La teleasistencia domiciliaria y la persona mayor domesticada
La teleasistencia domiciliaria es un servicio de cuidado a distancia que se emplea en España desde la década de los 90. Este servicio está orientado a la atención, fundamentalmente, de personas mayores que viven solas en sus casas y de personas en situación de dependencia. En los últimos años, un grupo de investigadores del Departamento de Psicología Social de UAB ha llevado a cabo distintos estudios etnográficos sobre la implementación de las tecnologías de teleasistencia en nuestro entorno, y sobre sus efectos en la vida cotidiana de las personas mayores.
En un artículo recientemente publicado, la atención de los investigadores se ha centrado en un efecto paradójico de la teleasistencia: en un contexto en el que las políticas y programas de “envejecimiento activo” se han vuelto muy populares, la teleasistencia promueve predominantemente una forma de “envejecimiento en casa” que pone su acento en la permanencia del usuario en el hogar. En décadas recientes, los discursos sobre envejecimiento activo (active aging) y envejecimiento en el lugar (aging in place) han empezado a transformar arraigados estereotipos sobre la vejez y el envejecimiento. Las autoridades y la industria confían en que estas dos modalidades de “buen envejecimiento” puedan promoverse con ayuda de tecnologías de teleasistencia, domótica, robótica y telemedicina. Sin embargo, nuestro estudio muestra que este no es necesariamente el caso.
El estudio se llevó a cabo fundamentalmente mediante técnicas de investigación etnográfica, así como mediante entrevistas y grupos de discusión con personas mayores usuarias de teleasistencia, cuidadores formales e informales, profesionales socio-sanitarios y profesionales de la teleasistencia. El análisis de los datos muestra que, con frecuencia, los servicios de teleasistencia promocionan un ideal de vida “segura” en la vejez que pasa por permanecer durante buena parte del día en el hogar. De esta manera puede garantizarse que las tecnologías empleadas cumplan adecuadamente su función. La adhesión de los usuarios a este ideal de vejez segura se logra a través de una serie de prácticas que incluyen la transformación de la auto-percepción de los mayores (que empiezan a verse a sí mismos como frágiles y necesitados de atención); el aprendizaje de nuevas rutinas que incorporan el auto-cuidado y el tele-cuidado en la vida diaria; y el uso de tecnologías asistenciales que solo funcionan en casa.
Las prácticas antes mencionadas son desplegadas por los profesionales de la teleasistencia, pero también por familiares, cuidadores y personal socio-sanitario. Son además incorporadas por los usuarios mismos. El resultado es una suerte de persona mayor “doméstica” - o, más exactamente, “domesticada” - cuya forma de vida resulta incoherente con un estilo de vida activo. En efecto, el estudio muestra cómo las personas mayores que exhiben un patrón de vida que puede calificarse de “activo” se resisten al uso de la teleasistencia domiciliaria y a la forma de “envejecimiento en el lugar” que parece prescribir. Estos resultados llaman la atención sobre el significado que una misma tecnología puede tener para distintos tipos de usuarios, así como sobre la necesidad de procesos de diseño tecnológico que tengan en cuenta dichos significados en la práctica, dando como resultado productos coherentes con distintas formas de “buen envejecimiento”.
Miquel Domènech
Departamento de Psicología Social
juan.aceros@docentes.umb.edu.co
miquel.domenech@uab.cat
Referencias
Aceros, Juan Carlos; Pols, Jeannete; Domènech, Miquel. Where is grandma? Home telecare, good aging and the domestication of later life. Technological Forecasting & Social Change. 2015, vol. 93, pàg. 102-111. doi: 10.1016/j.techfore.2014.01.016.