Lobos, pastores, ciencia y espectáculo: dualidades urbano/rural y la construcción del medioambiente en el tardofranquismo
En julio de 1974, una loba presuntamente asesinó a dos niños e hirió a una adolescente en San Cibrao das Viñas (Ourense, Galicia, España). La prensa se hizo eco inmediatamente, primero con la noticia de los asesinatos en la sección de sucesos de varios periódicos, a la que siguieron diversos artículos elucubrando sobre si se trataba de un lobo o un perro salvaje (1). Un breve análisis respaldado por el CSIC culpó a los perros salvajes en un intento inicial por exonerar a los lobos, documentaba una “psicosis de invasión de lobos” de los pastores locales que no podía justificarse con los lobos en peligro de extinción, y defendía la necesidad de constituir reservas adecuadas frente al exterminio (2).
Los conflictos locales son cruciales en la construcción de narrativas sobre la naturaleza, donde el espacio sociocultural de comunicación ejerce un papel fundamental en la lucha por el significado en cuanto a nociones de patrimonio natural. En este caso concreto, los medios expusieron disputas y negociaciones entre muy diversas subjetividades y experiencias sobre la naturaleza, así como la eventual creación (o confirmación), en la construcción de relaciones de poder, de una jerarquía epistemológica. Por otra parte, una implicación tan temprana de autoridades científicas sugiere un conflicto arraigado entre políticas de conservación de la naturaleza y las actividades cotidianas de la población rural. De hecho, unos pocos días después, los periódicos locales ya vinculaban a la tragedia al célebre naturalista televisivo Félix Rodríguez de la Fuente (3, 4), y en conexión con la Ley de Caza del 4 de abril de 1970. Esta Ley había convertido a los lobos, hasta entonces alimañas, en caza mayor, protegiéndolos de hecho contra el exterminio indiscriminado. Se argumentó que los lobos prosperaban en la zona porque “Rodríguez de la Fuente [había] convencido a personas que ignoran el campo de que estas bestias [eran] inofensivas” (5), acusación que establecía claramente a la oposición entre la vida cotidiana de la gente del campo y su administración por parte de urbanitas extraños.
El debate sobre la necesidad u oportunidad de llevar a cabo el exterminio o la conservación de las poblaciones de lobos en España se hizo cada vez más acalorado en los medios de comunicación. Aunque los lobos eran comprensiblemente el centro de la discusión, la atención rápidamente se dirigió a Rodríguez de la Fuente, ya célebre naturalista, activista, escritor de historia natural y estrella televisiva. Desde su posición, en un contexto de desarrollo de contenidos televisivos de historia natural en relación con el diseño de estrategias educativas para audiencias amplias, pero también de fuerte censura del régimen, Rodríguez de la Fuente se permitió incluso ser crítico con políticas relacionadas con la gestión del patrimonio natural. En ese sentido, como incansable conservacionista, y también como famoso criador de lobos (1), abogó obstinadamente por la conservación de esta especie, y por ello se vio involucrado en un conflicto que implicaba a pastores, cazadores, gestores forestales, académicos, legisladores y analistas diversos, jugando un papel tan significativo como ambiguo en la construcción de discursos sobre los conflictos entre lobos y seres humanos, en los que inevitablemente se contraponía el conocimiento experiencial de los habitantes del medio rural a la gestión científica generada en el medio urbano.
En este caso, los aspectos socioeconómicos inmediatamente ganaron peso en el debate. En un artículo publicado en la revista Triunfo (6), el periodista, biólogo y activista Joan Senent-Josa se basó en la dualidad urbano/rural para argumentar que Rodríguez de la Fuente no estaba teniendo en cuenta las condiciones míseras de la vida rural cuando relacionaba insistentemente la educación y la valoración de las ideas conservacionistas con el desarrollo socioeconómico necesario para que España ingresara en el corazón político y económico de Europa Occidental. En este sentido, la celebridad de Rodríguez de la Fuente también pareció volverse en su contra de repente. Su posición como icono mediático lo enfrentaba aparentemente a la experiencia cotidiana de la población rural, pero también a los expertos científicos (1). A la personalización inicial de los argumentos a través de la dualidad rural/urbana se superpuso rápidamente oposición ciencia/celebridad, donde sus argumentos se menospreciaban debido a sus simplificaciones aparentemente sensacionalistas de la historia natural. (1, 4, 7).
En medio de esta tormenta mediática, el influyente diario ABC entró con fuerza en el debate con un amplio reportaje en tres lujosas entregas en la popular revista dominical Los Domingos de ABC, firmado por el reconocido periodista de prensa, radio y televisión Tico Medina (8). El reportaje, que daba voz a personas más o menos directamente involucradas en el incidente, se centraba, sin embargo, en fortalecer la confianza y la credibilidad en relación con la aplicación del conocimiento científico a las circunstancias de los habitantes de las áreas afectadas. Expertos como Rodríguez de la Fuente o Javier Castroviejo defendieron una política de batidas controladas, pero insistían en la necesidad de estudios rigurosos para identificar y exterminar a los animales responsables de las muertes, oponiéndose a campañas de exterminio. Poco después, Ramón de Madariaga, entonces Secretario General de ADENA, insistió en que el exterminio de los lobos no era la respuesta, sino la apuesta seria por la gestión científica del medio ambiente para entrar en una dinámica de desarrollo próspera y refrendada internacionalmente (9).
Más adelante, Rodríguez de la Fuente situó a sus lobos como personajes principales en los cuatro famosos episodios sobre la especie en su aclamada serie de televisión El Hombre y la Tierra (1974-1981). En el primer episodio, El lobo, emitido el 18 de febrero de 1977, resumía sus puntos de vista en una reconstrucción muy dramática del conflicto entre lobos y pastores, sirviendo para denunciar enérgicamente prácticas prohibidas de caza, como el uso de cepos y veneno, y para pedir de nuevo acciones de la administración. Como era de esperar, el episodio no fue bien recibido en algunos círculos y, en el contexto de su audiencia masiva, volvió a situar en el centro de atención la dualidad rural/urbana, a través de un retrato implacable de los desequilibrios en la estructura social del campo español.
En conjunto, el caso de la loba asesina muestra la complejidad de los procesos de producción y gestión del conocimiento científico. Ejemplifica cómo los discursos mediáticos sobre ciencia y modernización juegan un papel crucial en la configuración de las nociones del medio ambiente de una sociedad, y así, de su relación con la naturaleza. A través de una tormenta mediática en la que intervienen buena parte de los actores implicados, muestra el desarrollo y la interacción de subjetividades en torno al conocimiento de la historia natural, así como la construcción sociocultural de jerarquías epistemológicas en relación con la oposición entre lo rural y lo urbano, en sí una proyección situada del conflicto entre lo local y lo global en la generación de narrativas sobre la naturaleza.
Institut d’Història de la Ciència (IHC), Universitat Autònoma de Barcelona (UAB)
Referencias
(1) Carlos Tabernero. The case of the killer she-wolf. Media, science, and the construction of the environment in late Franco’s Spain. Historical Studies in the Natural Sciences 52(4) (2022): 523-545.
(2) Editorial, “Lobos, perrilobos o perros asilvestrados en la provincia de Orense.” ABC, 10 de julio 1974.
(3) Carlos Tabernero, “‘The Freedom of All Living Creatures.’ Nature, Natural Sciences and the Image of Spain in the Work of Félix Rodríguez de la Fuente” Arbor 192, no. 781 (2016): a345.
(4) Carlos Tabernero, “Wildlife Comics, or the Making of Young Naturalists”, Journal of Science Communication 21 no. 1 (2022): A05.
(5) M. Sierra, “El terror del lobo ha vuelto a nuestros pueblos.” Alerta, 13 julio de 1974.
(6) Joan Senent-Josa, “El lobo y el Mercado Común”, Triunfo, 3 de agosto de 1974.
(7) Carlos Tabernero, “The Changing Nature of Modernization Discourses in Documentary Films”, Science in Context 31, no. 1 (2018): 61–83.
(8) Tico Medina, “Cuando baja el lobo.” Los domingos de ABC, 22 de septiembre de 1974; “El misterio del lobo asesino y el enigma del perro salvaje.” Los domingos de ABC, 6 de octubre de 1974; “Habla el lobo.” Los domingos de ABC, 13 de octubre de 1974.
(9) Ramón de Madariaga, “ADENA dice: menos daños y . . . menos ‘lobos’”, ABC, 1 de noviembre de 1974.
Esta investigación forma parte del proyecto PID2019-106208GB-I00 (Urban Narratives about Nature: Contemporary Construction of Natural History Knowledge), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.