UABDivulga - Barcelona recerca i innovació

Desde hace unos años, la búsqueda de estrategias para promover la participación activa de los estudiantes en su aprendizaje sobre temas ambientales forma parte de la agenda de varias organizaciones internacionales (UNESCO, FAO y IAS). Con esta aproximación educativa se pretende mejorar la calidad ambiental, conseguir la igualdad social, defender los derechos humanos y promover la paz. Adoptar esta perspectiva es especialmente relevante en países en vías de desarrollo que concentran una gran diversidad biológica y cultural, pero que a la vez están amenazadas. Es el caso de muchas zonas forestales indígenas de México donde existen fuertes presiones externas, económicas y políticas, para explotar los bosques de propiedad comunitaria. Es posible que las comunidades acaben cediendo a estas presiones si presentan una débil organización interna, ausencia de cohesión social, y desconocimiento de nuevas técnicas más eficientes de aprovechamiento forestal, consecuencia de la falta de comunicación e información, entre otros factores. La educación, basada en el aprendizaje participativo, es una herramienta que puede fortalecer las comunidades para que sean capaces de autogestionar sus propios recursos. Aunque el discurso de la participación está implícito en el camino que debe seguir la educación ambiental (EA) en México, todavía son pocos los estudios que documentan, analizan y evalúan los programas de EA generados con una aproximación participativa. Esta investigación prentende contribuir a llenar el vacío de conocimiento en la evaluación de programas de EA.

El estudio se realizó con un centenar de estudiantes de bachillerato de Ixtlán de Juárez, una comunidad indígena zapoteca de Oaxaca, que desde los años 80 gestiona una empresa forestal comunitaria y una empresa de ecoturismo que utilizan sosteniblemente los bosques comunales, garantizando su conservación y aportando beneficios económicos, sociales y ambientales a la población. Los estudiantes participaron en el diseño e implementación de un programa de EA enfocado a la gestión forestal local, junto con algunos profesores, técnicos de las empresas, autoridades comunales e investigadores del ICTA-UAB, UNAM y Cambridge. Dos años más tarde, el impacto del programa en el aprendizaje ambiental de los jóvenes fue evaluado mediante cuestionarios y entrevistas semi-estructuradas, con los objetivos de comparar el nivel de conocimientos ambientales entre los participantes y no participantes y determinar qué aspectos podían haber influido en su aprendizaje. Los resultados de la evaluación sugieren que los jóvenes que participaron en el programa de EA tenían más conocimientos ambientales que los que no participaron, sobre todo los que participaron dos veces. El programa reforzó, por un lado, el conocimiento de los participantes sobre los conceptos ecológicos a nivel curricular y, al mismo tiempo, promovió la adquisición de conocimientos locales relacionados con el bosque. El estudio también sugiere que el programa fomentó el interés de los jóvenes en la gestión forestal comunitaria.

Los resultados positivos de la evaluación, así como la implicación de estudiantes y profesores de bachillerato en el desarrollo de la acción, llevaron a las autoridades educativas del estado de Oaxaca a incorporar el programa de EA en la currícula del centro educativo de Ixtlán. El cambio logrado en el plano educativo a nivel regional a partir de una iniciativa local, es un indicador de éxito de esta investigación. Las implicaciones prácticas a largo plazo que este programa de EA puede tener en los futuros gestores de los bosques de la región, refuerzan la importancia de desarrollar de manera formal este tipo de estrategias educativas en las áreas rurales.