El estudio de huellas dactilares permite la identificación de un individuo de la Edad de Bronce
Las huellas dactilares han sido históricamente grandes aliadas para los cuerpos policiales en la identificación de criminales. En los últimos años, además, el análisis de huellas halladas en objetos antiguos ha permitido conocer aspectos de la identidad de personas que vivieron en épocas pasadas.
En este sentido, el estudio El artesano de La Canal dels Avellaners, llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Unidad de Antropología Biológica de la Universidad Autónoma de Barcelona y publicado el pasado mes de enero en la revista Trabajos de Prehistoria, presenta el análisis de las huellas dactilares encontradas en una pieza cerámica de la Edad de Bronce, hallada en el yacimiento de La Canal dels Avellaners, en Berga.
Una huella dactilar es una impresión visible de las crestas epidérmicas (parte sobresaliente) y de los surcos interpapilares (hendiduras) de los dedos. Una vez formadas en el feto y en ausencia de lesiones graves de la piel, las huellas permanecen invariables durante toda la vida de la persona. Además, cada individuo presenta un patrón único; incluso los gemelos presentan dibujos diferentes. Estas dos propiedades son las que las hacen esenciales en los procesos de identificación.
Para poder realizar una identificación completa, es necesario poder comparar las huellas encontradas con las del individuo en cuestión. En el caso de las huellas dactilares antiguas, la identificación completa es casi imposible, puesto que no se tienen registros de huellas de individuos que vivieron en otras épocas y, por tanto, no se puede realizar la comparación.
No obstante, diversas investigaciones han demostrado que una huella dactilar antigua, a pesar de que no nos permite la identificación completa, sí nos puede aportar algunos aspectos de la identidad del individuo, como el sexo y la edad aproximada.
La determinación de sexo y edad se realiza gracias a la anchura de la cresta epidérmica. Las crestas epidérmicas van aumentando su tamaño a medida que aumenta el tamaño de la mano, el cual se estabiliza en la edad adulta. Gracias a esta característica, este parámetro es un buen indicador de la edad desde el nacimiento hasta la madurez (cuando la mano deja de crecer) y del sexo en la edad adulta (puesto que, en general, las manos masculinas son más grandes que las femeninas).
El análisis de los restos de la cerámica encontrada en La Canal dels Avellaners ha podido determinar que las huellas dactilares halladas pertenecen a un hombre adulto. Este varón fue muy probablemente el artesano que construyó la pieza. Después de 3.500 años bajo tierra, este fragmento cerámico ha aportado información de gran interés. Estos estudios son de gran importancia, no sólo en la investigación arqueológica, sino también en la forense, ya que abren la puerta a la determinación del género y de la edad a partir de huellas con origen desconocido.
Unitat d'Antropologia Biològica
Facultat de Biociències
assumpcio.malgosa@uab.cat
Referencias
Virginia Miguez, Pere Ibáñez-Gimeno, Josep Carreras, Josep Liria, Assumpció Malgosa. “L’artesà de La Canal dels Avellaners (Edat de Bronze, Barcelona): anàlisi d’empremptes dactilars”. Trabajos de Prehistoria. 73 (1). 2016: 147-159.