XIII. Una época, la del final de la alta Edad Media, dominada culturalmente por el estamento eclesiástico, en la que el latín se aprendía en las escuelas, pero no ya en el seno de la familia.

El principal resultado del estudio, que presentan el 16 de octubre en los 18º Encuentros Culturales Pirenaicos en Montanui (Ribagorza), ha sido la identificación del autor del Memorial de greuges de Guitard Isarn, senyor de Caboet, el primer texto extenso escrito en catalán prácticamente en su totalidad y que se conserva en la Biblioteca de Cataluña. Los documentos medievales solían ser redactados por el propio escribano, pero en ocasiones el autor del escrito y el de la copia eran personas distintas. En el caso del Memorial, Alturo y Alaix demuestran que ambas funciones fueron ejecutadas por una misma persona: un profesional de la escritura que han podido identificar como el subdiácano Ramon, un eclesiástico de Cabó, junto a Organyà, al servicio de los señores de Caboet. El documento se escribió en 1105, una fecha que hasta ahora no había sido firmemente constatada.

Un hombre culto y de buena caligrafía

El Memorial de greuges de Guitard Isarn es un pergamino sin fecha y anónimo, que mide 10 centímetros de alto y 52 de largo. En él, el señor de Caboet, Guitard Isarn, hace una relación de agravios, infracciones, faltas y ofensas que su vasallo Guillem Arnall había cometido contra su persona, esposa y derechos. Su autor, fue, en palabras de los investigadores de la UAB, un hombre culto y muy buen calígrafo.

“El subdiácono Ramon nació, se educó y desarrolló su actividad como escribano y escritor en un contexto -el del obispado de Urgell-, de buen nivel cultural, no solo en lengua latina, sino también en la propia del territorio. Él fue uno de los que empezaron a escribir textos totalmente en catalán, pero el primero de nombre conocido. En este sentido, bien se merece el título de primer escritor conocido de la literatura -en el sentido más amplio del término- catalana”, destacan los investigadores.

De este escribano se conservan doce documentos originales y unas pocas copias más. Estos pergaminos se custodian en el Archivo del Obispado de Urgell -que guarda los documentos más antiguos de Cataluña- y en la Biblioteca de Cataluña. “Era, sin duda, un hombre culto, buen calígrafo, no mediocre latinista y con suficiente capacidad para escribir un texto largo totalmente en catalán, para lo cual, y contrariamente a lo que a menudo se ha afirmado, se requería capacidad y pericia. Era necesaria una larga instrucción y un buen nivel cultural”, explican Alturo y Alaix, “porque los primeros textos escritos en catalán surgen en los Pirineos no por una menor romanización de estas comarcas, ni un menor nivel cultural, sino, justamente, por un nivel cultural superior, como demuestra la presencia de personajes como el obispo Feliu de Urgell o el canónigo y jurista Ermengol Bernat, o la notable riqueza de la biblioteca de la catedral, conocida, pero no conservada”, añaden.

Los expertos de la UAB han vuelto a demostrar que los escribanos de los diplomas y los amanuenses de los códices eran muy a menudo la misma persona y, frecuentemente, personajes de alta cultura, y aplicando a su estudio una metodología propia, basada en el análisis de los idiotismos gráficos, es decir, de los mínimos detalles que personalizan una escritura, han logrado nuevos resultados.

“Confiamos en ir aplicando esta metodología basada en el análisis paleográfico y filológico al resto de diócesis catalanas con parecido resultado: quizás nos encontraremos que también nos ofrezcan una visión diferente a la que hemos tenido hasta ahora, tal como hemos visto en otro reciente estudio sobre la diócesis de Osona en época carolingia”, concluyen.

Nuevas dataciones para los primeros textos escritos completamente en catalán

Dejando de lado algunas palabras aisladas o algunas frases breves que afloran en textos escritos básicamente en latín medieval, los primeros textos completamente escritos en catalán considerados literarios, en sentido amplio, son dos traducciones del Liber iudicum (Libro de los jueces), hallados en los archivos de la Abadía de Montserrat y de la Seu de Urgell, y las celebérrimas Homílies d’Organyà. En su estudio, Alturo y Alaix han precisado nuevas dataciones para los fragmentos que se conocen de estos documentos, en base a detenidos análisis paleográficos.

Las homilías, una traducción catalana a partir de un homiliario en provenzal, confeccionado posiblemente en 1204, fueron descubiertas en la parroquia de Organyà en 1905 por el historiador Joaquim Miret y Sans, que las consideró del siglo XII-XIII. Los investigadores de la UAB han llegado a la conclusión que se realizaron en una fecha próxima a 1220.

La traducción catalana del Liber iudicum de Montserrat fue descubierta medio siglo después de las homílias por el paleógrafo Anscari M. Mundó, que la dató alrededor del año 1190. Alturo y Alaix la consideran de los primeros decenios del siglo XIII. Y por el contrario, avanzan la fecha de la copia de la Seu de Urgell. Este fragmento de códice fue encontrado en el 2000 por los eruditos esclesiásticos Benigne Marqués y Cebrià Baraut, quienes lo dataron hacia el 1150. Los investigadores de la UAB lo han considerado de los últimos decenios del siglo XI o los primeros años del XII.

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