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El Grup de Recerca en Antropologia Fonamental i Orientada (Egolab-GRAFO) del Departamento de Antropología Social y Cultural de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha establecido, gracias al estudio realizado sobre una muestra de 29 casos de explotaciones agrarias y/o ganaderas, que en Cataluña el perfil de los neocampesinos y las neocampesinas oscila entre los 30 y los 40 años de edad y que cuenta con formación secundaria o profesional. La mayoría proviene de ámbitos urbanos y estas competencias heredadas y adquiridas juegan un papel fundamental en la estabilidad económica de las unidades productivas sobre todo en relación al manejo de gestiones con la administración. Mediate el estudio, han propuesto una gradación de los 29 proyectos en función de su orientación económica -de menor a mayor presencia en la economía de mercado- teniendo en cuenta la auto-representación que los integrantes de los grupos hacen de sí mismos.

Distinguen en el extremo más alejado de la economía de mercado al neocampesinado que usa la agricultura y la ganadería como un complemento para su subsistencia y ocasionalmente vende su excedente; en el centro se encuentra el neocampesinado que orienta su producción a la venta y, además, tiene otra fuente de ingresos para su subsistencia; y en el otro extremo, el más inserto en la economía de mercado, hallamos al neocampesinado que depende exclusivamente de la venta de su producto para subsistir (puede incluir ayudas o subvenciones destinadas a este negocio). Estos modelos no son fijos, sino que se puede transitar de uno a otro con más facilidad que en otros períodos de la historia, como consecuencia de la acción proactiva de las instituciones y las políticas públicas en este campo. La tendencia de los proyectos es adquirir cada vez más herramientas de la economía de mercado, aunque en algunos casos también se ha visto el movimiento contrario, como por ejemplo la diversificación de las estrategias para la auto-subsistencia.

En todos los casos se ha observado cómo diferentes grupos encontrarán diversos obstáculos legales y/o burocráticos en la consecución de sus objetivos. El contexto social y económico, especialmente la crisis iniciada en el 2008, ha influido además, de forma diversa sobre los tres grupos. Mientras que para el primero ha significado un incremento de la aceptación del estilo de vida de las comunidades y proyectos agroecológicos rurales, en el segundo y tercero ha supuesto la saturación del nicho de mercado del producto ecológico y el incremento en la competencia.  

Si en algo se parecen los neocampesinos estudiados en Cataluña a los campesinos que estudia la literatura antropológica tradicional es el estado de vulnerabilidad constante que presentan. Entre las principales dificultades que enfrentan los neocampesinos encontramos cuestiones sobre el acceso a la tierra, la regulación de la producción a través de políticas públicas y el acceso a medidas de protección social, como son las prestaciones.