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El artículo muestra la evolución de las preferencias políticas en España desde 1978 hasta 2016. Como los datos de encuesta existentes son incomparables a lo largo del tiempo, hemos usado el algoritmo "Dyad Ratio" inventado por James Stimson (Universidad de Carolina del Norte). Este algoritmo detecta las preferencias políticas subyacentes a las 1671 encuestas acumuladas durante todo el período estudiado. La serie resultante es lo que llamamos "policy mood" que es traducible más o menos por "estado de ánimo político" y se puede entender como una escala ideológica que vaya de izquierda a derecha.

El estado de ánimo político español empieza en un nivel muy de izquierdas y se va desplazando hacia la derecha hasta el final del gobierno de González. A partir de entonces, oscila hacia la derecha y hacia la izquierda en diferentes períodos de izquierdización y de derechización del electorado español, como muestra el gráfico. Estas oscilaciones se explican a través de los modelos termostáticos de Christopher Wlezien (Universidad de Texas, Austin): cuando un gobierno aumenta continuamente el gasto público implementando políticas de mayor intervención estatal (de izquierdas), cada vez más ciudadanos se vuelven partidarios de una disminución del gasto público y el estado de ánimo político se desplaza hacia la derecha. La opinión pública actúa como un termostato político que intenta detener el gasto público cuando este ha aumentado y, contrariamente, intenta generar mayor intervención estatal cuando este ha disminuido. Es decir, las políticas de izquierdas hacen que los españoles se vuelvan de derechas y las políticas de derechas hacen que los españoles se vuelvan de izquierdas.

El estado de ánimo político también está relacionado con los resultados electorales. Todos los tumbos electorales estudiados (menos el de 1982) provienen de largos periodos de desplazamiento continuado del estado de ánimo político. Aznar reemplaza a Felipe González en las elecciones de 1996 después de un larguísimo desplazamiento de las preferencias políticas. Igualmente, Zapatero reemplaza a Aznar en las elecciones de 2004 tras una clara izquierdización del electorado español, especialmente durante la última legislatura. Y Rajoy sustituye a Zapatero en las elecciones de 2011 tras el cambio más repentino en las preferencias de los españoles. En sólo siete años, el desplazamiento hacia la derecha del electorado español tiene una magnitud casi comparable a toda la época González. Ciertamente, factores coyunturales influyeron todos estos tumbos, pero en todos ellos también había un efecto ideológico de fondo a largo plazo.

Finalmente, el artículo muestra que los sucesivos gobiernos españoles han reaccionado ante el estado de la opinión pública de manera muy diferente a como lo han hecho, por ejemplo, los gobiernos de los Estados Unidos de América. Allí, los gobiernos responden a los cambios en las preferencias políticas de los ciudadanos acomodando sus políticas a la nueva realidad de la opinión pública. En cambio, en España, los gobiernos han sido incapaces de acomodarse a él. O puede que no han querido hacerlo por obstinación ideológica. Esto implica que, durante largas etapas del periodo estudiado, España ha tenido gobiernos no representativos. Y la única manera de forzar la recuperación de la representatividad de los gobiernos españoles ha sido a través de un mecanismo bastante más traumático: forzar el reemplazo de los gobernantes en un vuelco electoral.