Fallece el profesor Luis Alberto Blecua
Nos ha dejado Luis Alberto Blecua, profesor emérito del Departamento de Filología Española. La Universidad expresa el pésame más sentido a todas las personas que lo conocían y lo apreciaban y comparte el sentimiento por su pérdida.
Luis Alberto Blecua Perdices (Zaragoza, 1941) era catedrático emérito de Literatura Española en la Universitat Autònoma de Barcelona, a donde llegó en 1971 y fue fundador del grupo de investigación PROLOPE. Blecua era máxima referencia en el campo de la crítica textual. En 1989 fundó el Grupo PROLOPE, y bajo su dirección se publicaron las ediciones críticas de trece partes de comedias, que suman más de un centenar de piezas. Era miembro correspondiente de la Real Academia Española y de número de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona.En 2012, en el trascurso de un homenaje que la Facultad de Filosofia y Letras tributó a los profesores jubilados ese año, la profesora Carme Riera se refirió a Luis Alberto Blecua como "una de las personalidades más importantes de la UAB" y destacó "el honor y el lujo" de haberlo tenido 41 años en el Departamento y la "suerte" de seguir disfrutándolo como profesor emérito. Añadió que Blecua había sido un "sabio humilde" que rehuyó de los cargos y los premios, a pesar de haber escrito, entre otros, el Manual de crítica textual, que representó "un antes y un después" en la edición de textos filológicos. Blecua, por su parte, repasó anécdotas de su infancia y sus inicios en la UAB y resaltó que la tarea más importante de cualquier docente es que sus alumnos "amen" la asignatura.
La Universidad expresa el pésame más sentido a todas las personas que lo conocían y le apreciaban y comparte el sentimiento por su pérdida.
ALBERTO BLECUA IN MEMORIAM (texto del Departamento de Filología Española)
Alberto Blecua (1941-2020), nacido en Zaragoza y barcelonés de adopción, fue catedrático de Literatura Española en la Universidad Autónoma de Barcelona, donde ejerció un amplio magisterio desde 1971. Referencia indiscutible en el campo de la crítica textual, a ella consagró En el texto de Garcilaso (1971), La transmisión textual del conde Lucanor (1982), el Manual de crítica textual (1983), pionero en su campo, que ha sido y sigue siendo aguja de navegar para varias generaciones, y los Estudios de crítica textual (2012), que recogen sus mejores trabajos sobre la materia. Realizó una monumental tesis doctoral sobre la poesía de Gregorio Silvestre (1974). Son auténticos hitos sus ediciones del Lazarillo, el Libro de buen amor y el Quijote, pero también las de Juan Rufo, Lope de Vega o Antonio García Gutiérrez. Sus estudios sobre la literatura española abarcan desde Gonzalo de Berceo a Jorge Guillén, con particular atención a los grandes poetas (Boscán, Garcilaso, Herrera, fray Luis, San Juan) y prosistas (Cervantes, Gracián) del Siglo de Oro. Sus estudios fundamentales de historia literaria se reunieron en el volumen Signos viejos y nuevos (2006). Fundó hace treinta años, y lo dirigió hasta su jubilación, el grupo de investigación Prolope, cuyo objetivo es la edición crítica de todo el teatro de Lope de Vega. Fue conferenciante en las universidades más prestigiosas, tanto españolas como extranjeras (Roma-La Sapienza, Bolonia, Istituto Universitario Orientale, Colonia, Tours, Berkeley, Harvard, Princeton, Kioto). Dirigió más de veinte tesis doctorales, fue miembro de un sinfín de tribunales, y profesor de másters y doctorados (en Santiago, Sevilla, Oviedo, Valladolid). Fue miembro de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona y correspondiente de la Real Academia Española, y presidió la Asociación de Cervantistas (1995-1999).
Y, sin duda, su mejor tarea fue la enseñanza, que realizó en la Autónoma semana a semana durante cuarenta y cinco años, como la había realizado antes, muy joven, en la educación secundaria. Sus clases -lo recordará cualquiera que haya asistido a ellas- iban más allá de los contenidos, pues utilizaba el sistema humanista de la lectura y el comentario de textos, óptima estrategia para implicar a los alumnos y desarrollar su espíritu investigador y crítico.
Embargados hoy por la tristeza, queremos honrar la inspiración constante que proporcionó su forma insustituible de relacionarse con los textos literarios, de sobras conocida por quienes tuvieron el privilegio de escucharlo en clases y conferencias, o de leerlo en artículos y ediciones, o de compartir con él el tiempo y la atención que siempre brindó generosamente a los demás. Descanse en paz.