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El artículo presenta nuevas estimaciones de los indicadores sociales y económicos para Italia y sus regiones, en años de referencia desde 1871 hasta 2007: se discuten las cifras regionales y la evolución de la desigualdad entre el Norte y el Sur con respecto a la esperanza de vida, la educación, el PIB per cápita, el IDH (el Índice de Desarrollo Humano) en sus diferentes fórmulas. El artículo también avanza una hipótesis interpretativa para dar cuenta de los diferentes patrones regionales: se basa en la distinción entre la modernización pasiva y la activa, que a su vez se puede asociar a la presencia de instituciones extractivas o inclusivas.
 
A nivel regional, la modernización activa deriva del papel de los actores locales, mientras que la modernización pasiva se debe a la intervención del Estado con limitada o nula participación de las élites locales. La evidencia de las regiones de Italia muestra que la modernización pasiva en favor de las regiones del Sur se puso en práctica primero en la esperanza de vida (sobre todo durante la era liberal), a continuación en la educación (aproximadamente durante los años de entreguerras), finalmente en el PIB (en la segunda mitad del siglo XX). A lo largo del periodo 1871-2007, los resultados indican una alta convergencia en el caso de la esperanza de vida, convergencia incompleta en la educación y divergencia en el PIB.

	Figura 1: Diferentes medidas del Índice de Desarrollo Humano, Italia 1871-2007.

Como consecuencia de estos diferentes patrones, la convergencia en el IDH fue más intensa en los años de entreguerras y durante la edad de oro. En este sentido, el Sur de Italia parece mostrar un patrón similar al de la periferia mundial: se han encontrado resultados análogos para lo que se refiere a la convergencia de América Latina, Asia, África y Europa del Este hacia los países de la OCDE; y esta convergencia se debió principalmente a los componentes sociales, como en el Sur de Italia.
 
En el caso de Italia, el mal resultado del Sur a largo plazo puede deberse a dos razones diferentes. En primer lugar, la modernización pasiva en el Sur estaba lejos de ser satisfactoria: esto es cierto para el componente de educación, donde más se podría haber hecho en la era liberal, siendo la intervención del Estado plenamente funcionante sólo desde 1911 en adelante, con la centralización del sistema. En segundo lugar, la modernización pasiva hizo que el sistema económico y social del Sur de Italia fuera más frágil, por lo tanto más sujeto a las perturbaciones externas. La crisis de 1970 fue particularmente perjudicial para el Sur, que desde entonces dejó de converger y nunca se recuperó. Más en general, durante las últimas décadas Italia en su conjunto estuvo por detrás del resto de los países avanzados, lo que también significa que el Estado italiano fue a su vez menos capaz de promover la modernización pasiva en el Sur.