Temporalidad y precariedad: la reforma laboral solo mejora la situación de algunos perfiles de jóvenes
Un año después de la implementación de la Reforma Laboral en España, sus efectos parecen evidentes, recibiendo evaluaciones positivas a nivel nacional e internacional. En teoría, el grupo de población que debería beneficiarse más de esta reforma son los trabajadores jóvenes. El empleo temporal era más preeminente entre los jóvenes que entre cualquier otro grupo en España, independientemente del nivel educativo, el sector o el género. Durante más de 30 años, la temporalidad se ha considerado la máxima expresión de la precariedad laboral entre la población joven, extendiendo su impacto a aspectos más allá de la duración del contrato.
No obstante, puede ser que la limitación de la temporalidad no sea suficiente para alterar la situación precaria de los trabajadores jóvenes. El mercado laboral español se caracteriza por una fuerte segmentación, siendo los jóvenes, las mujeres y los trabajadores no cualificados los más proclives a encontrarse en situaciones de temporalidad. Por lo tanto, la situación precaria de los trabajadores jóvenes (o al menos, los más desfavorecidos entre ellos) podría permanecer sin experimentar mejoras a pesar de la reducción del empleo temporal.
El análisis de la investigación se ha centrado en la comparación del volumen y la distribución entre la población joven de las diferentes formas de contratos que pueden considerarse precarias, prestando especial atención a los contratos temporales, pero también considerando otras formas de empleo atípico, como son los contratos indefinidos a tiempo parcial y los contratos a tiempo parcial de carácter involuntario. El análisis desarrollado no permite atribuir directamente los cambios identificados a la reforma laboral, ya que no se pueden aislar los efectos de la reforma de otros fenómenos paralelos. Sin embargo, sí proporciona una visión general de los cambios en la forma en que se manifiesta la precariedad laboral entre los jóvenes en España, un panorama con transformaciones relevantes en comparación con la situación antes de la reforma.
Los datos analizados se obtuvieron de los microdatos de la Encuesta de Población Activa de España, realizada por el Instituto Nacional de Estadística. Las bases de datos específicas utilizadas fueron las correspondientes al último trimestre de 2019 y 2022.
Los resultados muestran que los jóvenes se encuentran en una mejor situación en cuanto a su estabilidad contractual desde la aprobación de la reforma. El porcentaje de jóvenes con contratos temporales fue sustancialmente menor, por lo que las diferencias en el empleo precario entre los jóvenes y otros trabajadores se redujeron. Los resultados también indican que ciertas diferencias internas que existían antes de la reforma entre los jóvenes en relación con el empleo temporal se redujeron, especialmente cuando consideramos aquellos que viven en regiones con tasas de desempleo más altas y aquellos nacidos en países extracomunitarios. Los resultados también muestran que los jóvenes con niveles educativos superiores a primaria fueron los que más se beneficiaron de la reducción del empleo temporal. Este constituye un factor importante en la distribución del empleo temporal en el mercado laboral español después de la reforma, siguiendo patrones tradicionales de segmentación del mercado de trabajo.
Aunque la reducción del empleo temporal es muy clara, el análisis revela un aumento en los contratos fijos-discontinuos y a tiempo parcial, que, tal como apunta la literatura, pueden entenderse como fruto de la estrategia que los empleadores han seguido para cumplir con la nueva legislación y al mismo tiempo poder ajustar sus costes laborales. El aumento en el uso de contratos fijos-discontinuos estaba previsto por ley y por sí solo no puede interpretarse como un aumento del empleo precario, dado que la alternativa para los trabajadores estacionales era el desempleo durante los períodos de baja actividad laboral. No obstante, cabe considerar que existen empresas sancionadas por el uso fraudulento de contratos fijos-discontinuos y a tiempo parcial.
En ese sentido, es más destacable el aumento del empleo a tiempo parcial de carácter voluntario entre los jóvenes con educación primaria y en categorías ocupacionales elementales. Esta situación contractual puede identificarse como un aspecto emergente del empleo precario entre los jóvenes. De ese modo, después de la reforma, el empleo a tiempo parcial de carácter involuntario parece estar fuertemente conectado con perfiles específicos de jóvenes. Por lo tanto, las diferencias internas dentro de este grupo de edad con respecto a la probabilidad de tener este tipo de empleo estarían aumentando.
La probabilidad de tener un contrato temporal después de la reforma también está más concentrada en ciertos grupos de jóvenes. Como ya se indicó, la reducción del trabajo temporal no ha beneficiado por igual a los trabajadores de todos los niveles educativos; desde la reforma, tener solo un nivel educativo primario se asocia con tener un contrato temporal. Esto también está conectado con ser mujer y ser más joven, una asociación que ya existía antes de la reforma, pero que ahora se ha fortalecido. Por lo tanto, el empleo temporal se ha convertido, desde la reforma, en una característica más concentrada en perfiles específicos de jóvenes. El sector de empleo y el nivel ocupacional también han cobrado más importancia cuando observamos la distribución de los contratos temporales desde la reforma: el empleo temporal ha llegado a estar fuertemente asociado con ocupaciones elementales (no cualificadas y semicualificadas) y trabajo en turismo y hostelería, servicios personales y ventas al por menor.
La aparente concentración sectorial y ocupacional de los contratos temporales y el empleo a tiempo parcial involuntario encontrados pueden estar relacionados con la estrategia mencionada anteriormente aplicada por algunos empresarios para competir ajustando lo máximo posible sus costes salariales. Dado que esta segmentación está anclada en las características estructurales de la economía española, no sorprende que la eliminación de algunos tipos de contratos precarios por ley haya llevado a los empleadores a reemplazarlos por otros tipos de contratos formalmente diferentes, pero igualmente precarios.
Centre d’Estudis Sociològics sobre la Vida Quotidiana i el Treball (QUIT)
Institut d’Estudis del Treball
Universitat Autònoma de Barcelona
Referencias
Verd, Joan Miquel; Godino, Alejandro; González-Heras, Alejandro i Rodríguez-Soler, Joan (2024). Escaping the trap of temporary employment: Precariousness among young people before and after Spain's 2021 labour market reform act. International Journal of Social Welfare, 1-24. https://doi.org/10.1111/ijsw.12645