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El acceso al trabajo es considerado uno de los pasos más importantes en el desarrollo de las personas adultas, a la vez que es reconocido como un derecho fundamental en la Carta de los Derechos Humanos. Tener un trabajo remunerado no es solo un derecho sino un valor en la sociedad actual, que garantiza a la persona el logro de unas condiciones dignas de vida. En el caso de las personas con discapacidad intelectual, su situación de personas vulneradas incrementa el valor de esta ocupación, puesto que aumenta las posibilidades de inclusión social y de desarrollo personal y social. Aun así, nos encontramos que en la mayoría de casos, los trabajadores con discapacidad intelectual desarrollan su ocupación en espacios segregados y con condiciones que coartan su pleno desarrollo: sueldos bajos, poca o nula elección de ocupación, bajo desarrollo profesional, etc.

Este estudio se centra en la situación de los trabajadores con discapacidad intelectual de los Centros Especiales de Trabajo (CET), una modalidad ocupacional diseñada ad hoc para los trabajadores con discapacidad en la cual se desarrollan tareas productivas en un ambiente protegido. El objetivo es el de estudiar las competencias de empleabilidad y los niveles de calidad de vida de estos para entender su situación en los CET y sus posibilidades de desarrollo profesional. La muestra, compuesta por 100 trabajadores de diferentes CET’s de la provincia de Barcelona y sus supervisores, fue estudiada en 2008 por Verdugo et al., a través de la escala GENCAT de calidad de vida ), y de la escala de competencias de empleabilidad creado por las mismas autoras, basado en los trabajos de Lucas et al. De 2005 y Docampo y Morán  de 2014. 

Esquema: Modalidades de trabajo para personas con discapacidad


Los resultados del estudio muestran niveles bajos de calidad de vida, especialmente en relación a aspectos físicos y en relación a sus derechos, sin diferencias causadas por razón de sexo o edad. En cuanto a las competencias de empleabilidad se observan puntuaciones altas y armónicas (3 sobre 4 puntos) en los diferentes dominios de la escala, y en ellos tampoco se observa influencia del sexo o la edad, a pesar de que sí se observan mejores valores en jóvenes. Ambas variables no muestran relación estadísticamente significativa en esta muestra pero sí relaciones moderadas entre algunas de sus variables. 

Los buenos resultados en las comptencias de empleabilidad apuntan a que la dificultad de acceso al mercado de trabajo ordinario no se sitúa en la carencia de competencias de los trabajadores sino en las dificultades de acceso al puesto de trabajo. En cuanto a los bajos resultados relativos a la calidad de vida, se pone en énfasis la necesidad de crear procesos más personalizados que respondan a las necesidades y deseos de las personas, y en las cuales se respeten sus derechos. En definitiva, se subraya la necesidad de avanzar hacia un modelo más inclusivo de ocupación, en el cual la persona encuentre reconocidas sus necesidades e intereses y no encuentre tantas barreras para su desarrollo.