Los ciudadanos apoyan más la acción climática tras el COVID-19, pero son pesimistas en sus expectativas 

Els ciutadans donen més suport a l'acció climàtica després de la COVID-19, però són més pessimistes

La mayor parte de la población española es pesimista respecto a las futuras acciones climáticas desarrolladas por el Gobierno y la población tras el impacto del COVID-19. Así se desprende de un estudio realizado por investigadores del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) que quiere determinar cómo ha afectado la crisis del COVID-19 a la actitud de la sociedad frente al cambio climático. 

17/06/2022

Los científicos afirman que los responsables políticos podrían aprovechar este vínculo percibido entre el COVID-19 y la crisis ambiental para introducir medidas climáticas más ambiciosas.

En los dos últimos años, muchas han sido las voces que han especulado sobre cómo afectará el COVID-19 a la acción climática. Mientras que las voces más optimistas apuntan a un cambio favorable en el comportamiento de las personas hacia el medio ambiente, otras más críticas señalan que las preocupaciones ambientales han pasado a un segundo plano frente a los programas de recuperación económica.  

Un equipo de investigadores del ICTA-UAB liderado por el economista Jeroen van den Bergh ha analizado las expectativas públicas sobre la acción climática futura a partir las respuestas textuales obtenidas mediante una encuesta y su posterior análisis con métodos de lingüística computacional. Los resultados del estudio, publicado recientemente en la revista PLoS ONE, muestra que la gente tiene más expectativas negativas que positivas acerca de cómo afectará la pandemia tanto en las políticas gubernamentales como en la acción ciudadana contra el cambio climático.  

La mayoría de las opiniones públicas identificadas en relación con la acción gubernamental reflejan percepciones negativas. En general, hacen referencia a la menor atención prestada al cambio climático, a las limitaciones presupuestarias debidas al COVID-19 y a la crisis económica y sanitaria asociada, así como al aumento de los residuos debido al uso de medidas de protección desechables como máscaras y guantes. Un pequeño número de personas (8,2%) ve poca o ninguna conexión entre el COVID-19 y la acción climática. Sólo dos aspectos son de naturaleza más positiva, con un 15% de las opiniones: consideran que el COVID-19 es una llamada de atención sobre el medio ambiente o señalan cambios positivos en los hábitos de consumo y el teletrabajo. 

Respecto a las expectativas de la población sobre a las acciones de sus propios conciudadanos, el 31% tiene opiniones positivas sobre la situación y creen que el COVID-19 ha generado una mayor conciencia medioambiental y un consumo más responsable. No obstante, la mayoría de los encuestados siguen expresando opiniones negativas, sugiriendo, por ejemplo, que la gente ya tiene demasiados problemas como para preocuparse por la acción climática o que los ciudadanos volveremos rápidamente a las viejas rutinas una vez que la pandemia haya terminado por completo.  

Según los investigadores, de la medición de las expectativas positivas y negativas se desprenden otras conclusiones adicionales. “Hemos visto que las expectativas de futuras acciones climáticas por parte del gobierno y de la población tienden a estar fuertemente correlacionadas. Asimismo, los más optimistas respecto a las futuras acciones climáticas suelen ser las personas más jóvenes, de sexo masculino, con mayor nivel de estudios, con una mayor percepción del cambio climático como una amenaza grave y una mayor valoración positiva del confinamiento por el COVID-19", explica Ivan Savin, investigador del ICTA-UAB y autor principal del estudio. 

Estas expectativas, generalmente pesimistas, contrastan con las conclusiones de un estudio complementario, publicado recientemente en la revista Ecological Economics, realizado por el mismo grupo de investigadores. Este segundo estudio, liderado por el investigador del ICTA-UAB Stefan Drews, analizó cómo ha cambiado el compromiso de los ciudadanos con el cambio climático a lo largo del tiempo. Para ello, compararon los datos de una encuesta realizada al mismo grupo de población meses antes y después del COVID-19. Descubrieron que el apoyo público a la política climática tendía a ser ligeramente superior después de la pandemia. Incluso los encuestados que habían tenido experiencias negativas en materia de salud o economía a causa del COVID-19 no redujeron su apoyo a la política climática. “Esto sugiere que las expectativas del público sobre la ciudadanía (mostradas en el primer estudio) son más negativas que la realidad actual porque, como se muestra en este segundo estudio, se han producido cambios positivos en la opinión pública”, indica Stefan Drews. 

Los científicos afirman que los responsables políticos podrían aprovechar este vínculo percibido entre el COVID-19 y la crisis ambiental para introducir medidas climáticas más ambiciosas. Por tanto, entender las expectativas de la gente es importante para que los políticos propongan instrumentos políticos que no solo sean efectivos, sino que también cuenten con el apoyo de la mayoría de la población. 

Artículos

  • Savin I, Drews S, van den Bergh J, Villamayor-Tomas S (2022) Public expectations about the impact of COVID-19 on climate action by citizens and government. PLoS ONE 17(6): e0266979. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0266979