Un estudio dirigido por la Dra. Elena Martín-García vincula la microbiota intestinal con una predisposición a desarrollar adicción a la comida
La investigación, publicada en la revista Gut, asocia la presencia de ciertos tipos de bacterias en el microbioma intestinal con un mayor riesgo de sufrir este trastorno. Lee el artículo
El estudio de la Dra. Martín-García identifica una relación entre la composición de la microbiota intestinal y la probabilidad de que una persona desarrolle una adicción a la comida. Además, destaca el papel beneficioso de una bacteria llamada Blautia, que podría ayudar a prevenir esta adicción. La publicación arroja nueva luz sobre la conexión entre la microbiota intestinal y este trastorno conductual, y podría abrir el camino hacia futuros tratamientos basados en microbios beneficiosos, posiblemente a través de suplementos alimenticios.
La adicción a la comida se caracteriza por la pérdida de control sobre la ingesta alimentaria, lo cual suele derivar en obesidad y altera la microbiota intestinal. En este estudio, el equipo de investigación analizó si la composición de la microbiota intestinal influye en los mecanismos de la adicción a la comida. Encontraron que ciertos tipos de bacterias, como los Proteobacteria, están relacionados con el desarrollo de este trastorno, mientras que otros, como los Actinobacteria, parecen tener efectos protectores contra la adicción a la comida. Además, el estudio describe el papel beneficioso de una especie de bacteria llamada Blautia wexlerae, que suele encontrarse en baja presencia en la microbiota de personas y ratones con adicción a la comida. Al administrar sustancias que fomentan el crecimiento de Blautia en el intestino, se observó una mejora en los síntomas de adicción a la comida, con resultados consistentes tanto en humanos como en ratones.
El catedrático de la UPF y coautor del estudio, Rafael Maldonado, destacó que “nuestros resultados revelan cambios en la microbiota intestinal que, en el futuro, podrían utilizarse como biomarcadores para identificar la predisposición a la adicción a la comida, así como ciertos prebióticos que podrían estudiarse como suplementos dietéticos para tratar estos trastornos alimentarios”.
El catedrático de la Universidad de Girona, jefe de grupo del IDIBGI y del CIBERObn, y coautor del estudio, Dr. José Manuel Fernández-Real, junto con el Dr. Jordi Mayneris-Perxachs, líder de grupo en IDIBGI y co-primer autor del estudio, subrayan: “Es fascinante comprobar que, en personas con obesidad y criterios de adicción a la comida, se detectan alteraciones en la microbiota intestinal que luego se confirman en modelos animales”. El Dr. Fernández-Real también es jefe de la sección de Endocrinología del Hospital Trueta.
“Nuestro modelo animal tiene un alto valor traslacional y puede facilitar la evaluación de estas nuevas estrategias terapéuticas potenciales para el tratamiento de la adicción a la comida y los trastornos emocionales y alimentarios asociados”, añade Elena Martín-García, investigadora del Instituto y del Laboratorio de Neurofarmacología-NeuroPhar de la UPF.