“Para hacer un Doctorado, la edad ayuda porque lo asumes con mucha serenidad”
08/01/2016
Bajo la dirección del Dr. Martí Boada y la Dra. Roser Maneja, Hermida ha tratado en su tesis sobre los "Aportes al conocimiento de la distribución, propiedades e interacciones de las especies botánicas tóxicas existentes en la región de influencia de Centros de Salud periféricos de la Facultad de Odontología de Rosario (FOR/Universidad Nacional de Rosario/Argentina)".
Profesora de Química Estomatológica y Física Biológica e investigadora jubilada en la Universidad Nacional de Rosario (Argentina), asegura que nunca es tarde para iniciar un proyecto como el del Doctorado, y destaca la necesidad de no dejar de formarse nunca.
- ¿Por qué con su edad se planteó hacer un Doctorado?
- Yo viví mi vida dedicada a la docencia pero enviudé joven con tres hijos pequeños y tuve que mantener a mi familia, sin tiempo que dedicar a mis intereses personales. Fui profesora titular de la Cátedra de Química de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Rosario (Argentina) y de las áreas de Química Estomatológica y Física Biológica, así como investigadora del Consejo de Investigaciones de la universidad. Hice una maestría, una especialización y mucha formación paralela a mi formación académica de grado, pero no pude tomarme el tiempo necesario para hacer algo tan serio como un Doctorado.
- ¿Por qué en el ICTA-UAB?
- Mi preocupación fue siempre la mejora de la calidad de la enseñanza, fundamentalmente de las Ciencias Naturales, y tratar de averiguar por qué los universitarios rechazan ciencias como la Química o la Física. Preocupada por estas cuestiones cayó en mis manos un libro del profesor de la UAB Octavi Fullat sobre filosofía de la Educación que me fascinó y me ubicó en el campo del conocimiento de la investigación en enseñanza. Por cuestiones ambientales, conecté con el ICTA-UAB, que es un grupo muy serio al que respeto y con el que comparto cuestiones ideológicas muy profundas de base. Entonces pensé que quizás podía hacer realidad mi ilusión, algo que había visto siempre muy lejano.
- ¿Cómo se desarrolla una tesis doctoral desde Argentina y a su edad?
- Durante casi cinco años he viajado todos los años a Barcelona a hacer seminarios y a controlar los avances de la tesis. El problema es que durante este tiempo estuve bastante enferma, primero con un cáncer y después con un infarto, lo que me llevó a demorar un poco las cosas. Cuando estuve bien empecé a trabajar firme y en este momento estoy bien, cuidándome mucho, pero he logrado el Doctorado que era mi deseo, mi proyecto de vida.
- ¿Qué nuevos proyectos se plantea ahora?
- En este momento quiero escribir tres libros. Ya los tengo en marcha y en cuanto llegue me pongo a trabajar. Me preocupa -tal y como muestro en la tesis- la necesidad de conocer mejor la formación preuniversitaria y universitaria, los contenidos y los procesos de las ciencias básicas biológicas como la física, la química y la matemática como herramientas. Quizás hagamos juntos algo vinculado a la didáctica de estas disciplinas y algún manual de estudio para los alumnos. Es una gran poder interactuar con el ICTA-UAB, me ha dado muchas satisfacciones y me ha cobijado en el momento de la tesis.
- ¿La edad ayuda a la hora de hacer un Doctorado?
- Sí porque lo asumes con mucha serenidad, pensando en el conocimiento mismo como satisfacción personal, no como una cuestión personal para avanzar a nivel profesional. Cuando estamos adquiriendo un conocimiento nuevo aparecen zonas de avance pero también de retroceso, pero cuando llegas al final lo ves todo con gran claridad. Después de un Doctorado uno se siente así. Vale la pena el esfuerzo, el volver a sentirse así.
- Pero tendrá desventajas…
- En mi caso, sólo por problemas de salud no pude desarrollar parte de mi investigación en la zona del Alto Delta del Paraná porque había mucho hantavirus y yo tenía muy disminuidas mis defensas en ese momento y no me podía exponer. Por lo demás, ni tuve mayores inconvenientes.
- ¿Nunca es demasiado tarde para continuar formándose?
-¡Para nada! Yo siempre recomiendo a los jóvenes que estudien. Tengo 7 nietos de edades diferentes y soy la maestra de todos ellos. Mi discurso permanente es ése: hay que estudiar y hay que aprender porque nadie nos va a dominar nunca ideológicamente si estudiamos; al contrario, la libertad la vamos a encontrar siempre a través del estudio.