La educación y las dimensiones del desarrollo humano en América Latina
Hace dos décadas, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo amplió la clásica medida del desarrollo en términos de producto interior bruto per cápita de un determinado país. En efecto, en los años noventa una creciente preocupación por los objetivos sociales y educativos desencadenó el interés por nuevas dimensiones como la educación, la salud pública, la vivienda, el acceso al agua y la reducción de la pobreza. En consecuencia, el Índice de Desarrollo Humano tiene en cuenta el producto interior, la alfabetización, la matriculación escolar y la esperanza de vida. Además, en 2000 se pusieron en marcha dos ambiciosas iniciativas mundiales como fueron los Objetivos de Desarrollo del Milenio y el Programa Educación para Todos a fin de lograr avances significativos en una diversidad de dimensiones de desarrollo económico y extraeconómico para el año 2015. Así pues, en el período de dos años, será públicamente evaluado y discutido el balance de estas grandes expectativas globales y políticas.
Mientras la mayor parte de los informes de seguimiento de estas iniciativas se han centrado en las regiones mundiales con un desarrollo humano más bajo, la mayoría localizadas en África Sub-Sahariana y en el Sudeste Asiático, está creciendo una rica línea de investigación y de debate político que cuestiona las circunstancias del desarrollo en países intermedios y emergentes. Es el caso de la mayoría de los países latinoamericanos, en particular debido a la inclusión de Brasil en la lista de las llamadas economías BRICS (concretamente, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Ciertamente, los índices muestran puntuaciones medias relativamente altas en estos países, cuyas economías han sido boyantes durante una década o periodos aún más largos a pesar de que sus condiciones iniciales eran extremadamente débiles, como las de las regiones más pobres en la actualidad. Aquí, la población promedio está en una mejor situación en comparación con otros países, pero las desigualdades entre los más ricos y los más pobres ponen en peligro el potencial de mejora. De hecho, actualmente los efectos de las divisiones sociales en el desarrollo humano han suscitado un debate crucial en las cumbres gubernamentales y en las organizaciones internacionales centradas en foros latinoamericanos e internacionales sobre el potencial de todo el mundo para conseguir unas condiciones más equitativas.
Estos debates generan algunas dudas sobre la hipótesis de que sólo la educación sea la clave del desarrollo humano. A pesar de su innegable contribución a la planificación familiar, la productividad económica, la salud pública y la legitimación de la democracia, ampliamente documentadas en estos países, la investigación también informa sobre las limitaciones significativas en el desarrollo mismo de la educación debido a las deficiencias notables en las otras caras del desarrollo. Si las desigualdades normalmente siguen los patrones de los resultados educativos incluso en los países más ricos, sus efectos perversos aun pueden ser más perjudiciales en los países de ingresos medios, dado que una parte sustancial de lsus habitantes vive en suburbios urbanos donde la pobreza de ingresos, el analfabetismo y la delincuencia n son generalizados. Así, aunque la matriculación escolar ha experimentado una dramática expansión en países como Brasil o Chile, en realidad las consecuencias negativas de la pobreza persistente están arruinando el potencial de los estudiantes de sacar el máximo provecho de su estancia en la escuela.
Recientemente se ha publicado en la revista mexicana Papeles de Población una revisión de las investigaciones sobre los países con ingresos medios y altos. De acuerdo con los estudios recogidos para este análisis, la pobreza de ingresos perjudica las condiciones educativas mediante estrés material y psicológico, y el mercado laboral puede tener un tremendo impacto a través de trabajo informal (de los progenitores) y de varios tipos de trabajo infantil. Afortunadamente, las políticas sociales están teniendo éxito en abordar esta situación, pero la desigualdad y la pobreza de ingresos permanecen muy altas a pesar del crecimiento económico. Es más, los efectos negativos de una salud débil, una vivienda insalubre y una delincuencia muy extendida han sido documentados en varios países. Este análisis señala nuevas cuestiones para investigar y apoya la necesidad de reformas integrales de las políticas económicas, educativas, sociales y fiscales que finalmente puedan superar este reto.
Referencias
Rambla, Xavier; Saldanha-Pereira, Rosangela; Espluga, Josep Lluís. La educación y las dimensiones del desarrollo humano en América Latina. Papeles de Población 19 (75):1-25. 2013.