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La fauna ibérica es una de las peor conocidas del contexto europeo occidental; y lo es por dos razones simples: no se dedican los esfuerzos mínimos necesarios -personales y materiales- para que los expertos (cada vez más escasos) puedan prestarle la atención que se merece y, por si fuera poco, no existen planes directores, claramente coordinados e incluyentes, que sumen los esfuerzos de los especialistas. Un contrasentido evidente, ya que al mismo tiempo se suele alardear de buenos propósitos cuando se habla de conservar nuestra biodiversidad. ¿Qué biodiversidad?

El artículo "The genus Malthonica Simon, 1898 in the Iberian Peninsula (Araneae: Agelenidae)" se sitúa en el terreno de la taxonomía, dado que gira en torno al hallazgo y la descripción de una nueva especie: Malthonica oceanica Barrientos y Cardoso, 2007. Se trata de una pequeña araña, nada espectacular, localizable en la parte más occidental de la Península, en territorio portugués. La caracterización de esta nueva especie, su distribución, la discusión de su posible parentesco y su ubicación en el esquema sistemático de las arañas, son los temas que se desarrollan.

Desde el punto de vista morfológico, llama la atención la aparente simplificación que experimentan algunas de sus estructuras de diagnosis (en concreto, el bulbo copulador de los machos y el epigino o placa genital de las hembras). Sin embargo, comparte numerosos caracteres somáticos con otra especie ibérica, mucho más extendida, Malthonica lusitanica Simon, 1898. La normalización de los datos disponibles permite, mediante una modelización adecuada, establecer mapas de distribución potencial para ambas especies. Por otro lado, se discuten los límites taxonómicos establecidos recientemente por otros autores para el género Malthonica Simon, 1898.

Este estudio, sobre Malthonica, es sólo una pequeña muestra de los trabajos que lleva acabo el "Grup de Recerca sobre Biodiversitat Animal" de la UAB. Se estima que la fauna de arañas que puede encontrarse en suelo peninsular no será inferior a 1200 especies; hasta la fecha sólo se han citado cerca de un millar, de modo que las 200 restantes encierran muchas novedades desde la perspectiva biológica, muchas especies "nuevas para la Ciencia". A este dato de singularidad, que no debe subestimarse, hay que añadir que de las especies ya citadas tenemos un conocimiento precario: su distribución, su vinculación a determinados hábitat, su ciclo vital, su fenología, sus hábitos de conducta en relación con la reproducción, la alimentación, etc., nos son relativamente desconocidos. Mucha tarea por delante...