Recuperación y rehabilitación
Debemos saber que hoy en día hay una oportunidad real de recuperación para la mayoría de los casos de trastornos mentales. Partiendo de esta premisa, hay que buscar o pedir ayuda cuando nos encontremos ante un caso.
Los trastornos mentales tienen un impacto importante en la calidad de vida de las personas que los sufren, a la vez que afectan a todos los ámbitos de las relaciones interpersonales. El objetivo de las intervenciones es poder contribuir a mejorar la calidad de vida de esas personas y de las que las acompañan.
En este sentido, los servicios de salud mental deberían garantizar una atención integral a la persona afectada, que incluya la promoción de la salud, la prevención, la detección, el tratamiento y la rehabilitación. Así pues, la atención a la salud mental debería priorizar el bienestar de las personas afectadas y su inserción en la comunidad combinando diversas posibilidades de atención en el ámbito ambulatorio, comunitario o de internamiento, teniendo en cuenta las necesidades y las voluntades de las personas afectadas y de sus familias.
Ante los primeros indicios de que una persona pueda tener un problema de salud mental, los equipos de atención primaria son el servicio sanitario más accesible, cercano y conocedor de la situación de la persona para los problemas más leves, como la ansiedad y la depresión. El médico de cabecera es la puerta de entrada al sistema sanitario y es a quien deben acudir en primer lugar las personas afectadas y los familiares, y en los casos que requieran una intervención inmediata, podemos acceder a las unidades de urgencia de los hospitales o comunicarnos con el 061.
La intervención y el tratamiento en personas que sufren un problema de salud mental van dirigidos a educar sobre el trastorno y el tratamiento, a enseñar a resolver problemas, mejorar la comunicación, ayudar a elaborar las emociones y disminuir la expresividad emocional, favorecer la integración social de la persona afectada y de los demás miembros de la familia, ajustar las expectativas y reducir el malestar y el sufrimiento emocional.
Pero ¿qué tipos de intervenciones se pueden hacer ante un problema de salud mental? A menudo, en el imaginario colectivo, lo primero que nos viene a la cabeza es ir al psicólogo a hacer terapia o visitar a un médico psiquiatra que nos pueda recetar fármacos para paliar el sufrimiento que sentimos. En muchos casos es del todo necesario, pero, en otros, esta atención a nuestra salud pasa también por programas que incluyen la participación en actividades comunitarias (culturales, deportivas, de contacto con la naturaleza, etc.) y que van dirigidos a mejorar el entorno social y la salud de la persona afectada.
Cada vez más, los profesionales de la salud tienen claro que un entorno familiar y/o social adecuado es muy importante en la recuperación de una persona con problemas de salud mental. El papel de la familia o de las personas cercanas es esencial, ya que la experiencia vivida y la proximidad a la persona con problemas de salud mental pueden aportar mucho apoyo y favorecer la eficacia del tratamiento. Por eso, es muy importante que también la familia y las personas cuidadoras reciban ayuda, asesoramiento e información del personal de los servicios sanitarios, sociales y/o comunitarios.
Los problemas de salud mental se pueden controlar con un tratamiento adecuado. Este tratamiento puede ser diferente según el tipo de problema, y se suelen diseñar intervenciones personalizadas para cada caso. A menudo se combinan tratamientos farmacológicos, medidas de rehabilitación sociolaboral o comunitaria, psicoterapias o apoyo familiar.
Para evitar posibles recaídas, es importante tener presentes cuáles son los factores de protección y los factores de riesgo. Algunos factores de protección son un estilo de vida saludable, el autocuidado, las redes de apoyo, las buenas habilidades sociales, la capacidad de afrontamiento, la participación activa en la comunidad, la detección precoz, etc. Los factores de riesgo ante los que hay que estar alerta pueden ser problemas sociolaborales, baja autoestima, hábitos no saludables, factores genéticos, etc.
Cuando el problema de salud mental está controlado, la persona puede integrarse en la comunidad y llevar una vida totalmente normalizada, tener su red social, familiar, su trabajo, etc. Hay que recordar que todo el mundo tiene los mismos derechos, aunque a menudo los prejuicios que lamentablemente todavía existen en la sociedad limitan a las personas con problemas de salud mental a la hora de disfrutar de todos sus derechos de manera plena.
¿Qué tipos de tratamientos se utilizan en salud mental?
Si decimos que la salud mental depende de un abordaje biopsicosocial, es decir, teniendo en cuenta los aspectos biológicos, psicológicos y sociales de las personas, es imprescindible que esta visión se tenga presente también en el tratamiento, porque eso posibilita abarcar los ámbitos que la enfermedad mental daña, especialmente en los diagnósticos graves.
Es necesario que en el momento de decidir el tipo de tratamiento que hay que aplicar sigamos una estrategia previa que incluya las diferentes necesidades de la persona afectada, los abordajes que hay que hacer y las prioridades de cada momento. A veces, principalmente en los problemas menos graves, se puede administrar un solo tipo de tratamiento, que puede ser suficiente para desplegar los recursos propios de la persona y reducir los elementos perturbadores. En casos más graves, a menudo, es necesario recurrir a más de una modalidad de tratamiento. Este abordaje, que involucra a profesionales diferentes, de diferentes disciplinas y utilizando diferentes recursos se llama atención multidisciplinaria.
La mayoría de los profesionales de la salud mental abordan un tratamiento basado en intervenciones psicosociales, clínicas y asistenciales mediante terapia conductual, cognitiva, interpersonal, psicoanalítica o de apoyo y/o intervenciones comunitarias. El tratamiento farmacológico ante determinados síntomas puede ser un elemento más que sume en las diferentes intervenciones terapéuticas que deberán acompañarlo.