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"De la necesidad hice virtud, y la UAB jugó un papel importante en ayudarme a encontrar y desarrollar lo mejor de mí misma"

Imatge Txell Costa

Txell Costa, periodista, asesora empresarial, conferenciante y docente universitaria.  Fundadora y directora de la consultoría empresarial Txell Costa Group.

26/06/2024

- ¿Cuándo decides que quieres ser empresaria?

Nunca, me encontré. Me doy cuenta de que la radio no es para mí y me invento como freelance por pura supervivencia.

- ¿Por qué no era por ti?

Aunque valoro profundamente la experiencia y las personas con las que trabajé, me di cuenta de que necesitaba un entorno diferente para desarrollarme plenamente tanto personal como profesionalmente.

- ¿Qué te supuso dejar la radio?

Fue un varapalo. Toda la vida había estudiado y trabajado duro para estar allí. Parte de mi entorno me reprochaba que lo dejara, lo vivían como un fracaso y un error. Me costó adornarme que el periodismo puede tener otras formas. 

- ¿Qué vas a aprender de esa experiencia?

Aprendí muchas cosas valiosas. Una de ellas es que, si se quiere retener talento y tener equipos cohesionados y motivados, hay que tener en cuenta los intereses tanto de la empresa como del trabajador. Esta es una de las cosas que digo a las empresas que asesoro.

- ¿Qué tanto por ciento de capacidad de soñar es necesario para emprender tu propio negocio?

Soy soñadora con los pies en el suelo. El empresario ve constantemente oportunidades, debe tener una visión y un valor diferencial, creer que se pueden conseguir cosas grandes. Nunca había pensado que llegaría aquí pero tampoco he dudado de que lo haría.

- ¿Qué otras aptitudes son necesarias para emprender y mantener la empresa?

Hacen falta dinero, emprender es caro. Antes de empezar a trabajar tienes que pagar: cuota de autónomos, seguro de responsabilidad civil, abogados por la protección de datos, la gestoría... los negocios no generan beneficios hasta los dos años. También hace falta constancia y paciencia, los resultados no son instantáneos. La disciplina no es sexy pero es vital, si los primeros años no vas a por todas sin dudarlo, no lo consigues.

- Vamos a la formación. ¿Qué te hace elegir la Autónoma y Periodismo?

Tenía claro que estudiaría Periodismo desde que era pequeña y la Autónoma era la única universidad pública que ofertaba cuatro años de Periodismo.

- ¿Qué recuerdo tienes de la época en el Campus?

Pocas clases y muchas manifestaciones con el No a la guerra. Fue una cura de humillado, estaba acostumbrada a ser la mejor pero allí éramos muchos en clase, me sentía insegura. Yo curraron mucho y fui a Radio Pineda para ser becaria. Eso me salvó, me ayudó a poner en valor mis fortalezas. De la necesidad hice virtud, y la UAB jugó un papel importante en ayudarme a encontrar y desarrollar lo mejor de mí misma. Tengo muy buen recuerdo, volvería, soy fan de la pública.

- ¿Cómo has ido definiendo hacia dónde querías redirigir tu carrera?

Voy a ir de beca en beca. Cuando estaba haciendo las noches en Catalunya Ràdio conseguí una beca para hacer temas de comunicación en el Departamento de Interior, y lo compaginé. En el Departamento les gustaba cómo trabajaba y me quedé 10 años como freelance. Allí me doy cuenta de que hay otra manera de comunicar.

- Desde que estudié en la Universidad ha cambiado mucho el entorno digital. ¿Qué formación debería estar presente en la universidad para adquirir los conocimientos necesarios?

Soy muy crítica con esto, creo que nos centramos erróneamente en la herramienta en lugar de la estrategia. La herramienta caduca, la estrategia no. Ponemos la mirada en el número de seguidores y likes, y no el por qué y para qué las usamos.

- ¿Qué papel ha jugado la formación para adaptarte y adelantarte a los cambios del sector?

Imprescindible. Siempre digo que los títulos no lo son todo, pero reconozco que la formación es importante para adquirir conocimientos profundos y especializados. Los dos posgrados y el máster que tengo me han permitido profundizar en temas específicos, mientras que los congresos me ayudan a estar al día de manera rápida.

- Como profesora universitaria, ¿qué quieres transmitir a tus alumnos?

Soy un poco antisistema y la nota no lo es todo, lo importante es que cada uno evolucione. Siempre que puedo los apoyé para que den lo mejor de ellos. La parte humana no la contempla ningún currículum y es esencial.

- ¿Qué ha sido lo más provechoso de las experiencias laborales previas?

El precio emocional que he pagado por tener lo que tengo. Me ha costado recomponerme. Tuve la sensación de que empezaba de cero, como si me lo cargara dejando aquella radio gris y seria donde no me veía toda la vida haciendo lo mismo. He tenido la suerte de tener cabezas que se preocupaban por el bienestar emocional del equipo, que rompían el estrés con bromas y compensaban la frialdad del sistema con un "lo has hecho bien, sé que llevas 12 horas de guardia sin dormir". Han sido líderes que me han dado seguridad para poder aprender. Parece que solo se puede aprender desde el riesgo y eso es matador.

- ¿Avanzar es una elección?

Totalmente, como tener una vida ecológica con uno mismo, vivir en paz. Parece que hay un estándar que no lo estás consiguiendo, como si nunca fuera suficiente. Hay que cambiar la mirada, hablarte mejor a ti misma.

- ¿Cuáles son los reclamos habituales de las empresas que os contratan?

Depende. A menudo las mujeres emprendedoras buscan la conciliación y las empresas más grandes se preocupan por la gestión de equipos o cómo pueden mejorar la productividad y los procesos... con todo la comunicación es el hilo conductor.

- ¿Qué futuro le auguras a la consultoría?

Estoy en el sector de la consultoría, pero no me siento. Todos somos consultores, todos acompañamos a otras personas. Muchos procesos se automatizarán pero quedaremos los humanos para acompañar a las personas, entenderlas y ayudarlas, diseñándoles un patrón personalizado.

- ¿A qué sector dirías que estás?

Los sectores se desdibujan. En mi trabajo hay mucho crecimiento personal. No vendemos productos o servicios, vendemos soluciones a un problema que puede tener convergencias en diversos sectores.

- Acompañas a empresas a tener negocios rentables, éticos y humanos. ¿Cuál es la clave para conseguirlo?

Desde la vertiente ética debes tener claro por qué emprendes y desde qué emoción. La parte rentable implica saber cuánto necesitas facturar y hacerlo sin fijarte en la competencia. Y por el lado humano creo en los green business, empresas ecológicas con los clientes y el personal, que ganan dinero y son feliz porque son útiles con su trabajo y no hacen la guadaña al resto. Somos empresas con mucha responsabilidad social corporativa y creemos en la colaboración.

- Para los emprendedores es un reto conseguir el equilibrio entre la vertiente profesional y personal. ¿Cómo lo llevas?

Los primeros años es como un avión que debe despegarse. Tienes que poner mucha energía para conocer el sector, hacer contactos y que sean estratégicos para generar beneficios más rápido. A partir de ahí te deberías estabilizar, ganar más dinero y dedicarle menos tiempo, teniendo margen suficiente para vivir bien. 

- ¿Ha costado conseguirlo?

Me ha costado más conseguir un cambio de mentalidad. Es mi responsabilidad crear un negocio que me dé calidad de vida. Me encanta mi trabajo pero no necesito trabajar para ser feliz.

- ¿Sufres por el futuro?

No. El dinero que he ganado lo he puesto a que trabajen para mí. Si me fuera mal, podría vivir de lo que sé hacer. Afortunadamente tengo una marca personal que he creado y me acompaña. Hay quien trabaja más para consumir más pero luego no tiene tiempo para disfrutar. Yo he construido una vida pequeña, para mí el éxito es vivir donde vivo y encontrarme bien.

- ¿Cuáles son tus valores, tus sueños?

No proyecto demasiado porque la vida me sorprende para bien y confío en mí, sé que me tengo y sé que estaré bien. Eso es relativamente nuevo, para mí el sueño es lo que estoy viviendo ahora, esta paz.

- ¿Alguna habilidad que hayas incorporado a lo largo de los años y de la que estés especialmente satisfecha?

La empatía. Los primeros años era muy directiva pero con los años he ido entendiendo que todo el mundo no debe aspirar a lo mismo. Ni hace falta ni se puede. Tenemos que poner la mirada no solo en producir, también en cómo producimos y el precio que pagamos por estar donde estamos.

- ¿Qué planes profesionales tienes para los próximos años?

Me gustaría hacer algún cambio en el equipo para crecer más la rama dedicada a grandes empresas. También me gustaría escribir algún otro libro. Lo primero que publiqué –Working Happy (2015)– es sobre montar la empresa; el segundo –Liderar en femenino para hombres y mujeres (2019)–, sobre liderar equipos y me falta el paso intermedio, cómo se escala el negocio. Lo tengo medio escrito.