Trastornos alimentarios, peso y estigma
David Sánchez y Paola Espinoza nos hablan de los trastornos de la conducta alimentaria y de los problemas relacionados con la alimentación y el peso.

David Sánchez
Doctor en Psicología. Profesor titular del Departamento de Psicología Clínica y de la Salud de la Universitat Autònoma de Barcelona. Es director del Grupo de Investigación en Problemas Relacionados con la Alimentación y el Peso (PRAP), centrado en el estudio de los PRAP, las conductas alimentarias alteradas y de control de peso, la insatisfacción corporal, el sobrepeso y la obesidad.
Su ámbito de investigación se centra en una aproximación integrada en el estudio de los PRAP. Ha sido investigador principal de varios proyectos de investigación financiados vinculados a la prevención de los PRAP y al estudio de sus factores de riesgo, y es autor de numerosas publicaciones nacionales e internacionales. Además, es miembro experto de la Mesa de Diálogo para la Prevención de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (Generalitat de Catalunya) y ha colaborado con diversos equipos de investigación nacionales e internacionales (por ejemplo, Escuela de Salud Pública de la Universidad de Minnesota —EE. UU.—, Facultad de Psicología del Kenyon College, Ohio —EE. UU.—).
Podéis consultar la producción científica de David Sánchez en el Portal de Investigación de la UAB.

Paola Espinoza
Doctora en Psicología, con acreditación en Psicología Sanitaria. Coordina el equipo de investigación de la Unidad de Evaluación e Intervención en la Imagen Corporal.
Trabaja en la coordinación de diferentes líneas de investigación en colaboración con universidades europeas e iberoamericanas. Sus actividades principales se centran en el diseño, la ejecución y la evaluación de talleres de prevención y promoción de la salud en adolescentes, en la promoción de una imagen corporal positiva y de estilos de vida saludables en jóvenes adultos y en el tratamiento de problemas relacionados con la alimentación.
Trabaja en el Servicio de Psicología y Logopedia (SPL) de la UAB y proporciona asesoramiento y tratamiento psicológico en el Servicio de Psiquiatría y Psicología de Barcelona.
Podéis consultar la producción científica de Paola Espinoza en la web de la Unidad de Evaluación e Intervención de la Imagen Corporal de la UAB.
Vagón de la Ciencia, un proyecto de la Universitat Autònoma de Barcelona en colaboración con el Ministerio de Ciencia e Innovación, a través de la Convocatoria de ayudas para el fomento de la cultura científica, tecnológica y de la innovación, y Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya.
Vagón de la Ciencia
Olga V.: Esto es Vagón de la Ciencia, el proyecto de la UAB dedicado a la divulgación científica. Esta primera edición consta de 19 capítulos sobre salud mental, y en este capítulo nos centraremos en la prevención de los trastornos de la conducta alimentaria y de los problemas relacionados con el peso y la alimentación. Para ello, nos acompaña David Sánchez, doctor en Psicología, profesor del Departamento de Psicología Clínica y de la Salud de la Universitat Autònoma de Barcelona y director del Grupo de Investigación en Problemas de Alimentación y Peso.
Hola, David.
David S.: Hola.
Olga V.: También nos acompaña Paola Espinoza, doctora en Psicología, que coordina el equipo de investigación de la Unidad de Evaluación e Intervención en la Imagen Corporal y se encarga del asesoramiento y el tratamiento psicológico del Servicio de Psiquiatría y Psicología de Barcelona.
Hola, Paola.
Paola E.: Hola.
Olga V.: Explicadnos ¿cuáles son los trastornos de la conducta alimentaria, los TCA, más habituales?
Paola E.: Los TCA son un grupo de problemas de salud mental bastante heterogéneo: anorexia, bulimia, trastorno por atracón, y los más habituales son precisamente los que se parecen a los que ya he nombrado, pero de menor frecuencia, menor intensidad. Son los más frecuentes, en estos momentos, en la etapa adolescente.
Olga V.: ¿Y qué caracteriza a cada uno de estos trastornos?
Paola E.: En conjunto, todos estos trastornos sitúan en el centro la preocupación por el cuerpo. Una preocupación por el cuerpo que interfiere en muchos aspectos de la vida. Se proponen un tipo de cuerpos que requiere un cambio alimentario. La anorexia se caracteriza más bien por la restricción o por algún tipo de conducta que ayude a perder peso, porque es lo que se desea. La bulimia se identifica por la existencia de unos periodos en los que hay restricción y otros, ingesta impulsiva, fuera de control, acompañada de alguna conducta compensatoria para eliminar peso, por ejemplo, vómitos o ejercicio. El trastorno por atracón es un problema parecido al anterior, pero sin conductas compensatorias; las personas que lo padecen, normalmente, tendrán problemas, ya que su cuerpo cambiará mucho más; se sufre de la misma manera que en los otros trastornos. Esas son, aproximadamente, las diferencias. Además, hay que añadir que el diagnóstico de una misma persona con trastorno alimentario puede variar a lo largo del tiempo. Es muy variable.
Olga V.: Según los datos de la última encuesta en salud, más de 85 000 personas mayores de 15 años aseguran sufrir un trastorno de la conducta alimentaria. En los últimos tres años, estos trastornos han aumentado más del 61 % en Cataluña. Los TCA son la tercera enfermedad crónica más frecuente entre las adolescentes españolas. Hay cifras muy alarmantes, como las que indican que el 70 % de las adolescentes y el 45 % de los adolescentes quieren cambiar su peso y su figura. Paola ¿con estos datos, podemos intuir que la percepción que tienen la mayoría de adolescentes de su imagen corporal es negativa?
Paola E.: Hay cifras que reflejan eso. Hablamos de un periodo en el que a las adolescentes y a los adolescentes les cambia el cuerpo. El cuerpo no va en función de lo que ellos desean. Algunos se acercarán a los ideales estéticos, los canónicos imperantes en esta sociedad, y otros se alejarán de esos ideales, de esa estructura corporal. Entonces, sí que es frecuente en ese cambio, el cambio puberal, que nuestros adolescentes se sientan incómodos con el cuerpo. Ahora bien, cuando esa insatisfacción es muy intensa, cuando comienzan a modificar, por ejemplo, su alimentación y su actividad física, entonces empieza a ser un problema que hay que observar.
Olga V.: ¿Qué puede implicar desarrollar una imagen corporal negativa durante la adolescencia?
Paola E.: Tiene consecuencias importantes porque interfiere en el estado de ánimo, en la autoestima, en la concentración. Pueden mostrar conductas de aislamiento o de autolesiones, cuando esa percepción es más intensa, malestar con el cuerpo, ausentismo laboral… Interfiere en las diferentes áreas que, por edad, les toca.
Olga V.: ¿Hacia dónde se está orientando la investigación para dar respuesta a esta problemática de una imagen corporal negativa y una baja autoestima?
Paola E.: Es bastante amplio el campo de la imagen corporal y de la autoestima, pero nosotros, en nuestra unidad, lo que estamos investigando ahora son factores que puedan propiciar una imagen corporal positiva. Para ello, fomentamos la apreciación corporal e identificamos cuáles son los aspectos que mejor se relacionan con la consecución de una buena sintonía con el cuerpo, por ejemplo, valorar el cuerpo en su funcionalidad, valorarlo en el autocuidado… Es más bien una visión desde la psicología positiva y desde la imagen corporal positiva.
Olga V.: Tú diseñas, ejecutas y evalúas talleres de prevención y promoción de la salud en adolescentes, de promoción de una imagen corporal positiva y de estilos de vida saludables en jóvenes adultos y del tratamiento de problemas relacionados con la alimentación. Te queremos preguntar por dos talleres: ECOPREV y BODY COR.
Paola E.: Estos talleres son un ejemplo de todo. Son la última versión de los talleres que se han ido trabajado en nuestra unidad (hace más de 20 años que se realizan talleres de prevención). Marcaron una diferencia a partir del año 2014, en que se empezaron a incorporar factores protectores en los talleres que hacíamos en las escuelas, entre ellos, que los chicos tuvieran una mejor autoestima, una mejor conexión con las emociones, una regulación emocional que les pudiera ayudar a afrontar una situación difícil, por ejemplo, cuando sientes que tu cuerpo no encaja con los que estás viendo en las redes sociales. Entonces, hablamos de una línea de promoción de la salud a través del fomento de estilos de vida saludable, habilidades para la vida, que les ayuden a afrontar mejor estas situaciones de crítica sobe los cuerpos.
Olga V.: ¿Qué resultados habéis obtenido después de estos talleres? ¿Es necesario que se mantengan en el tiempo o tres horas son suficientes para que empiecen a planteárselo todo de otra manera?
Paola E.: Esas fueron las grandes preguntas que nos formulamos cuando empezamos con ECOPREV y con BODY COR. Nosotros queríamos saber qué se estaba haciendo en cuanto a prevención en Cataluña y tuvimos mucha conexión con diferentes agentes de salud. Nos encontramos con que ellos realizaban una sesión en cada escuela, mientras que nosotros hacíamos ocho talleres en un mismo año. Claro, había una diferencia muy importante, había, entre otros, problemas de eficiencia. Entonces, quisimos trabajar en esa línea. BODY COR es una versión en la que introdujimos el número de talleres por año y empezamos a plantearnos un itinerario en el que pudiéramos acompañar a los adolescentes desde quinto de primaria hasta tercero de la ESO, trabajando cada año, incorporando también a los profesores y a las familias para que pudieran fortalecer la confianza corporal, tener tolerancia cero con las discriminaciones respecto al peso, las bromas sobre el peso en el patio, en la familia…
Olga V.: El estigma de la obesidad y su impacto en la salud es el tema de uno de los últimos artículos científicos que has publicado, David. Explícanos cuáles son las principales conclusiones de los estudios que habéis llevado a cabo en relación con el estigma de la obesidad.
David S.: En cuanto a la presencia del estigma en nuestra sociedad, los estudios indican que es prácticamente omnipresente. Lo que ocurre es que no teníamos datos de prevalencia en la población española y nosotros hemos realizado el primer estudio, en concreto, en población adolescente. Los resultados de dicho estudio concluyen que, aproximadamente, una de cada dos chicas ha sufrido alguna experiencia de estigma relacionada con su peso, y los chicos, uno de cada tres (normalmente, en forma de burlas relacionadas con su peso y con su apariencia física). También es importante destacar que, además de este estigma, existe lo que se llama estigma interiorizado, que no implica sufrir conductas negativas de otras personas en forma de prejuicios, discriminación o lo que sea, sino que proviene de la persona misma, que interioriza estos estereotipos negativos y se autoculpabiliza de esa situación. También es muy elevada la prevalencia de este autoestigma en la población adolescente, lo que tiene efectos muy negativos.
Olga V.: ¿Qué puede pasar cuando sienten o sufren este estigma?
David S.: Suceden muchas cosas. Los estudios internacionales muestran que hay más sintomatología depresiva, ansiosa, más estrés, menos autoestima, y que también se incrementan, por ejemplo, los episodios de atracón y el riesgo de desarrollar trastornos de la conducta alimentaria, de los que acabamos de hablar, así como otros problemas muy graves, muy importantes: se vuelven personas más sedentarias, porque hacer actividad física implica exhibir el cuerpo, con poca ropa... Al tener miedo, precisamente, de este tipo de situaciones, de estigma, de posibles comentarios, miradas, etcétera, empiezan a evitar hacer actividad física y pierden la motivación. Y todo ello, al final, acaba repercutiendo, ya que los problemas de salud relacionados con la obesidad empeoran y este estigma se convierte en una barrera muy importante para el tratamiento efectivo.
Olga V.: ¿Las chicas tienen más riesgo que los chicos de sufrir experiencias de estigma relacionadas con la imagen y el peso?
David S.: Sí. De hecho, los datos de prevalencia que he facilitado antes hacen referencia a la población general, pero este estigma, tanto el estigma hacia otros como el interiorizado, es especialmente importante en personas con sobrepeso y obesidad, estamos hablando aquí de prevalencias del 90 % en chicas y también en adolescentes más grandes (15-17 años). Y esto tiene mucha relación con un tema muy importante del que ha hablado antes Paola, y es la interiorización de los ideales de belleza, fundamentalmente, del ideal de delgadez. En nuestra sociedad, asociamos el ideal de delgadez no solo con la belleza, el éxito y la felicidad, sino también con la salud. Las mujeres sufren mucha más presión por este ideal, y eso repercute de manera muy importante en el incremento del estigma.
Olga V.: ¿Por qué se supone que las chicas sufren más que los chicos cuando no responden a un modelo de cuerpo normativo o al que ellas tienen idealizado?
David S.: Sufren más estigma las chicas, porque están más presionadas por este ideal, aunque también se empieza a ver en los chicos (el ideal atlético y musculado empieza a ser muy importante también en ellos). Pero para las chicas sigue siendo mucho más importante, y, especialmente las chicas con sobrepeso sufren en exceso estas situaciones de estigma e interiorizan mucho más este estigma, lo que genera efectos negativos, que también son más importantes en esta población.
Olga V.: ¿Hay factores socioeconómicos o culturales que predispongan a tener problemas con la alimentación y el peso?
David S.: Sí. Antes hemos hablado, al inicio, de los datos de prevalencia de los trastornos alimentarios, pero es que la obesidad es un problema de salud muy importante y que tiene una prevalencia espectacular. Estamos hablando de prevalencias en población adulta del 20 % en el caso de la obesidad y del 40 % en el caso del sobrepeso. Es decir, más del 60 % de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad. Y en el caso de los jóvenes de entre 12 y 24 años, la prevalencia de la obesidad es de las más altas de Europa, en torno al 30 %. Y los datos indican que esto es mucho más importante en niveles socioeconómicos bajos; de hecho, la prevalencia es prácticamente el doble en personas que tienen niveles económicos y educativos más bajos.
Olga V.: Ahora hablabas de obesidad y sobrepeso. ¿Cuáles son los problemas más habituales relacionados con la alimentación y el peso?
David S.: Este es un concepto interesante, porque tradicionalmente los más importantes son los que hemos mencionado: obesidad, por un lado, y trastornos de la conducta alimentaria, por el otro. Son problemas que se han trabajado normalmente de manera aislada: los trastornos de la conducta alimentaria, por parte de profesionales de salud mental, y la obesidad, por parte de especialistas, fundamentalmente, en salud pública. Y lo que vemos es que son problemas que tienen muchos elementos en común. Antes Paola lo ha comentado: es muy fácil evolucionar de un problema a otro. Es muy frecuente encontrar personas con bulimia nerviosa que han tenido una infancia con obesidad. Las personas con obesidad sufren trastorno de ingesta compulsiva de manera muy frecuente. Y, finalmente, también son muy importantes las condiciones, que quizás no son tan graves, pero que constituyen un riesgo de desarrollar este problema: personas que tienen altos niveles de insatisfacción corporal, que tienen conductas no saludables de control del peso o que sufren estigma.
Olga V.: ¿Debería haber un cambio de narrativa sobre la obesidad?
David S.: Sí, totalmente. Este es un tema clave, porque en el fondo, el estigma tiene dos raíces fundamentales. Una es la que ya hemos comentado, ese ideal de belleza delgada, que no solo presiona, sino que rechaza la obesidad; la obesidad se considera como algo feo; se le asocian unos estereotipos, por ejemplo, que las personas con obesidad son personas perezosas, glotonas, que no cuidan su salud. Pero, en realidad, hoy en día sabemos que la obesidad es una enfermedad crónica muy compleja, y este es el otro factor clave: la responsabilidad de las causas de la obesidad no está en el individuo (no es que sean personas que se abandonan, que no se cuidan...), sino que hay raíces muy importantes, tanto de tipo metabólico y biológico como de tipo sociocultural que influyen en la obesidad y que están fuera del control de la persona.
Olga V.: David Sánchez, doctor en Psicología, profesor del Departamento de Psicología Clínica y de la Salud de la Universitat Autònoma de Barcelona, y Paola Espinoza, doctora en Psicología y coordinadora del equipo de investigación de la Unidad de Evaluación e Intervención en la Imagen Corporal, muchas gracias por haber subido al Vagón de la Ciencia.
David S.: Gracias a vosotros.
Olga V.: Si queréis saber más, escuchad otro capítulo.
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