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01/2008

Los hilos de pesca matan a las tortugas

Esòfag d'una tortuga babaua amb un ham clavat
Científicos del CRAM y la UAB han estudiado qué sucede cuando una tortuga boba se traga un anzuelo. Sus conclusiones son reveladoras: en contra de lo que podíamos pensar, el anzuelo no es la causa directa de la muerte de las tortugas. El culpable es el hilo de pesca que va unido a estos anzuelos.

La tortuga boba (Caretta caretta) es una especie de tortuga marina de distribución mundial que se encuentra amenazada debido, entre otras causas, al aumento de las capturas accidentales por la pesca comercial. En el Mediterráneo, anualmente tiene lugar la captura accidental de miles de tortugas con los anzuelos de palangre, muchas de las cuales mueren con toda probabilidad. Cuando capturan estas tortugas,  los pescadores las liberan con el anzuelo todavía clavado y existe muy poca información sobre el efecto que esto puede tener en su supervivencia.

En un experimento realizado previamente con 11 tortugas que tenían un anzuelo clavado en su aparato digestivo, se comprobó que la mitad de ellas lo eliminaban de forma espontánea, sin consecuencias negativas aparentes. En este trabajo se describe las lesiones encontradas en cuatro tortugas bobas ingresadas en el Centro de Recuperación de Animales Marinos de Cataluña (CRAM), situado en Premià de Mar (Maresme). Los dos primeros animales llegaron muertos al Centro, debido a la captura con redes de pesca. La primera tortuga presentaba un anzuelo clavado a el esófago, con una reacción inflamatoria crónica con fibrosis, y la segunda tortuga tenía dos anzuelos clavados, con inflamación, fibrosis y un granuloma de cuerpo extraño. La tercera tortuga también fue capturada con una red, pero ingresada con vida en el Centro. El estudio radiológico permitió detectar un anzuelo en el colon, cerca de la cloaca. Al cabo de una semana, la tortuga lo expulsó de forma espontánea por la cloaca. La cuarta tortuga, también capturada en una red, llegó al Centro en estado de shock y murió al cabo de 24 horas. En la necropsia se encontró un anzuelo en el esófago, con un hilo de 40 cm que producía un plegamiento y necrosis intestinal, lo cual le produjo la muerte.

Los anzuelos encontrados en todos estos casos eran más pequeños de los habitualmente utilizados por el palangre (2-3 cm), por lo que debían provenir de la pesca deportiva o tradicional y no parecen que tengan consecuencias graves por la vida de las tortugas, siempre y cuando el hilo sea cortado lo más corto posible. La detección de un anzuelo mediante una radiografía, como es el caso de la tortuga 3, no indica necesariamente que esté clavado, puesto que algunas tortugas lo expulsan espontáneamente. Por lo tanto, antes de intervenir quirúrgicamente una tortuga, se recomienda la realización de dos radiografías en un intervalo de 72 horas, para comprobar si el anzuelo se ha desplazado. Por el contrario, las tortugas que tienen un hilo largo en el anzuelo tienen un pronóstico muy malo, puesto que los movimientos del aparato digestivo hacen transitar el hilo caudalmente, produciendo el plegamiento y necrosis del intestino.

En este trabajo se clarifican los efectos de los anzuelos en el aparato digestivo de las tortugas bobas y se determina que los efectos letales de los anzuelos son debidos más al efecto de tracción del hilo que por el mismo anzuelo en sí. La medida del anzuelo, su localización, la presencia o no de un hilo largo y la tracción que produce son decisivos para la supervivencia de estos animales.

Ignasi Marco

Servei Ecopatologia Fauna Salvatge

Universitat Autònoma de Barcelona

Referencias

"Fishhook lesions in Loggerhead Sea Turtles" Valente, ALS; Parga, ML; Velarde, R; Marco, I; Lavin, S; Alegre, F;Cuenca, R. JOURNAL OF WILDLIFE DISEASES, 43 (4): 737-741 OCT 2007

 
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