Ajustes funcionales y resistencia a la sequía en plantas
Los cambios en la vegetación son de esperar allí donde una especie actualmente dominante deje de poder subsistir y exista alguna otra especie potencialmente dominante que pueda vivir en las nuevas condiciones. La capacidad de resistencia de una planta a la sequía viene definida por una serie de características morfológicas y fisiológicas que determina su capacidad de absorber y transportar agua desde el suelo hasta las hojas y, más en general, su estrategia en la utilización del agua. La variabilidad que muestran estas características funcionales entre diferentes poblaciones de la misma especie nos da una medida de la amplitud de las condiciones ambientales en que puede vivir una especie determinada. En particular, los valores de estos atributos en los lugares más secos donde vive la especie marcan el límite probable de su capacidad de hacer frente a la sequedad.
La información anterior nos puede servir, pues, para predecir qué especies serán más vulnerables al aumento en la aridez que predicen los modelos climáticos. Los efectos de este incremento en la aridez se están observando ya en muchos bosques en diferentes regiones de la tierra (1). En nuestro propio ámbito, una de las especies que se está viendo más afectada es el pino rojo, sobre todo en relación con episodios de sequía intensa (2). El hecho de que esta especie sea particularmente vulnerable es importante, puesto que el pino rojo es uno de los árboles más abundantes en Cataluña, en España y en el mundo en general. Recientemente, sen han realizado una serie de estudios sobre la variabilidad en las características morfológicas y fisiológicas que determinan la utilización del agua en esta especie. Para hacerlo, se han comparado las características de diferentes poblaciones situadas a lo largo de un gradiente climático muy amplio en Europa, incluyendo localidades desde Escandinavia hasta el sur de la Península Ibérica (3, 4).
Los estudios anteriores han permitido concluir que, en el caso del pino rojo, las modificaciones estructurales a nivel del árbol entero son más importantes que los cambios fisiológicos o en la microestructura del sistema de transporte del agua a los troncos (4). Así, los árboles de ecosistemas secos transpiran cantidades da agua por unidad de superficie foliar similares a los de lugares más húmedos (3) pero, en cambio, tienen una menor superficie de hojas (3, 4). Estos cambios estructurales tienen importantes implicaciones para la asignación de recursos dentro la planta y para su crecimiento. Igualmente, estos resultados muestran claramente qué son los límites en la capacidad de aclimatación del pino rojo en condiciones de menor disponibilidad de agua, los cuales se han puesto de manifiesto en los importantes episodios de mortalidad observados recientemente en bosques de esta especie. No sabemos todavía hasta qué punto nuestros resultados son generalizables a otras especies forestales de nuestro país.
(1) Allen CD (2009) Muerte regresiva del bosque inducida por el clima. Unasylva, 60(1-2): 43-49.
(2) Martínez-Vilalta J, Piñol J (2002) Drought-induced mortality and hydraulic architecture in pine populations of the NE Iberian Peninsula. Forest Ecology and Management 161: 247-256.
(3) Poyatos R, Martínez-Vilalta J, Cermák J et al. (2007) Plasticity in hydraulic architecture of Scots pine across Eurasia. Oecologia 153: 245-259.
(4) Martínez-Vilalta J, Cochard H, Mencuccini M et al. (2009) Hydraulic adjustment of Scots pine across Europe. New Phytologist 184: 353-364.
Referencias
"Hydraulic adjustment of Scots pine across Europe". Martínez-Vilalta, J.; Cochard, H.; Mencuccini, M.; Sterck, F.; Herrero, A.; Korhonen, J. F. J.; Llorens, P.; Nikinmaa, E.; Nole, A.; Poyatos, R.; Ripullone, F.; Sass-Klaassen, U.; Zweifel, R. NEW PHYTOLOGIST, 184 (2): 353-364 2009.