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Aunque la enfermedad de Parkinson ha sido históricamente considerada una enfermedad eminentemente caracterizada por problemas de tipo motor (temblor, rigidez, lentitud), hoy en día nadie discute que el deterioro cognitivo progresivo y las alteraciones conductuales son también síntomas característicos de la enfermedad.

Cerca de un 30% de los pacientes con un diagnóstico reciente de enfermedad de Parkinson presentan problemas cognitivos significativos que no causan gran interferencia con las actividades de la vida diaria. Sin embargo, a los 5 años de evolución, un 35% de los casos desarrolla una demencia (cifra que aumenta hasta el 80% de los casos que sobreviven 20 años de evolución de la enfermedad). Paralelamente, síntomas tales como la depresión, la angustia, la pérdida de la motivación, las alucinaciones visuales o los problemas con las adicciones y el control de impulsos afectan también a una importantísima proporción de pacientes en cualquier etapa de la enfermedad.

Es por ello, que definir, estandarizar y divulgar procedimientos de evaluación cognitiva, funcional y conductual específicos para esta enfermedad es una necesidad obvia ya que directamente se traduce en un mejor seguimiento y tratamiento de los pacientes a la vez que impacta positivamente en la investigación sobre el Parkinson.

El grupo de investigación en Enfermedad de Parkinson y otros trastornos del movimiento del Instituto de Investigación Biomédica del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo ha dedicado importantes esfuerzos en el desarrollo y validación de instrumentos de evaluación cognitiva, conductual y funcional en la enfermedad de Parkinson. Asimismo, el grupo ha estado íntimamente implicado en la definición de los criterios de deterioro cognitivo que aplican en esta enfermedad y ha investigado los mecanismos cerebrales que se relacionan con el desarrollo de todo este conjunto de síntomas no motores.

En un artículo recientemente publicado en la revista Expert Review of Neurotherapeutics, los autores del trabajo revisan el concepto de deterioro cognitivo y demencia en enfermedad de Parkinson, los criterios diagnósticos que aplican junto con los instrumentos y procedimientos recomendados para la evaluación cognitiva, conductual y funcional en esta población.