El Consejo Social de la UAB

“Partir de un conocimiento que se ha generado a nivel académico y convertirlo en un producto para la sociedad, me aporta mucho”

Mariona Serra-Pagès
Entrevista a Mariona Serra-Pagès, Veterinaria UAB '07, máster en Inmunología UAB '08 i doctorada en Farmacología UAB '12. CEO y fundadora de GoodGut, una empresa biotecnológica que investiga y desarrolla sistemas no invasivos de apoyo al diagnóstico de enfermedades digestivas. En un mes, sale su primer producto a mercado.

24/01/2019

Mariona Serra-Pagès estudió Veterinaria ’07 y prosiguió su formación con un máster en Inmunología ’08 y un doctorado en Farmacología, las tres titulaciones en la UAB.
Después de unos años de investigación en el ámbito universitario, decide apostar por un proyecto emprendedor, es cofundadora y CEO de GoodGut, una empresa biotecnológica que investiga y desarrolla sistemas no invasivos de apoyo al diagnóstico de enfermedades digestivas.
Hablamos con ella en un momento clave, acaba de recibir el premio Fidem a la Innovación 2018 y en un mes, GoodGut lanza su primer producto al mercado.


 
¿Por qué elegiste estudiar Veterinaria en la UAB?
A mí me gustaba mucho estudiar la fisiología, la medicina, pero soy aprensiva a la sangre. A la hora de escoger carrera, descarté Medicina, pero con los animales no me pasaba y me gustaban mucho. La verdad es que es una carrera tan divertida, que, aunque no me he dedicado a ello, la volvería a hacer. Todo lo que he aprendido me ha servido y además me lo pasé muy bien, viví los cinco años en la Vila Universitaria y hacíamos mucha comunidad. ¡Tengo muy buen recuerdo!
 
Después hiciste un máster y un doctorado, ambos en la UAB.
Sí, el último año de carrera ya me incorporé en el departamento de Farmacología con una beca de colaboración. Estaba en el equipo de Fernando de Mora y me quedé allí. Hice el máster en Inmunología y después el doctorado. El nivel era elevado y a nivel de conocimientos eran punteros.
 
¿En qué momento empieza tu trayectoria emprendedora?
Después de leer la tesis en enero de 2012, hice el postgrado de emprendimiento From University to business de la UAB y me abrió los ojos. Vi que la investigación puede tener un impacto y una transferencia, y como investigadora es muy importante que lo sepas para hacer una investigación aplicada que genere valor. También fue muy importante para entender cómo conseguir la parte financiación privada, te daba claves para convertir tus resultados en un producto que genere el interés de las empresas. A mí siempre me había atraído la parte de emprendimiento y de empresa y lo disfruté mucho, pero en aquel momento todavía no tenía la idea a desarrollar.
 
¿Cómo llegas hasta la idea inicial de GoodGut?
Al final de postgrado me puse en contacto con Xavier Aldeguer, jefe del servicio del aparato digestivo del Hospital Josep Trueta, que lidera un grupo de investigación dedicado a la microbiota intestinal y enfermedades digestivas junto a Jesús Garcia Gil, catedrático de la Universitat de Girona. Me incorporé como investigadora postdoctoral y justo en aquel momento una chica del equipo leía una tesis donde, por primera vez, se trataba sobre las bacterias adheridas a la mucosa intestinal de pacientes de cáncer colorrectal. Los resultados eran muy interesantes, pero no teníamos financiación pública, era justo después de la poscrisis del 2010. Se me encendió la bombilla y junto con Xavier Aldeguer i Jesús Garcia Gil vimos claro que teníamos que buscar financiación privada. Al principio la idea era convertirlo en un producto diagnóstico, pero nos dimos cuenta que no solo teníamos un producto, sino también un proyecto empresarial completo, y fue cuando fundamos GoodGut en junio de 2014.
 
¿Cómo fue la búsqueda de esta financiación privada?
Comenzamos con la típica ronda de Family, Friends and Fools, porque un inversor o un business angel al principio no invierte dinero hasta que tú no has sido capaz de que la gente más próxima confíe en ti, era la etapa de más riesgo, teníamos una prueba de concepto pequeña y mucho camino por hacer. Queríamos llegar a los 100.000 euros y fue muy bien, llegamos hasta los 180.000. Apostar en este proyecto lo que para mí es más importante, mi familia y amigos, fue duro, pero ellos son los que nos están dando apoyo desde siempre, les debemos mucho, sin ellos no hubiéramos empezado. Ahora ya estamos en la tercera ronda de financiación, que ya es la última que necesitamos para salir a mercado. Hemos hecho dos desde que fundamos la empresa y esta última nos permitirá salir a mercado. Tenemos tres líneas de diagnóstico y una de tratamiento que es un prebiótico, para esto necesitamos cuatro millones.
 
El 2019 es un año importante porque estáis a punto de sacar el primer producto al mercado. El proceso hasta llegar aquí es largo, porque antes de comercializar productos relacionados con la salud humana, se necesitan muchos pasos previos. ¿Cómo ha sido en vuestro caso?
Exacto, nosotros comenzamos con el producto de cáncer colorrectal, un test de cribado, que con la signatura bacteriana te dice el riesgo de sufrir cáncer colorrectal. Para hacer esto necesitas tener un estudio clínico y el problema es que el cribado del cáncer colorrectal se hace mediante el test de sangre oculta en heces y si das positivo se hace colonoscopia. Es un test económico (son 2€), pero no es específico, por ejemplo, puedes tener hemorroides y dar positivo. Entonces el problema principal es que genera un 30% de colonoscopias innecesarias, que tienen un riesgo (uno de cada 1000) de perforación intestinal y un coste elevado. Nuestro objetivo es sustituir el cribado con el test, reduciendo así este 30% de colonoscopias innecesarias.
 
¿Con qué muestra habéis probado el producto?
La población de cribado de estudio nuestra son todas las personas mayores de 50 años que no tienen ningún tipo de síntoma, pero la única manera de hacer el estudio en España era con pacientes sintomáticos, porque a la población que muestra síntomas, no les hacen el test de sangre oculta en heces, sino directamente la colonoscopia. Este fue el primer gran estudio que hicimos con 450 individuos entre el Hospital Josep Trueta, el Hospital de Vic, el Hospital de Bellvitge y el Instituto Catalán de Oncología, y con los resultados hicimos la primera prueba de concepto. A continuación, lo teníamos que probar con gente que no tienen síntomas y como aquí no lo podemos hacer, lo estamos haciendo en Alemania, que es de los únicos sitios (también en Polonia) que todavía hacer colonoscopia a toda la población de cribado; los mayores de 50 años. Son 2.800 individuos, y ya nos han enviado 1.200 muestras, una vez se acabe este estudio, ya habremos validado nuestro test y podremos poner a hacer el marcaje y venderlo. A finales de año tendremos los resultados del estudio y de cara al año que viene podremos salir a mercado con este producto. Esta es la primera línea de producto y la pionera de GoodGut, que se llama RAID-CRC para el cáncer colorrectal.
 
¿Qué mejora supone el RAID-CRC para la población?
Por un lado, es una prueba no invasiva que, además, es más específica. Por otro, podemos salvar más vidas porque detectamos antes la lesión y salvamos vidas también con la reducción de colonoscopias que genera. Solo en colonoscopias, en Cataluña estaríamos hablando de un ahorro anual de 5 millones por ronda de cribado. Si vamos a Inglaterra, donde la colonoscopia vale 2.500 dólares, el ahorro que generamos es de 60 millones. Nuestro objetivo es salir primero aquí, después a nivel europeo: Inglaterra, Alemania, Francia, Italia y más tarde en Asia utilizando el test de sangre oculta en heces, pero tienen tal cantidad de falsos positivos que no pueden hacer la colonoscopia a todo el mundo y están desesperados buscando un test que sea más específico.
 
Tenéis otro producto que saldrá al mercado en un mes.
Sí, a nivel de diagnóstico tenemos otro producto, el primer test diagnóstico para el síndrome del color irritable, que además permite un diagnóstico diferencial de enfermedades inflamatorias intestinales, que serían Crohn y colitis ulcerosa. Con este test, el RAID-CD para enfermedades intestinales, ya tenemos la prueba concepto hecha y sale al mercado en un mes.
 
Comenzaste en el ámbito académico y ahora te dedicas a la investigación en un proyecto emprendedor empresarial. ¿Cuál es la diferencia?
Nosotros, aunque seamos una empresa, estamos en contacto con el grupo de investigación tanto del Institut d’Investigació Biomèdica de Girona (IDIBGI) como con la Universidad de Gerona. Como empresa, no nos podemos permitir el lujo de hacerte según qué preguntas científicas por la limitación de presupuesto que tenemos, y también porque tenemos que sacar el máximo rendimiento y estar focalizados en lograr objetivos. Estar en coordinación con el grupo de investigación hace que ellos asuman estas preguntas, somos un complemento y el uno no somos sin el otro. Además, por suerte, ahora se está empezando a avaluar los méritos de los investigadores que hacen transferencia e investigación aplicada y yo creo que es una política muy buena.
 
¿Qué están investigando estos grupos?
La microbiota intestinal cambia según los hábitos de vida, de salud, la dieta, el estrés y la hipótesis que se está intentando validar a nivel mundial es: primero llevas este mal estilo de vida, te crecen unas bacterias más que otras y esto lleva a un nivel de inflamación que hace desarrollar el cáncer colorrectal o es al revés, cuando tienes una mutación que te empieza a crecer, el cáncer colorrectal, las bacterias cambian y nuestra signatura se altera. Es decir, qué es antes, ¿el huevo o la gallina?
 
Personalmente, ¿qué te aporta liderar un proyecto emprendedor empresarial que en un mes lanza al mercado su primer producto?
Hacer esta función de catalizador, partir de un conocimiento que se ha generado a nivel académico y convertirlo en un producto para la sociedad, a mí me aporta mucho. Hay pacientes que nos llaman a la oficina y nos dicen, por ejemplo, que llevan más de diez años sin tener un diagnóstico y nos preguntan cuándo tendremos el producto en el mercado. Este contacto directo, ver la necesidad y saber que tú en un futuro próximo les podrás ofrecer algo, es muy gratificante.
 
Hace poco te han entregado el premio Fidem a la Innovación y recibiste una mención como una de las mujeres inspiradoras de los programas de Catalunya Emprèn en el FemTalent Fòrum 2017. ¿Cómo vives estos reconocimientos y esta apuesta por el talento femenino?
Con mucha ilusión porque creo que hace falta mucho reconocimiento en este aspecto. Las mujeres a veces nos ponemos limitaciones en nuestras decisiones de futuro profesional y es un error. Tiene que haber más referentes femeninos para mujeres y chicas.
 
Formas parte del Consejo Social, donde presides la Comisión Universidad Empresa, ¿cuál es tu función?
Sí, hace unos años me llamó el presidente del Consejo Social, Gabriel Masfurroll, y me pidió que participara como alumni y me hizo mucha ilusión, porque creo que le debo mucho a la UAB, durante un tiempo fue un segundo hogar para mí. Poder aportar a la mejora del ecosistema académico emprendedor para mí era un reto y me gusta mucho. La Comisión Universidad-Empresa da apoyo a toda esta cadena de valor; desde que se genera el conocimiento hasta que es capaz de llegar a las empresas, y de forma bidireccional, es decir, también las empresas pueden lanzar un reto a la universidad. Damos apoyo, por ejemplo, al Imagine Express o a un nuevo proyecto de Smart Money, dirigido a financiar el business plan o el asesoramiento legal de los proyectos emprendedores de personas investigadoras.