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La amnesia global transitoria (AGT) es una patología de causa desconocida, aunque aparentemente benigna. La AGT consiste en la incapacidad transitoria y de comienzo súbito de almacenar nuevos conocimientos, motivo por el cual el paciente se encuentra desorientado y realiza con frecuencia las mismas preguntas. Desde su definición en 1956 por Bender, se han planteado diversas hipótesis sobre la posible causa de esta patología, entre la que destaca la isquemia cerebral como la más probable.

Basándonos en esta hipótesis, intentamos valorar las posibles alteraciones en el flujo cerebral durante la AGT.

Para ello diseñamos un estudio en el que se realizaba una resonancia magnética cerebral a aquellos pacientes que habían sufrido una AGT en las últimas 24 horas. Posteriormente y con el paciente totalmente recuperado se volvía a realizar la misma exploración a las 48-96 horas y a las 4 semanas del episodio.

Nuestros resultados mostraron un 56% de lesiones cerebrales similares a los que se observan en los ictus isquémicos, aunque de menor tamaño y con una localización atípica (Hipocampo). Además en las secuencias en las que se evaluaba la perfusión cerebral no se objetivó ningún tipo de alteración que justificase la presencia de las lesiones cerebrales por un mecanismo isquémico.

En base a nuestros resultados podemos sugerir que el mecanismo etiopatogénico de la mayoría de las AGT, no es el mismo que en los ictus isquémicos.

Figura 1. Resultado de los estudios realizados. La aparición de lesiones cerebrales no se justifica por un mecanismo isquémico.